Cuando hace unos meses leí por primera vez a Kaouther Adimi me di cuenta de que era una escritora con una sensibilidad diferente, nueva, pegada a su generación, que habla de gente joven sin tapujos, mostrando sus miedos, inseguridades, losas pasadas que les lastran. Lo bueno, además, de esta autora es que no pretende ser algo que no es y escribir libros larguísimos que más que historias que importen se convierten casi en tratados del aburrimiento; sus dos libros que me he leído se devoran en un abrir y cerrar de ojos y se disfrutan con tal intensidad que una vez acabados dejan un vacío importante. Aún digo más, Adimi es una escritora tan dotada para empatizar con una generación y transmitir belleza en su melancolía que el lector se siente acogido mientras lee, mientras va descubriendo lo que les pasa, sienten y piensan los protagonistas de sus libros. Y esa unión entre las dos orillas del Mediterráneo terminan de poner la guinda a sus obras uniendo dos mundos que siempre me han interesado por igual.
“Piedras en el bolsillo” (en francés en el original, que es como yo lo he leído “Des pierres dans ma poche”) es una novela en la que se entremezclan culturas y generaciones. Oriente y occidente, ambas orillas del Mediterráneo, una cultura que en el fondo es la misma, se dan la mano es este libro. También se confrontan dos generaciones de mujeres la de la protagonista: una joven argelina que se muda a París para vivir y trabajar y hacer su vida anhelando la libertad total de la que carece en su país de origen; y la generación de la madre de la protagonista, más chapada a la antigua, con las tradiciones muy presenten e inmutables a pesar del tiempo y de la evolución social a su alrededor.
Enfrentada a sus recuerdos, a su pasado, a sus raíces de las que en cierto modo huyó buscando alejarse de ellas tras saber que tiene que volver a Argel desde París para asistir a la boda de su hermana pequeña, la protagonista de “Piedras en el bolsillo” está encerrada entre dos mundos, entre dos espadas que la amenazan por igual. Así, por un lado, retornar a Argelia tras varios años viviendo en París la enfrenta a su pasado y a sus recuerdos de una infancia no del todo infeliz, pero al mismo modo le plantea el dejar por unos días una ciudad fría y distante en la que nadie es nadie.
El desarraigo, las dudas, las inseguridades, los convencionalismos sociales de los que muchos intentamos huir o fingimos huir, pero que siguen pensando demasiado en nuestros actos… “Piedras en el bolsillo” es una novela generacional, de esa generación de jóvenes (alrededor de la treintena) que ve cómo su vida y la de sus padres es totalmente opuesta y es incapaz de saber si quiere romper definitivamente con ese pasado, con esas raíces, y hacerse una vida nueva independientemente de la de los convencionalismos y tradiciones de sus padres.
“Piedras en el bolsillo” es de las novelas con las que más identificado me he sentido últimamente, con la que más he empatizado porque pese a no ser mujer y no tener esa presión social añadida del tener que encontrar novio, casarme y formar una familia, ni tener mis raíces en una cultura diferente a donde vivo, siento como míos los mismos sentimientos de desamparo, soledad, pérdida y desubicación que siente la protagonista.
Algo que hace Adimi, al menos en sus dos novelas que he leído, es mezclar esos dos mundos que siempre se han dado la mano y a la vez la espalda: oriente y occidente en el Mediterráneo. “Piedras en el bolsillo” insiste en ellos quizá más que “Nuestras riquezas”, la primera novela de esta autora que leí, mostrando más claramente los contrastes sociales y de raíces que existen y siempre han convivido. Toda la cultura mediterránea tiene las mismas raíces, y aunque los de la orilla norte (occidente) nos creamos diferentes y superiores cultural y socialmente a los de la orilla sur (oriente) no somos más que almas gemelas, condenadas a entenderse y a dejar de darse la espalda. Al final yo creo que esto es lo que subyace en este libro: esa necesidad de mirarse a la cara entre madre e hija, que representan dos concepciones de la vida diferentes y al mismo tiempo necesarias la una de la otra.
El año pasado gracias a que la editorial española Libros del Asteriode, de la que siempre estoy pendiente de sus novedades, publicó en español la novela de Adimi “Nuestras riquezas” descubrí a esta magnífica escritora. Tras haber leído “Piedras en el bolsillo” confirmo aquella primera gran y buena impresión y creo que estoy ante una escritora con cuyas obras voy a empatizar más que con ninguna otra por esa manera de plasmar en palabra lo que muchas veces es tan difícil transcribir: los sentimientos oscuros, negativos, melancólicos (porque lo bueno siempre es más sencillo de expresar al no darnos reparo el hacerlo). Leed a Kaouther Adimi y dejaos llevar de su mano.
Caronte.
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