jueves, 25 de noviembre de 2021

Berlin Finale

Las novelas (aunque debería decir que la literatura en general) sirven de manera dual para viajar sin moverse y para hacerlo sabiendo de ante mano el pasado de una ciudad, una cultura, una civilización, un entorno, un palacio, una simple callejuela. Esta novela llevaba en mi pila de pendientes muchos meses, pero es que estaba esperando su momento justo para ser leída. Todas las novelas tienen un momento determinado de ante mano en la vida de un lector, y solo si son leídas en ese preciso instante generan el efecto correcto y buscado. Esta novela quería leerla en el momento adecuado y para ello tuvo que esperar pacientemente apilada junto con otras su hora. Y su hora ha sido este noviembre, cuando he vuelto a Berlín, quizá la ciudad con más historia a su espalda de todo el continente europeo. Y me ha llevado lo mío entre unas cosas y otras acabármela, no por no sentirme atraída por ella, sino porque entre el propio viaje y temas privados me han quitado mucho tiempo de lectura.

Desde que visité Berlín por primera vez hace casi tres años quedé impresionado por una ciudad tan llena de contrastes e historia. Un imperio, los locos años veinte de los cabarés, dos guerras mundiales, una guerra fría, un muro que dividía no solo una ciudad sino dos concepciones de la sociedad y la vida, una reconstrucción… Berlín es para los amantes de la historia del siglo XX su Meca. Por todo esto, investigando sobre libros que pudieran transmitirme parte de esta historia llegué a dar con Berlin Finale de Heinz Rein: una novela descomunal y casi inabarcable sobre los últimos días de la capital del Reich de los mil años.

A lo largo de casi setecientas páginas Reinz, que vivió los últimos días de Berlín como capital del nazismo, da cuenta de la vida y supervivencia de los berlineses que no tienen donde ir y ven como poco a poco todo se acaba: la guerra, las fuerzas, la comida, la esperanza, la autoestimo, las creencias que una vez se pensaron fijas e inamovibles… Berlin Finale es, por así decirlo, el diario de una ciudad, Berlín, narrado al detalle, donde los protagonistas que Rein nos da no son más que una mera excusa para contar cómo era la vida en Berlín durante esas últimas semanas antes de mayo de 1945 cuando la capital del Reich capituló dando paso al silencio (triste, hambriento, desolador) de una ciudad arrasada por la locura de un puñado de mostruos.

A través de la vida clandestina de un grupo de la resistencia interna alemana, Heinz Rein nos lleva a través de todo Berlín, de norte a sur y de este a oeste, por diferentes barrios y casas y bares y líneas de metro, para que podamos hacernos una imagen clara de lo que pasó en Berlín aquellos días de abril de 1945. Berlin Finales no solo es una novela bélica donde las escaramuzas se agolpan página tras páginas, los disparos nos pasan cerca mientras leemos sentados en nuestros cómodos sofás, las alarmas aéreas retumban en nuestro interior indicando que hay que refugiarse en sótanos de edificios o en el metro para evitar un bombardeo aéreo. No. Esta novela no es solo esto, es también una novela donde la conciencia del ser humano queda desnuda y diseccionada por Rein para mostrar cómo los jerarcas nazis no fueron los únicos culpables de aquellos 12 años de terror, odio, muerte y guerra, sino que sin la complicidad de una sociedad alemana que por acción u omisión aceptó ese orden de cosas nada hubiera tardado tanto en acabar. Pero tampoco hay que quedarse en esto, porque esta también es una novela donde se muestra que no todos los alemanes eran iguales, que algunos intentaron hacer que todo acabara lo antes posible, con pocos medios, teniendo a la inmensa mayoría de la población en contra y no sabiendo si el vecino o compañero de trabajo o de iglesia o de estudios o el cliente que entra en tu bar es amigo o enemigo y te puede denunciar por una frase inocua inapropiada a sus oídos.

Berlin Finales es una novela densa de leer pero que atrapa, donde la propia ciudad y sus habitantes anónimos son más protagonistas que los hombres y mujeres que Heinz Rein pone como tales. La trama que envuelve a cada uno de los miembros del grupo de resistencia que la novela sigue en sus páginas no es más que un añadido a lo que Rein quiere contarnos: cómo Berlín y los berlineses vivieron los últimos días de una guerra abismal como fue la IIGM. Las vidas de los diferentes personajes sirven de excusa para ir recorriendo dos berlines, el Berlín clandestino donde los silencios, la cautela y las ganas de acelerar el final son tangibles; y el terrenal donde la gente corriente intenta seguir su vida siempre que las sirenas antiaéreas callen, los soldados siguen luchando, siguiendo órdenes de líderes en desbandada, enloquecidos y cegados por una megalomanía asesina, y algunos intentan sobrevivir con 12 años de nazismo a la espalda.

Podría parecer por lo que ha dicho hasta ahora que Berlin Finale es una novela bélica sin más, centrada en Berlín eso sí. Lo es: es una novela bélica donde la ambientación y los personajes (aunque sin trama propiamente dicha) son más importantes que la propia contienda, donde quien sufre es mucho más importante que quien hace sufrir (y da la casualidad de que sufren muchos de muchas maneras diferentes). Pero esta también es una novela donde el ser humano, sus pulsiones y pasiones, su dicotomía, sus contradicciones cobran una importancia y un peso brutal. Qué interesantes son las conversaciones que se dan a lo largo de la novela sobre el amor, la política, la guerra, el patriotismo, el ser alemán, la fe y la creencia en algo…

Heinz Rein logra con esta novela dos cosas: una, meter al lector de lleno en la batalla de Berlín, no en mitad de los disparos (que también) sino en las calles, plazas y edificios de Berlín donde la ciudad, en ruinas, hastiada, bombardeada y acosada, sigue viviendo como puede y sus ciudadanos morando sus rincones esperando un desenlace, el que sea; y dos, hacer que el lector sea capaz de comprender aquello que puede parecer incomprensible, teniendo en cuanta que comprender no es justificar ni mucho menos. Berlin Finale es una novela magnífica sobre un momento histórico lleno de aristas, tensión e incertidumbre. Altamente recomendable su lectura sosegada y tranquila.

Caronte.