viernes, 23 de julio de 2021

M. El hijo del siglo

Llego a este libro tras leer multitud de críticas y opiniones, todas positivas, todas poniéndolo como uno de los libros que no pueden faltan en una biblioteca personal, todas ensalzándolo como un libro fundamental para entender muchas cosas de nuestro pasado que a través del espejo del tiempo vemos reflejadas hoy en día. Hace casi 20 días que me adentré en las páginas de esta descomunal obra narrativa (son 800 páginas y no es más que el primero de una trilogía) que ganó el año pasado el premio literario más importante de Italia y que una gran campaña de promoción literaria lanzó en España como uno de esos libros que marcarán el año editorial. Es posible que lo haga, y sin duda marcará a los lectores que se quieran adentrar en sus páginas, tanto para bien como para mal, porque desde luego que no les va a dejar indiferentes su lectura. Al final diré cómo he salido de este libro.

Si soy reticente a leer libros que superen las 350 páginas, y mucho más si superan las 500, es por algo. La experiencia me dice que suelen ser libros o densos en los que te pierdes a las primeras de cambio o aburridos a más no poder extendidos adrede para que el escritor cobre más por la cantidad de páginas empleadas. Ninguno de los dos aspectos es positivo. Pocos son los libros extensos que mantienen al lector atrapado y entretenido a lo largo de toda su extensión. M. El hijo del siglo es un libro no extenso, sino descomunal: 800 páginas en las que el escritor italiano Antonio Scurati ha narrado y reconstruido (con hechos cuando había documentación histórica de la que tirar y con imaginación cuando los huecos historiográficos lo demandaban) el nacimiento del fascismo italiano y el surgimiento de una de las figuras políticas clave de la Europa de entreguerras: Benito Mussolini, entre los años 1919 y 1924.

Analizado fríamente, la premisa de la que parte la narración de este libro resulta de lo más interesante. Leer cómo poco a poco en una sociedad como la italiana, sureña como la española, de sangre caliente y corazones llenos de orgullo mal interpretado y digerido, va permeando una concepción de la vida, de la cultura, de la política y de la sociedad donde la fuerza bruta se impone a la razón es interesante a la par de ilustrativo. M. El hijo del siglo es un libro que refleja la deriva de la sociedad italiana tras la IIGM en la que un hombre como Mussolini logra apoderarse de todo el poder por medios legales en términos políticos, pero dudosos en términos morales.

Da miedo comprobar cómo entre lo que Scurati narra en M. El hijo del siglo parece reproducirse hoy en día por doquier en sociedades que se suponía democracias establecidas y estables, maduras por así decirlo. Es sobrecogedor cómo parece ser que lo que se empleó hace un siglo y fue el germen de una de las ideologías más dañinas y mortales de la historia, como es el fascismo, genera ecos en el presente y emuladores de actitudes y formas de concebir la nación, el estado y la política.

Sin embargo, creo que todo lo bueno que puede tener este libro se acaba en el momento en que sus 800 páginas carecen de fluidez narrativa (o soy yo que he sido incapaz de resonar con el libro con su ritmo peculiar) y su densidad se hace tal que lo único que quería era avanzar y pasar páginas para poder acercarme al final y terminarlo. M. El viajero del siglo no es una novela, me niego a considerar este libro como una obra de ficción por mucho que parte de los huecos de la vida de Mussolini sean rellenados con la inventiva de Scurati. No. Me niego. Esto no es literatura, es un libro de historia, aunque la gran campaña publicitaria y de promoción lo haya vendido de otra manera.

Quizá soy injusto o un poco radical, pero es que con todas las expectativas que tenía puestas en esta supuesta “novela” sobre Mussolini y su ascenso al poder en Italia, pronto quedé hastiado y si he terminado M. El hijo del siglo ha sido por orgullo, porque me decía constantemente que no podía ser que no fuera capaz de terminar el libro, que algo debía de tener para haber tenido tantas buenas críticas y haber ganado el más importante premio literario italiano. Yo no he encontrado en sus 800 páginas más que un libro de historia, malo además porque no hay ni una sola referencia bibliográfica y da por supuesto el nivel cultural e histórico de los lectores sobre un periodo muy convulso y lleno de acciones, acontecimientos, nombres propios y referencias que Scurati da por sentado que todo lector tiene en mente.

Datos, acontecimientos, referencias, hechos, fechas y nombres muchos nombres plagan las 800 páginas de M. El hijo del siglo, y menos mal que al final hay un listado de todos los nombres que van apareciendo en el libro que si no sí que hubiera sido descorazonadora y lamentable la lectura de este libro. Tengo claro que mi relación con Mussolini, aunque pueda resultar muy interesante y atractiva por, como he dicho antes, ver ecos del pasado en nuestro presente político más actual, y con la trilogía de Scurati acaba con este primer tomo. No creo que soportara otras 800 páginas por libro.

Estamos en verano y soy consciente de que muchos leéis más ahora que en cualquier otra época del año. Y siempre hay que elegir bien las lecturas para este periodo estival extenso donde tenemos más tiempo libro que nunca. Evitad M. El hijo del siglo, y lo digo desde el respeto que tengo a la literatura, la narrativa y la historia. Este libro no es una novela, es un libro de historia con todas las de la ley. Aunque claro, si lo que pretendéis es adentraros en un periodo histórico y en un personaje tan atractivos como la Italia de entreguerras, el auge y nacimiento del fascismo y la figura inmensa y chulesca de Mussolini, allá vosotros. Yo aviso: encontraréis un libro no fácil de leer ni de seguir atento.

Caronte.

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