No puedo, ni quiero,
negar mi predilección por Graham Greene y su obra. Ya son bastantes los años
que llevo leyendo sus libros, aunque llevaba una buena temporada sin leer nada
nuevo suyo (nuevo en el sentido de alguna novela que no hubiera leído hasta el
momento, porque sí es cierto que he hecho alguna relectura en los últimos
meses). Esta vez he vuelto a sus orígenes, a su primera novela publicada, a su
tercer libro escrito. En lugar de ir a alguna de sus célebres y admiradas
novelas he decidido hacer eso que muchas veces los lectores aficionados a algún
escritor no nos atrevemos a hacer: leer su primera novela y ser testigos de su
“primera vez” ante los lectores. Después de haber leído de Greene prácticamente
todas sus novelas importantes (sin desmerecer ninguna) el haber decidido leer
esta me da cierta emoción por haberme sumergido en las primeras páginas
públicas de quien para mí es una referencia de las letras anglosajonas y uno de
los mejores escritores ingleses de todos los tiempos.
“The man within” fue la primera
novela publicada de Graham Greene allá por el año 1929 cuando el escritor
inglés contaba únicamente con 25 años. No obstante, la edición que he leído (en
inglés) es una revisión posterior del texto original hecha por el propio Greene
en la que, en una pequeña nota al inicio, indica los ligeros cambios hechos y
el porqué de los mismos. Cualquiera que tenga predilección por un autor puede
imaginarse lo que se siente al tener entre las manos y leer las primeras
páginas escritas por nuestro autor preferido.
La trama de la
novela es bastante sencilla: el protagonista, Andrews, un contrabandista
principiante traiciona a sus compañeros de delitos y huye de la banda
refugiándose en una casa bastante aislada donde una joven, Elisabeth, vive sola
tras la muerte del hombre mayor con el que vivía. “The man within” es en el fondo la historia de una huida
hacia adelante pero no tras una traición sino por culpa de haber vivido una
vida de la que uno termina arrepintiéndose y sintiéndose extranjero en su
propio destino.
Quien haya leído
alguna de las obras maestras de Greene sabe que alrededor de su obra orbitan
una serie de temas que se repiten de una u otra manera en la mayor parte de sus
novelas: la fe, las dudas sobre la muerte, la identidad de uno mismo, el amor
sensual y que lleva a la perdición, el alcoholismo… En “The man within” aunque más veladas aún por un afán de querer
contar con estilo y lirismo realista una buena historia se muestra el germen de
esos principales temas de la obra de Greene. Así, Andrews es un joven
atormentado por una infancia marcada por la figura oscura y autoritaria de su
padre al que al mismo tiempo quiere parecerse y repudia con toda su alma y que
busca sin rumbo su lugar en el mundo luchando contra sí mismo constantemente.
A pesar de la
juventud que se nota en la prosa y en el estilo de Greene en esta novela, “The man within” se lee con
facilidad en inglés y se ve que el joven escritor que se convertirá en uno de
los grandes de la narrativa inglesa apunta maneras. La manera de presentar a
los personajes de manera difuminada al principio para terminar haciendo una
disección psicológica. Andrews es un joven atormentado por su pasado, que
quiere y no quiere al mismo tiempo parecerse a su padre, al que odia y quiere a
la vez. Vive asediado por la cobardía y constantemente su mente le martillea
con esa ida: cobarde, cobarde, cobarde. Pero aparece Elizabeth y todo da un
vuelco a pesar de la frialdad inicial para acabar en una amor idealizado y casi
perfecto.
Leyendo “The man within” he sentido muchas
cosas, pero sobre todo resalta ese sentimiento de injusticia permanente ante
los desamparados, esa falta de calidez humana que a veces tenemos las personas
y que nos hace ser seres antisociales que solo miran por ellos mismos sin un
ápice de compañía. También sentí cierta ternura por Andrews y Elizabeth y miedo
de que su historia, plagada de tensión sexual, acabara como no se merecía
acabar. Pero claro, el drama también se masca en cada página, a cada instante,
a cada duda, miedo, sueño, palabra o acto. Drama personificado en el tercer
protagonista de la historia, un ser neblinoso (nunca mejor dicho tras una de
las primeras escenas de la novela) llamado Carlyon que termina siendo la
personificación de todos los temores de Andrews.
Es una verdadera
pena que en español las novelas de Graham Greene dejaran de editarse hace años
y sea muy complicado a día de hoy encontrar algún ejemplar en librerías que no
sean de segunda mano. Y aunque se reeditaran cada cierto tiempo, muy
probablemente “The man within”
no sería de las más editadas simplemente por no ser de las más conocidas o
celebradas al ser la primera de ellas en la que aún la maestría narrativa
Greene no estaba en su mayor esplendor a pesar de que las bases ya se ven por
toda la novela.
El aire misterioso
que recorre de principio a fin “The
man within”, acentuado por el maravilloso uso que hace Greene de las
descripciones de la naturaleza y el ambiente, así como la estructura sencilla
ubicando cada una de las tres partes en las que se divide la narración en tres
ambientes diferentes bien diferenciados, hacen de esta novela una deliciosa
lectura, de digestión lenta y final dramático que lleva al lector a
replantearse absolutamente toda la narración y la propia trama. Con este libro
Greene no solo se presentó al mundo literario, sino que dejó escrito muy
claramente que daría guerra tejiendo historias que dejarían marca en los
lectores. Lectura muy recomendable para una tarde de domingo de invierno gris,
fría y lluviosa que se saborea mejor quizá con una taza caliente de té.
Caronte.