miércoles, 31 de enero de 2018

Lectura crítica: "Vida y destino"

A veces uno descubre en librerías de segunda mano esos libros que lleva teniendo en mente y en lista de espera de lecturas durante un tiempo. Cuando eso pasa no queda otra que lanzarse a por ese libro tan deseado, comprarlo y leerlo a no más tardar. Esto es lo que me pasó con este libro que he terminado apenas hace unos días después de casi tres semanas de lectura. De intensa y aleccionadora lectura. Mil cien páginas de novela que me han acompañado a Córdoba en mi primer viaje en tren por las tierras de España y que me han devuelto al trabajo este 2018. Mil cien páginas de lecciones de vida, de historia y de humanidad (también de inhumanidad). Mil cien páginas que en ningún momento se me han hecho eternas, ni insufribles, ni pesadas, ni he deseado acabar porque en ellas notaba cómo poco a poco iba avanzando, sumergiéndome, en una de las novelas fundamentales del siglo XX: una de esas novelas con las que aprender un poco más sobre la historia convulsa de Europa durante la IIGM; una novela para no olvidar lo que el ser humano es capaz de hacer.

Vida y destino” es una novela colosal en todos los sentidos. No se puede explicar, ni resumir en dos líneas, ni diciendo que es la historia de una guerra, la Segunda Guerra Mundial; ni de una batalla, la de Stalingrado; ni la de la persecución de los judíos; ni diciendo que trata sobre la dictadura estalinista y cómo sometía usando el miedo, el terror, la violencia, a todos sus ciudadanos haciendo que todo el mundo fuera sospechoso porque todo el mundo podía ser acusado sin muchas pruebas de no adherirse a la causa comunista contra el fascismo. No. La obra de Vasili Grossman no se puede intentar resumir con nada de lo anterior porque no es una novela resumible tanto por su complejidad narrativa como por su extensión, como por la inmensa cantidad de personajes que pueblan sus páginas y diferentes capítulos agrupados en tres partes.

Por intentar definir “Vida y destino” de alguna manera, podría usar un símil pictórico diciendo que es un enorme fresco de la Rusia estalinista durante la sangrienta y devastadora batalla de Stalingrado. Es probable que me quede corto con esta definición tan escueta pero no encuentro mejor forma de definir una novela que se coja por donde se coja es inmensa. No es fácil leer un libro de más de mil páginas sabiendo que esas mil páginas suelen estar consideradas siempre como de las mejores escritas sobre la IIGM, sobre la batalla de Stalingrado en ficción, y sobre el Estalinismo. No es lo mimo leer mil páginas de Follet en un best seller con más o menos calidad, que mil páginas de Grossman, donde el lector terminará encontrando tantísimas cara en las personalidades humanas como personajes tienen voz y protagonismo en esta novela. Por eso creo que fresco es la mejor manera de describir una obra en la que no hay más personajes principales que toda una sociedad y unos años marcados por la guerra, el hambre, el odio, el miedo y las penurias.

Tampoco es fácil explicar lo que “Vida y destino” ha implicado en mi persona durante los días que he estado metido de lleno en su lectura. Una lectura que por otro lado tampoco ha sido fácil desde el punto de vista de la comprensión, debido fundamentalmente a la enorme cantidad de personajes que plagan la obra, todos rusos lo que añade complicación a la hora de leer con fluidez, y muchos de los cuales aparecen no solo por su nombre de pila, sino también por el patronímico y por su diminutivo familiar. Total un lío a veces. Cosa buena que tiene la edición de bolsillo es que al final hay un listado de todos los personajes agrupados por más o menos las tramas en las que aparecen, o mejor dicho, los lugares en los que se desarrollan sus historias.
Porque Grossman creó una novela histórica inmensa que se desarrolla no solo en Stalingrado, sino también en Moscú, en un campo de trabajos forzados, en un campo de exterminio nazi, en casas perdidas en la Rusia profunda o en un laboratorio científico.

Por intentar concretar un poco, sí es cierto que a pesar de que “Vida y destino” es un fresco de la sociedad rusa durante la batalla de Stalingrado, este fresco se nos muestra siempre a través de las vidas y los destinos de diferentes miembros de la familia Sháposhnikov, repartidos por toda Rusia y sufriendo diferentes vicisitudes. Pero el saber más o menos de los miembros de esta familia a veces no es siquiera relevante, ya que como he dicho la novela va más allá de unas escenas bastante costumbristas en ocasiones. Hay dos aspectos realmente interesantes en la novela: el primero es la descripción de la batalla de Stalingrado y cómo la ciudad sufrió incontables penurias, hambre, desolación y muerte. Grossman, como reportero de guerra que vivió la batalla usando personajes ficticios e históricos, narra no ya las maniobras militares de la guerra, sino la vida de los “héroes” de la batalla, y de los ciudadanos que aguantaron el asedio nazi, y de los propios nazis una vez vieron que estaban derrotados.

El segundo de los aspectos que me gustaría resaltar de “Vida y destino” es la feroz y durísima crítica del comunismo estalinista de aquella época. A través de varios personajes, entre ellos quizá uno de los principales, Vasili Grossman detalla minuciosamente el ambiente opresivo y de autocensura que se vivía en la Rusia de los años 30 y 40. Un ambiente en el que cualquier palabra que denotara crítica, abierta o velada, o duda podía ser interpretada como falta de convicción y de adhesión a la causa comunista y por tanto hacer que cualquiera pudiera terminar en un campo de concentración o de trabajos forzados en Siberia, o despojado de su trabajo y prestigio personal, o deportado a un pueblo perdido de la tundra, o simplemente condenado a “diez años de prisión sin derecho a correspondencia” que no es ni más ni menos que el eufemismo que se usaba para hablar de ejecuciones.

Vida y destino” es además también un gran ejercicio de reflexión sobre la humanidad; sobre lo bueno y lo malo que el ser humano es capaz de realizar. Son especialmente interesantes varias reflexiones de Vasili Grossman que se intercalan en la novela. Tengo gran recuerdo especialmente de dos de ellas: una sobre el bien y el mal, y otra sobre la amistad y sus diferentes tipos. En ambas, casi ensayos filosóficos o sociológicos, Grossman me hizo reflexionar sobre esos dos conceptos tan difuminados en las décadas recientes en la sociedad.

Al acabar de leer “Vida y destino”, y terminar de saber de las vidas de los diferentes personajes y familias, a los que al final y pese a sus sombras se les coge cariño, terminé en cierto modo apenado por haber dejado atrás mil cien páginas de buena literatura (lo que implica una mejor traducción ya que el ruso no creo que sea una lengua fácil de interpretar para que nada pierda su fuerza y sentido originales). Es complicado cerrar definitivamente un libro como el de Vasili Grossman y saber que el siguiente, no solo no tendrá más de mil páginas (básicamente por salud para un lector como yo), sino que seguramente no esté al mismo nivel intelectual. La profundidad, la veracidad, el dolor, la muerte, la tristeza, el sinsentido de los fanatismos, ideologías y guerras, el odio y la depravación humanas, la desesperación y la esperanza que esta novela, esta obra de arte de la literatura del siglo XX, emanan hacen que este sea un libro que todo el que quiera comprender lo que fue Europa no hace tanto (75 años desde el fin de la Batalla de Stalingrado) debe leer por su bien.


Caronte.

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