Vuelvo a reencontrarme con
Antonio Muñoz Molina después de la última novela suya que leí, Un andar
solitario entre la gente, que me dejó bastante descolocado y decepcionado.
Y me reencuentro con él también de manera literal al haber vuelto de nuevo a la
Feria del Libro después de casi dos años y medio sin pasear entre lectores,
autores y libreros por el paseo de coches del Retiro debido a la pandemia que a
todos nos ha trastocado vitalmente nuestras rutinas, aficiones y forma de vida.
La verdad es que ha sido una alegría inmensa el haber vuelto al Retiro a hacer
cola delante de una caseta esperando que llegue mi turno para saludar a un
autor. Este año han caído varias firmas ante las que tenía muchísima ilusión,
entre ellas la de AMM. Además, coincidiendo con la llegada de septiembre
editoriales, autores y libreros se vuelcan con las novedades literarias y
plagan las redes y librerías de publicaciones anunciando lo más esperado (no
siempre lo mejor) por crítica y pública. Muñoz Molina, sin yo esperar libro
nuevo, ha publicado hace apenas unas semanas y yo como buen admirador
incondicional devoré las páginas de su nueva obra.
Volver a dónde no es una
novela sino más bien una especie de diario pandémico en el que a través de tres
hilos temporales AMM nos relata su visión de una sociedad cambiada, sufrida,
díscola y sin rumbo ni norte golpeada por la pandemia de la covid-19. Muñoz Molina,
a base de breves capítulos que en el fondo no lo son sino simplemente un
recuento de recuerdos y apuntes muestra al lector tres tiempos narrativos
diferentes: los días inmediatamente previos y todo el durante del confinamiento
total de febrero-mayo de 2020, la “nueva normalidad” y su infancia en Úbeda
donde los recuerdos y su memoria son el hilo conductor que contrasta con el
presente.
Sin contemplaciones ni pelos en
la lengua Muñoz Molina, usando su prosa refinada, pulida y perfecta (para mi
gusto claro) muestras su particular visión de la sociedad y el mundo, siempre
desde su balcón privilegiado con vistas a la calle O’Donell en Madrid, en pleno
barrio de Salamanca. Tirando de recuerdos, sentimientos, sensaciones, miedos y
desconciertos, AMM va haciendo un relato de la pandemia y la nueva realidad que
contrasta limpiamente con su infancia en un pueblo grande de Jaén como es Úbeda
(tantas veces retratado en sus libros como Mágina). Volver a dónde muestra
los grandes contrastes no solo en la vida del autor sino en la propia sociedad
española, y más aún tras el golpe y el coma inducido que ha sido la pandemia y
el confinamiento del año pasado.
Insisto de nuevo en que Volver
a dónde no es una novela, no hay trama, ni argumento, ni personales; no hay
nada inventado ni imaginado. Todo es real. A lo largo de las páginas de esta
obra AMM cuenta lo que ve, lo que siente, lo que oye, lo que piensa y lo que
recuerda de su infancia y juventud. Por esta razón me molesta mucho que la
editorial que publica el libro (aunque podría hacer esta queja extensiva a
cualquier otra editorial) venda este libro como la nueva novela de Muñoz
Molina. No es así. Y no tiene que ser así. A Antonio Muñoz Molina le leo porque
es capaz de escribir con belleza sobre temas de actualidad, sin novelar ni
ficcionar nada, simplemente mostrando su mirada lúcida y crítica sobre el
presente y el pasado. Y esto es lo que hace en este libro.
Antonio Muñoz Molina no necesita
crear una ficción para atrapar a un lector y Volver a dónde es buen
ejemplo de ello. Siempre he admirado a Muñoz Molina por su capacidad de narrar
y contar sin vueltas innecesarias y sin llevar al extremo el estilo o la forma
en que se narra. Hace fácil el escribir cuando es algo que no es sencillo.
Escribir mal sabemos hacerlo todos y muestras de ellos hay a diario en todos
lados. Escribir bien es un don, saber transmitir una historia, ficticia o real,
de manera que el lector quiera saber más y no solo eso, sino que exija saber
más y sienta un vacío cuando termina de saber todo lo que el escritor tiene que
contar, no es nada sencillo. Muñoz Molina es uno de los mejores narradores que
tenemos en lengua española, quizá no sea el mejor novelista, pero eso es
secundario. Leer cualquiera de sus libros, aunque no se entiendan, es un placer,
un gusto para los que amamos la lectura de un buen libro.
Y es que has sido un placer leer Volver
a dónde, un libro en el que todos, en mayor o menor medida nos vamos a
sentir reflejados. La pandemia y el confinamiento es algo que todos hemos
vivido y sufrido y, salvando las distancias y las condiciones personales de
vida de cada uno, todos hemos pasado por sentimientos y sensaciones parecidas a
las que Muñoz Molina plasma en este libro. Recuerdos, inseguridades,
observaciones, miedos, resignaciones, dudas, rabia ante el comportamiento
humano, críticas políticas ante una inacción previa y una inacción posterior
indecentes, opiniones, todo escrito a la perfección, sin artilugios literarios
pesados que busquen originalidad. Muñoz Molina no busca con este libro haber
escrito el libro sobre la pandemia, y sin embargo ha conseguido hilar en él una
crónica personal pero global de lo que fueron aquellos días de encierro y coma
vital, cuando nuestras vidas abandonaros la calle y nos encerramos en casa; y
entrelazar presente con pasado para buscar raíces comunes de las que se puedan
llegar a sacar brotes de esperanza para un futuro en el que me da que no vamos
a ser mejores de lo que pensábamos que la pandemia nos haría. Lean este libro y
déjense llevar por AMM a nuestro presente más reciente.
Caronte.
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