lunes, 26 de noviembre de 2018

Lectura crítica: "The honourable schoolboy"

Hace un año en Londres compré esta novela. Ya es casi tradición que en mis viajes a Londres (4 ya) vuelva con la maleta llena de tés, galletitas de Fortnum & Mason y, ante todo, libros. En noviembre del año pasado volví de la capital británica con una docena de libros. Este es el último de aquellos que me quedaba por leer. Pero es que lo mejor suele quedarse siempre para el final, o al menos eso es lo más recomendable. Y en este caso, John Le Carré, es sin lugar a dudas lo mejor que he leído, leo y probablemente nunca leeré. Para mí este octogenario escritor británico es el mejor escritor inglés y en inglés vivo, y probablemente uno de los mejores que ha dado la lengua de Shakespeare. Quien me conoce ya sabe mi predilección por Le Carré y aunque intento ser objetivo a la hora de hablar de sus novelas siempre me cuesta decir algo malo. Pero hoy no toca controlarse porque esta es una de sus grandes novelas de espías, una de sus más importantes y famosas obras.

The honourable schoolboy”, o como se ha traducido al español por una vez conservando literalmente el título inglés “El honorable colegial”, es la segunda novela de lo que se considera en la obra de Le Carré como la trilogía de Smiley. Para quien no lo sepa o sea novel en la obra literaria de John Le Carré, hay que decir que George Smiley es probablemente el personaje por excelencia de las novelas de Le Carré, a pesar de que solo protagoniza directamente tres de ellas, apareciendo como secundario en otras tres o cuatro más. Pero no solo esto, ya que Smiley es el paradigma del espía en la literatura inglesa del siglo XX, y quizá también uno de los personajes más importantes del mundo literario inglés.

Como prácticamente todas las novelas de Le Carré, “The honourable schoolboy” empieza de manera prácticamente incomprensible, con capítulos en los que se van planteando situaciones que inicialmente el lector es incapaz de conectar y casi de seguir. En este caso se salta de Hong Kong a Londres y se pasa por Italia para representar un retiro idílico. Sin embargo, poco a poco todo va encajando, los diversos escenarios van convergiendo y el lector va poniendo voz y nombre a los diversos personajes que le acompañarán durante las más de 600 páginas de este novelón.

Siempre tengo dudas a la hora de ubicar el protagonista de las novelas de Le Carré ya que siendo de espías muchas veces el protagonista no es quien parece ser. En “The honourable schoolboy” pasa lo mismo. Hay tres personajes que llevan el peso de la trama, George Smiley al frente del Circus (la sede de los servicios secretos británicos), Gerry Westerby, el honorable colegial que da título a la novela y que será el hombre de campo que llevará a cabo la misión encomendada y Drake Ko, un importante hombre de negocios (no siempre limpios) hongkonés. Obviamente este es mi particular planteamiento porque nada en los libros de Le Carré, y tampoco por tanto en esta novela, es simple. Todo tiene dobles sentidos y todos los personajes tienen doble cara. De hecho hay uno que ni tan siquiera aparece nunca en la novela, Karla, el contrapunto de Smiley en los servicios secretos rusos.

¡Ya apareció el comunismo! “The honourable schoolboy” se desarrolla en plena guerra fría en una zona que generalmente se olvida al hablar de este periodo como es el sureste asiático. Hong Kong, Shanghái, Saigón, Vientián, son algunos de los escenarios por los que pasa la acción de esta novela y que hacen al lector tener que estar pendiente siempre para saber en qué momento se está dentro de la trama, ya que la maraña de nombre, fechas, épocas, acontecimientos y ambientes puede llegar a ser bastante confuso, y de hecho lo es. Pero también esto es típicamente de Le Carré, algo que hace de sus novelas obras maestras del género, aunque no me gusta calificarlas dentro de ningún género salvo el de la narrativa pura y dura.

John Le Carré no escribe novelas de buenos y malos, del bien contra el mal, de principios morales y éticos fijos y claros. Una amplia gama de grises recorre todas sus novelas y “The honourable schoolboy” no iba a ser una excepción. La novela empieza con un tifón y acaba envuelta en niebla. Entre medias aparecen siempre los claroscuros que caracterizan la vida de los espías de novela. Los personajes de Le Carré, empezando en este caso por Smiley y acabando por Westerby, pero pasando también por Gulliam (otro de los grandes personajes del escritor inglés), los hermanos Ko, Ricardo, Martello (homólogo de Smiley en la CIA), nunca son claros, siempre están envueltos en neblinas personales que hacen que su ética no pueda ser calificada ni como buena ni como mala. Son a fin de cuenta seres humanos normales y corrientes como cualquiera de nosotros. Por ello leer a Le Carré en el fondo es verse reflejado en algún momento en alguno de sus personajes.

Dejando a un lado trama, ambientación, personajes incluso, lo más destacable de esta novela es cómo John Le Carré, como siempre, demuestra una maestría absoluta a la hora de crear un ambiente de tensión y doble juego que lleva al lector a dudar hasta de los supuestos buenos de la historia. “The honourable schoolboy” es una novela de espionaje redonda en la que hasta la última página el lector tiene algo que descubrir. Además los cambios inesperados y radicales en la trama mantienen al lector con ganas de más. Además no puede faltar en ningún momento el amor, y una chica que en el fondo es la que termina por decantar la balanza y hacer que todo se tambalee. Las pasiones humanas siempre desequilibrando el mundo.

No puedo recomendar “The honourable schoolboy” como libro para descubrir a Le Carré ya que en él aparecen personajes ya aparecidos anteriormente y constantemente se hace referencia a sucesos acaecidos en la novela anterior, cuyo título en español es “El Topo”. Sin embargo, lo que sí puedo hacer es decir que esta novela es probablemente más intensa que su hermana mayor y que sin duda alguna quiero ya tener en mis manos el siguiente y último volumen de esta “trilogía” sobre el enfrentamiento entre occidente y Rusia dentro del mundo de la ficción y saber cómo Smiley, el gran espía de la literatura por antonomasia, termina por salir victorioso y acabar con Karla devolviendo el golpe recibido con el topo desenmascarado en la primera novela. Poco tardaré en hacerme con ese libro y volver a disfrutar leyendo a Le Carré.

Caronte.