Hace un año en
Londres compré esta novela. Ya es casi tradición que en mis viajes a Londres (4
ya) vuelva con la maleta llena de tés, galletitas de Fortnum & Mason y,
ante todo, libros. En noviembre del año pasado volví de la capital británica
con una docena de libros. Este es el último de aquellos que me quedaba por
leer. Pero es que lo mejor suele quedarse siempre para el final, o al menos eso
es lo más recomendable. Y en este caso, John Le Carré, es sin lugar a dudas lo
mejor que he leído, leo y probablemente nunca leeré. Para mí este octogenario
escritor británico es el mejor escritor inglés y en inglés vivo, y
probablemente uno de los mejores que ha dado la lengua de Shakespeare. Quien me
conoce ya sabe mi predilección por Le Carré y aunque intento ser objetivo a la
hora de hablar de sus novelas siempre me cuesta decir algo malo. Pero hoy no
toca controlarse porque esta es una de sus grandes novelas de espías, una de
sus más importantes y famosas obras.
“The honourable schoolboy”, o como
se ha traducido al español por una vez conservando literalmente el título
inglés “El honorable colegial”,
es la segunda novela de lo que se considera en la obra de Le Carré como la
trilogía de Smiley. Para quien no lo sepa o sea novel en la obra literaria de
John Le Carré, hay que decir que George Smiley es probablemente el personaje
por excelencia de las novelas de Le Carré, a pesar de que solo protagoniza
directamente tres de ellas, apareciendo como secundario en otras tres o cuatro
más. Pero no solo esto, ya que Smiley es el paradigma del espía en la
literatura inglesa del siglo XX, y quizá también uno de los personajes más
importantes del mundo literario inglés.
Como prácticamente
todas las novelas de Le Carré, “The
honourable schoolboy” empieza de manera prácticamente incomprensible,
con capítulos en los que se van planteando situaciones que inicialmente el
lector es incapaz de conectar y casi de seguir. En este caso se salta de Hong
Kong a Londres y se pasa por Italia para representar un retiro idílico. Sin
embargo, poco a poco todo va encajando, los diversos escenarios van
convergiendo y el lector va poniendo voz y nombre a los diversos personajes que
le acompañarán durante las más de 600 páginas de este novelón.
Siempre tengo
dudas a la hora de ubicar el protagonista de las novelas de Le Carré ya que
siendo de espías muchas veces el protagonista no es quien parece ser. En “The honourable schoolboy” pasa lo
mismo. Hay tres personajes que llevan el peso de la trama, George Smiley al
frente del Circus (la sede de los servicios secretos británicos), Gerry
Westerby, el honorable colegial que da título a la novela y que será el hombre
de campo que llevará a cabo la misión encomendada y Drake Ko, un importante
hombre de negocios (no siempre limpios) hongkonés. Obviamente este es mi
particular planteamiento porque nada en los libros de Le Carré, y tampoco por
tanto en esta novela, es simple. Todo tiene dobles sentidos y todos los
personajes tienen doble cara. De hecho hay uno que ni tan siquiera aparece
nunca en la novela, Karla, el contrapunto de Smiley en los servicios secretos
rusos.
¡Ya apareció el
comunismo! “The honourable schoolboy”
se desarrolla en plena guerra fría en una zona que generalmente se olvida al
hablar de este periodo como es el sureste asiático. Hong Kong, Shanghái,
Saigón, Vientián, son algunos de los escenarios por los que pasa la acción de
esta novela y que hacen al lector tener que estar pendiente siempre para saber
en qué momento se está dentro de la trama, ya que la maraña de nombre, fechas,
épocas, acontecimientos y ambientes puede llegar a ser bastante confuso, y de
hecho lo es. Pero también esto es típicamente de Le Carré, algo que hace de sus
novelas obras maestras del género, aunque no me gusta calificarlas dentro de
ningún género salvo el de la narrativa pura y dura.
John Le Carré no
escribe novelas de buenos y malos, del bien contra el mal, de principios morales
y éticos fijos y claros. Una amplia gama de grises recorre todas sus novelas y
“The honourable schoolboy” no
iba a ser una excepción. La novela empieza con un tifón y acaba envuelta en
niebla. Entre medias aparecen siempre los claroscuros que caracterizan la vida
de los espías de novela. Los personajes de Le Carré, empezando en este caso por
Smiley y acabando por Westerby, pero pasando también por Gulliam (otro de los
grandes personajes del escritor inglés), los hermanos Ko, Ricardo, Martello
(homólogo de Smiley en la CIA), nunca son claros, siempre están envueltos en
neblinas personales que hacen que su ética no pueda ser calificada ni como
buena ni como mala. Son a fin de cuenta seres humanos normales y corrientes
como cualquiera de nosotros. Por ello leer a Le Carré en el fondo es verse
reflejado en algún momento en alguno de sus personajes.
Dejando a un lado
trama, ambientación, personajes incluso, lo más destacable de esta novela es
cómo John Le Carré, como siempre, demuestra una maestría absoluta a la hora de
crear un ambiente de tensión y doble juego que lleva al lector a dudar hasta de
los supuestos buenos de la historia. “The
honourable schoolboy” es una novela de espionaje redonda en la que
hasta la última página el lector tiene algo que descubrir. Además los cambios
inesperados y radicales en la trama mantienen al lector con ganas de más.
Además no puede faltar en ningún momento el amor, y una chica que en el fondo
es la que termina por decantar la balanza y hacer que todo se tambalee. Las
pasiones humanas siempre desequilibrando el mundo.
No puedo
recomendar “The honourable schoolboy”
como libro para descubrir a Le Carré ya que en él aparecen personajes ya
aparecidos anteriormente y constantemente se hace referencia a sucesos
acaecidos en la novela anterior, cuyo título en español es “El Topo”. Sin embargo, lo que sí
puedo hacer es decir que esta novela es probablemente más intensa que su
hermana mayor y que sin duda alguna quiero ya tener en mis manos el siguiente y
último volumen de esta “trilogía” sobre el enfrentamiento entre occidente y
Rusia dentro del mundo de la ficción y saber cómo Smiley, el gran espía de la
literatura por antonomasia, termina por salir victorioso y acabar con Karla
devolviendo el golpe recibido con el topo desenmascarado en la primera novela.
Poco tardaré en hacerme con ese libro y volver a disfrutar leyendo a Le Carré.
Caronte.