jueves, 16 de julio de 2020

Sidi

Siempre vuelvo a Pérez-Reverte. Es uno de esos escritores que casi nunca me dejan frío ni me aburren; es de los pocos autores cuyas novelas entretienen, hacen viajar y además enseñan al lector algo sobre un tema determinado o una época concreta. Da gusto leer cualquier libro de Reverte por el trabajo que uno sabe que hay detrás y que queda reflejado en un fondo de la trama complejo, bien definido, delicadamente perfilado, que hace que los personajes, ficticios o más reales, cobren una dimensión realista que pocos autores saben conseguir a día de hoy. Aunque parezca mentira debido a que es un libro que hace apenas unos meses que ha salido a la venta, también he dado con él en una librería de segunda mano; librería que por cierto siempre tiene una gran variedad de libros de Alfaguara en perfecto estado y a un precio rebajado por normal general un tercio de su valor original. Pero este no es el tema; el tema es que Pérez-Reverte ha vuelto a conseguir una novela redonda de principio a fin.

He de reconocer que cuando se anunció nueva novela de Pérez-Reverte y se dio a conocer que llevaría por nombre “Sidi” quedé frío, muy frío. No me pareció un nombre atrayente ni interesante; de hecho, no me sugería absolutamente nada. Fue una pequeña decepción. Sin embargo, cuando salió publicada y tras ver entrevistas al autor y críticas en diferentes blogs que sigo, me fue picando más y más la curiosidad por este relato de ficción medieval cuyo personaje central, en torno a quien gira toda la novela, es el mítico Cid Campeador. Más atracción sentí por el libro tras ir leyendo opiniones de lectores “ofendiditos” porque la imagen que se da de El Cid en esta novela no es la que corresponde a la que la historia oficial de este país ha contado durante generaciones.

Y es que el Rodrigo Díaz de Vivar que protagoniza “Sidi” es un hombre que mira solo por sus hombres (fieles, tenaces, guerreros) y por él mismo sin importar nada más que su honor y su palabra dada. La novela se divide en tres partes: la primera y la última narran dos “misiones” o escaramuzas, una contra moros y otra contra cristianos; mientras que la parte intermedia está dedicada a la transición entre un encargo y otro, y en ella se describe, de manera muy documentada, cómo era la vida y las relaciones entre reinos en los territorios que hoy por azares de la historia se llaman España.

Como he mencionado de pasada antes, en “Sidi” Arturo Pérez-Reverte muestra un Cid diferente al matamoros conquistador de reinos moros que la historia franquista analfabeta nos ha implantado en todos los lugares y que Charlton Heston inmortalizó en la gran pantalla. Rodrigo Díaz de Vivar es un infanzón castellano desterrado por un Rey vil al que, sin embargo, sigue considerando su legítimo señor, y ante el que se niega a batallar al servicio de otros señores. Se gana la vida sirviendo al mejor postor, sea este un rey cristiano o uno musulmán de alguna de las taifas que en el siglo XII resquebrajaron la península ibérica. No hay rastro de ese héroe sangriento que mata moros y expande los dominios de los reinos cristianos avanzando sin parar la Reconquista. Quizá por ello cierto sector de lectores han visto en esta novela un ataque directo a su subconsciente franquista idílico y falso, acusando incluso a Pérez-Reverte de mentiroso.

Pero centrémonos. “Sidi” es una novela histórica de aventuras, al más puro estilo clásico, donde la acción y los personajes son clave. Las conversaciones entre El Cid y sus hombres, o con el emir de Zaragoza, o consigo mismo antes de entrar en batalla o al acordarse de su mujer e hijas dejadas atrás en Cardeña, son delicados retazos de un hombre muy alejado del héroe que nos han vendido durante años. La recreación de la primera escaramuza contra los moros y de la gran batalla de la última parte de la novela son tan cinematográficas que el lector es capaz de ver las imágenes en su cabeza a medida que va leyendo, de oír los ruidos de las batallas, o incluso de poner música a esas imágenes evocadas por la prosa de Pérez-Reverte. Pero no todo es acción y los tempos narrativos de esta novela están manejados con suma delicadeza para no abrumar al lector al mismo tiempo que se le plantea un fresco bastante ajustado a la realidad de lo que era la península ibérica en la Edad Media.

Sidi” es una novela para pasar unas horas muy entretenidas leyendo, para sentarse a la sombra de una sombrilla en la playa o la piscina, o bajo una parra en el campo, o para no salir de casa en una tarde tórrida de verano. La extensísima labor de documentación previa de Pérez-Reverte hace que la novela, además de entretener, ilustre al lector sobre una época que contiene más sombras que luces y que es muy desconocida por la mayoría. Por todo esto creo que, después de su última novela de cierre de la trilogía de Falcó que me dejó ciertamente decepcionado, con este libro Arturo Pérez-Reverte vuelve a conseguir una novela redonda que se disfruta de principio a fin.

Caronte.


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