jueves, 10 de marzo de 2022

The crossing

Hacía muchos años que no leía nada de Cormac McCarthy y esta novela llevaba ya en mi punto de mira mucho tiempo hasta que la encontré de segunda mano en una librería en el barrio barcelonés de Gràcia. Esto fue en junio del año pasado y desde entonces ha estado esperando su momento de ser leída pacientemente en la pila de libros pendientes. La espera, aunque larga, ha merecido la pena ya que me he reencontrado con unas sensaciones que ya tuve al leer la primera de las novelas que conforman la trilogía de La frontera del enigmático escritor norteamericano que publica con cuenta gotas pero que cuando lo hace logra aunar a crítica y público. De hecho, y esto es una casualidad de última hora, ayer 8 de marzo se anunció que McCarthy publicará en otoño dos novelas tras 16 años de su última obra publicada, lo que sin duda constituirá todo un hito literario.

The crossing es la segunda entrega de una trilogía ambientada en el oeste americano, en terreno de frontera entre EE.UU. y México durante la primera mitad del siglo XX. Pese a pertenecer a una trilogía, ni personajes ni trama tienen que ver nada en absoluto con su antecesora All the pretty horses, y por tanto se pueden leer por separado como novelas independientes. (No pasa lo mismo con la tercera entrega de la trilogía – libro que aún no he leído pero que ya está en mi punto de mira – en la que los personajes principales son los de cada una de las otras dos novelas.)

Aunque con personajes diferentes a la primera novela de la trilogía, The crossing sigue el ambiente creado en esa primera entrega para traernos una historia de maduración personal, de paso de la juventud a la madurez en un entorno hostil y fronterizo (no solo físico entre las fronteras de dos países eternamente condenados a entenderse y a compartir espacios, sino también psicológico entre el bien y el mal, lo moral y lo indecente). Siguiendo los pasos de un joven vaquero y a ratos también con él los de su hermano pequeño, que pierden a su familia y su vida “tranquila” a manos de la violencia extrema de la frontera, el lector se adentra en un mundo árido, seco, brusco y sin contemplaciones, donde la vida es casi un accidente y donde vivir implica más bien sobrevivir.

Cormac McCarthy además es un autor ya clásico de la literatura norteamericana, del western incluso. Y como clásico bebe también mucho de los autores clásicos de la literatura. Así, The crossing tiene aires de novela cervantina, donde el viaje del héroe (o protagonista) se alterna con historias de terceros personajes que van cruzándose en su camino conformando su madurar y su aprendizaje del mundo y de la vida de otros. De hecho, para mí, esos incisos en la novela, donde el hilo narrativo salta por los aires de manera premeditada son de lo mejor del libro.

Como buena novela de frontera los personajes que van salpicando la narración también se encuentran en esa frontera espectral que conforma los caracteres de aquellos que viven situaciones donde la vida va más de sobrevivir que de dejarse llevar. Las condiciones extremas de una región seca, árida, cálida y fría, arisca conforman el cómo son esos hombres y mujeres: salvajes, bruscos, broncos, brutales… En The crossing McCarthy retrata rápidamente a los personajes y le lector es capaz de saber de inmediato ante qué tipo de hombre (o mujer) se encuentra.

También el uso del lenguaje es fundamental en esta novela. The crossing muestra ese mestizaje de frontera donde el inglés y el español se mezclan por igual a un lado y al otro de esa línea imaginaria que suelen ser todas las fronteras del planeta. Líneas trazadas por tiranos, reyes, diplomáticos, dictadores, poderosos o por el mismísimo dinero. Los diálogos están trufados de partes enteras habladas en español, o mezcladas entre español e inglés, dando a la narración esa veracidad y realismo que muchas veces se echa en falta cuando se lee. Por otra parte, saliéndose de los diálogos, que McCarthy hace prácticamente esquemáticos y lacónicos, las descripciones del paisaje, de los viajes a caballo y de las situaciones más atroces y brutales transmiten cierta ansiedad y angustia al lector, convirtiendo la lectura no solo en un viaje sino en una manera de adentrarse en el alma de los personajes.

The crossing no es una novela ligera de esas de playa en verano donde la atención a la lectura es secundaria y no pasa nada por no prestar atención durante un puñado de páginas, sino que es una novela en la que hay que poner toda la atención, no tanto por la trama sino por todo lo que cuenta de manera directa e indirecta. Pero esto es lo que me suele gustar de las novelas: que sean retadoras y que me planteen dilemas morales a la hora de determinar bondades y maldades en los personajes. En la obra de McCarthy, tan escasa en comparación con otros novelistas, todo libro es una joya y así hay que valorarlo y disfrutarlo: como algo único, poco habitual y extraño.

Caronte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario