Si la última entrada
del blog la dediqué a la última novela de Eduardo Mendoza, uno de mis
escritores preferidos y de cabecera, esta de hoy es para otro de mis autores
predilectos que descubrí después de que le galardonaran con el Premio Príncipe
de Asturias de las Letras: Antonio Muñoz Molina. Y también en este caso voy a
hablar de su última novela publicada hace apenas un mes. Muy probablemente este
libro se quede muy marcado en mi memoria por la absoluta coincidencia que tuve
un día paseando por Madrid con el libro bajo el brazo (siempre voy con un libro
en la mano cuando salgo de mi casa) cuando de repente me topé de frente con
Antonio Muñoz Molina paseando a su perro. No soy muy dicho a hacer estas cosas,
ya que me parece entrometerme en una vida ajena, pero no pude más que pararle
para hacerle partícipe de la coincidencia y decirle que en la Feria del Libro
le veré para que me dedique el libro.
Llevaba varios años
Muñoz Molina sin publicar una novela llena desde la primera hasta la última
página de ficción y con “Tus pasos en
la escalera” vuelve a situarse en ese lado de la realidad donde todo
sin ser tangible es imaginable. Y vuelve con una historia que envuelve al
lector en una atmósfera que poco a poco a lo largo del libro se va haciendo
cada vez más irrespirable y densa en la que la angustia, el desconocimiento, la
ausencia y la paranoia llegan al lector con la misma intensidad, sino más, que
al protagonista de la novela.
En “Tus pasos en la escalera” el
lector debe dejarse llevar por la voz narrativa del protagonista, cuyo nombre
creo que solo aparece una vez en toda la novela y que por tanto no recuerdo
(tampoco es importante). Este narrador nos va contando su vida junto a su
pareja, una mujer científica de éxito, tanto durante su pasado juntos en Nueva
York como su futuro presente en Lisboa donde se mudan hartos de la gran manzana
y por cuestiones laborales de ella. Sin embargo, ella nunca está presente
físicamente en la narración. Todo lo que al lector se refiere de Cecilia, que
así es como se llama la pareja del narrador, es referente al pasado común y a
la imaginación de un futuro juntos en Lisboa. No hay presente.
No hay presente en
la narración porque “Tus pasos en la
escalera” es una novela sobre la espera y la ausencia, y sobre cómo
estos dos estados de ánimo, porque eso es lo que son en el fondo, trastocan a
las personas hasta desfigurarlas del todo. Cuando se ha tenido algo a lo que el
corazón ha tenido mucho aprecio su pérdida o ausencia es mal entendida por el
cerebro que intenta que el corazón no sufra haciéndole pensar que quizá esa
ausencia no es definitiva, sino que en algún momento puede que sea recobrable.
Y la espera cuando se alarga y los días se suceden llenos de ilusiones y
esperanzas se torna ansia y ésta a su vez en angustia y paranoia que puede
terminar en locura.
Muñoz Molina guía al
lector de “Tus pasos en la escalera”
como solo alguien con un dominio del lenguaje puede hacer: suavemente, dejando
entrever lo justo de la realidad, para al final ir arrebatando la respiración
haciendo que sea casi imposible despegarse del libro para cualquier otra cosa
que no sea necesidad vital imperiosa. Es cierto que el inicio de la novela, a
quien no está acostumbrado al estilo de Muñoz Molina se le puede hacer muy
pesado y denso, pero a los que ya llevamos años leyéndole y enamorados de esa
prosa tan cuidada, esta novela es una joya. No exagero si digo que para mí esta
novela es de las mejores de Muñoz Molina. La he disfrutado como hacía varios
libros ya que no disfrutaba leyéndole.
Es complicado
explicar con palabras las sensaciones que se me pasan por la cabeza y el cuerpo
cuando leo un libro de Muñoz Molina pero creo que puede ser una mezcla entre
orgullo, felicidad y paz interior. “Tus
pasos en la escalera” es una novela hecha para disfrutar leyendo,
aunque pueda pasarse mal por ese punto de thriller psicológico tiene la novela.
En varios momentos durante su lectura me he imaginado desarrollos muy macabros,
trágicos, sádicos y crueles, pasando también por los tristes o por los
imaginarios. Y sin embargo el final es tan Muñoz Molina que hubiera sido muy
complicado de adivinar (aunque suene contradictorio).
Mención aparte
quiero hacer al protagonismo que tiene Lisboa en “Tus pasos en la escalera”. La ciudad del Tajo es un
personaje más que acompaña al narrador y a su perro en los interminables paseos
que le da. Un ambiente, unas calles, unos olores, unos colores y un estado de
ánimo, definitivamente, que hacen que la novela no pueda estar ambientada en
otra ciudad que no fuera esta. Nueva York también está presente en las
evocaciones del protagonista de su vida con Cecilia, y sobre todo el evento que
cambió el mundo tal y como se conocía. Pero aquí NY es una ciudad arisca,
brusca y hostil, mientras que Lisboa, pese a su decrepitud, abandono,
ancianidad y melancolía es la ciudad perfecta para el amor incondicional e
irreal casi que siente el protagonista de la novela.
Después de los dos
últimos libros de Muñoz Molina en los que sus reflexiones personales y la realidad
han sido más protagonistas que su magnífica prosa y su potente imaginación, “Tus pasos en la escalera” vuelve
a la senda que ya me enamoró de este autor ubetense hace años. Este libro es
uno de los mejores de lo que llevamos de año y no tengo duda alguna de que
llegado el momento de dar el Premio de la Crítica o el Nacional de Narrativa
estará entre los que suenen para ser galardonado con alguno. Pero dejando los
premios a un lado, solo me queda decir que espero que aún le queden muchos
libros así en el tintero a Muñoz Molina porque sinceramente este libro ha sido
de los que más he disfrutado este año.
Caronte.