El penúltimo día
de mi último viaje a Londres entré en una de las librerías más importantes de
la capital inglesa, la sede de Waterstones en Piccadilly, con el objetivo de
comprar unos cuantos libros, algunos de los cuales llevaba pensados. Sin
embargo, una vez dentro rodeado de esa inmensa cantidad de libros en metros y
metros de estanterías, me sentí incapaz de elegir ninguno entre tantos títulos
que me llamaban la atención. Al final uno de los libros que compré, del que voy
a escribir hoy, lo hice después de preguntar a un amable librero sobre un libro
que se ambientara en la IIGM y más en concreto en los bombardeos de Londres
durante el llamado Blitz que sacudió la capital inglesa en el otoño invierno de
1940. Este es un tema, y una parte de la guerra, que siempre me ha llamado
mucho la atención y del que tenía muchas ganas de leer. Por eso cuando el
librero de Waterstones me recomendó este libro no lo dudé y, pese a su gran extensión,
me lo compré.
“Life after life” es un libro al
que llevaba tiempo siguiendo la pista ya que en su día ganó el Premio Costa de
Literatura, quizá el segundo más importante de las letras inglesas tras el
Booker. Sin embargo nunca me había atrevido ni a leerlo ni a investigar más ni
a intentar saber algo más sobre él, cosa de la que ahora me arrepiento porque
me he encontrado con una novela que ha superado todas mis expectativas previas,
y eso que eran bastante altas.
Como he comentado
al principio de pasada “Life after
life” se ambienta en gran parte en los bombardeos que sufrió Londres
durante la IIGM, el llamado Blitz de Londres. Sin embargo no es una novela que
trate sobre la guerra ni tan siquiera sobre los bombardeos de Londres. No. Esta
es una novela diferente, totalmente original en su formato y en su manera de
narrar. Es una novela con múltiples principios y por tanto múltiples finales.
En definitiva es una novela en la que el lector se enfrenta a la disyuntiva de
cómo hubiera sido la vida si hubiera hecho esto o aquello, si en lugar de tomar
una decisión hubiéramos tomado otra. Es la pregunta “¿qué hubiera pasado si…?”
la protagonista de toda la trama.
“Life after life” narra la vida de
Ursula Todd, nacida un día de temporal de nieve de noviembre de 1910 que muere
ahogada por su cordón umbilical; y también la vida de Ursula Todd nacida una
blanca noche de noviembre de 1910 que muere ahogada en la playa apenas unos
años después; y también la vida de Ursula Todd nacida una blanca noche de
noviembre de 1910 y que se casa con un alemán y tiene que pasar la IIGM en
Alemania y muere mientras Berlín está siendo liberada; y también la vida de
Ursula Todd nacida una blanca noche de noviembre de 1910 y casada con un inglés
que parece modélico pero que encierra a un monstruo que hace de su matrimonio
su tumba; y también la vida de Ursula Todd nacida una blanca noche de noviembre
de 1910 y que vive una vida normal dentro de lo que cabe sirviendo como
funcionaria pública durante la IIGM y que muere tranquilamente de anciana.
Podría seguir así un poco más pero en el fondo esta novela no es una sino
varias.
Antes también he
dicho que “Life after life” ha
superado con creces mis expectativas previas. Y es así. Esta es una novela
adictiva de principio a fin; tiene algo este libro que lo hace ser excepcional
y es que el lector se mantiene pegado a él desde el primer capítulo, apenas
tres hojas, en las que se nos presenta una escena en la que una mujer, Ursula,
asesina a un alemán al que llama fuhrer.
¡Qué más se puede pedir! Yo diría que poco más se puede pedir a una novela que
empieza matando a Hitler para seguir matando a la que debe ser su protagonistas
antes incluso de nacer. Por eso digo que la novela me ha mantenido pegado a sus
páginas todos los días que la he estado leyendo, con sentimientos enfrentados
de querer seguir leyendo y no querer acabar la historia.
La originalidad de
la novela es incuestionable en cuanto a estilo y forma narrativa. Pero además “Life after life” sigue la
tradición clásica de la novela familiar británica y su autora, Kate Atkinson
(por cierto una mujer prodigio en la narrativa británica) nos muestra, en todos
los escenarios y vidas de Ursula, desde varios ángulos y con varios desarrollos
y desenlaces los trances de la familia Todd: una familia acomodada que vive a
las afueras de Londres en una casa grande con terrenos propios, sirvienta y
cocinera; con sus fiestas; sus días al sol; sus pocas preocupaciones; sus horas
del té. Y si Ursula es un personaje enigmático que durante toda la novela tiene
un halo de misterio a su alrededor, su familia no es menos atractiva: una madre
obsesionada con las apariencias; un padre que pasa de todo y únicamente trabaja
y se preocupa por sus hijos; una tía, Izzi, adelantada a su época; unos
hermanos cada cual de su padre y de su madre.
Es reseñable también
cómo se narra en “Life after life”
el Blitz: con crudeza, realismo y sentimiento. No puedo sentir más que
agradecimiento por el librero que me recomendó esta novela y me hizo comprarla
porque sinceramente es la novela que llevaba tiempo queriendo leer. El mismo
Londres que tanto amo es el que sale en las páginas de este libro, el que
recorre Ursula con sus amantes o su tía o ayudando a evacuar a los vecinos de
su calle mientras suenan las sirenas que anuncian el bombardeo inminente, el
que termina destruido por esas mismas bombas que sesgaron la vida de miles de
personas que después de cada noche de truenos se levantaban e iban a trabajar,
si es que su lugar de trabajo o vivienda seguían de pie, con total normalidad,
con estoicidad británica.
Para acabar es
bueno que diga que “Life after life”
es una especia de caja de bombones, como diría Forrest Gump, y cada uno de los
capítulos tiene un sabor diferente y deja al lector con sensaciones diferentes,
lo que hace de esta novela un libro tremendamente fascinante y asombroso que
uno se alegra de leer y se entristece por acabar. No sé si se habrá dicho en
algún sitio, pero tengo la sensación de que esta novela se podría leer de
manera totalmente desordenada sin que la experiencia global de lectura cambiara
lo más mínimo ya que, a pesar de que todas las historias tienen nexos en común
y referencias constantes, el orden de lectura bien podría ser diferente. Pero
eso lo dejo a algún lector valiente que se atreva con esta novela cuya lectura
recomiendo vivamente, ya que para mí es una de las grandes novelas que llevo
leídas este año.
Caronte.
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