Este año ya
empecé a leer en italiano después de tirarme todo el año 2020 de pandemia
estudiándolo de manera aficionada de forma online. 2021 ha servido para que
también me pusiera a aprender catalán y poder así leer en la segunda lengua más
hablada en España (lengua que creo que debería darse la opción de aprender en
los colegios – junto con el euskera y el gallego – sirviendo así de base para
una mejor vertebración y entendimiento de las gentes que poblamos nuestro maravilloso
país). Y aquí me encuentro hoy: reseñando la primera novela que me leo en
catalán y que compré en mi pasado viaje a Barcelona en junio tras la
recomendación del librero de Calders donde me hice con el libro. Por cierto, he
de señalar la cantidad de magníficas y maravillosas librerías con las que
cuenta la ciudad condal, sitios únicos donde me quedaría a vivir y que
visitaría día sí día también dejándome el sueldo mensual comprando libros por
encima de mis capacidades lectoras.
No ha podido
ir mejor mi primer contacto con la legua y literatura catalanas. Pol Guasch es
un jovencísimo escritor que ha conseguido con esta novela recordar a uno de los
grandes de la novela americana, Cormac MacCarthy y su La carretera. Napalm
al cor (Napalm en el corazón cómo probablemente sea su título en castellano
una vez sea traducido y publicado) es una novela tan diferente a todo lo que se
escribe y publica en el mundo editorial nacional que se lee con una frescura
inusual y con una intensidad poco frecuente.
Con reminiscencia
apocalípticas de un mundo que quizá pueda venir en un futuro probablemente no
tan lejano como quisiéramos, Napalm al cor nos cuenta una relación de
amor, una pasión, inusual en literatura donde los tabúes y el pasado pesan
demasiado quizá, y donde la dependencia emocional de una parte de la relación
termina por ser dañina nublando la vista y el entendimiento y haciendo que la
parte más platónicamente prendada de la otra sufra.
Mediante
capítulos que son apenas impresiones de un narrador del que no sabemos el
nombre ni mucho sobre sus orígenes, ni por supuesto dónde está ambientada la
historia, Pol Guasch construye un puzle que el lector debe ir poco a poco
haciendo, encajando sus piezas, para ver la foto completa al final de la
novela, cuando el lector pone luz a muchas de las sombras que Napalm al cor
tiene y que hacen que su lectura tenga una intensidad y genere una sensación de
malestar y misterio mezclados con melancolía que hacen que la novela sea
irresistible para aquellos lectores que nos acercamos a los libros buscando
algo más que simple narrativa.
Dije al
principio que Napalm al cor me recordaba a La carretera de
MacCarthy y es que, salvando las obvias distancias y dejando claro que nada
tiene que ver una con la otra, la atmósfera de uno y otro libro es similar.
Ambas novelas retratan una sociedad donde la esperanza no existe, donde el
futuro es amarillento y neblinoso, y donde los seres humanos desconfían unos de
otros y no saben muy bien cómo relacionarse entre ellos. En este clima es donde
se desarrolla la historia de pasión y amor de los dos protagonistas: su huida
con un cadáver insepulto, su búsqueda de un lugar idílico que, probablemente,
solo exista en la mente de Boris.
Me sorprende
a la par que me da envidia que alguien tan joven como Pol Guasch (que apenas
tiene 24 años) haya sido capaz de escribir una novela con tantas lecturas y
facetas, con tantos rincones por los que transitar, tan profunda y tan bien
escrita como Napalm al cor. He de reconocer que durante la lectura de
este libro me he ido sintiendo intrigado a la par que sobrecogido por momentos,
ya que en algunos pasajes la historia se hace críptica y misteriosa, rondando
la fantasía apocalíptica desoladora de un fin de la humanidad del ser humano.
Por eso quizá también en apenas dos días haya terminado de leer esta novela,
cosa que además me enorgullece por haber sido mi primera incursión en la
literatura en catalán con un texto que, aunque de lectura fluida y fácil, no
considero simple ni mucho menos.
Pocas veces
me ha pasado, y quizá si haga memoria resultaría que ninguna, que esté
reseñando un libro que aún no pueda leerse en castellano. Pero es así: Napalm
al cor aún no ha sido traducido, aunque habiendo ganado el premio Anagrama
de novela en catalán y siendo un libro tan original con una historia tan poco
convencional, en la línea de esa nueva literatura y narrativa de autores
jóvenes que empieza a poblar (por suerte) las librerías, poco tardará en
aparecer en español. Y es entonces cuando aquellos lectores que quieran disfrutar
de una lectura diferente y única, de gran calidad tanto por forma como por
contenido deberán ir a su librería de confianza a hacerse con este libro y
disfrutar de cada una de sus páginas y palabras. Desde luego que no elegí mal
guiado por los consejos y recomendaciones del librero cuando elegí esta novela
para estrenarme en catalán.
Caronte.
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