lunes, 20 de mayo de 2019

Lectura crítica: "El Rey recibe"


Eduardo Mendoza es desde hace años ya uno de mis escritores preferidos. Curiosamente lo conocí tras ganar el Premio Planeta y decidí leer la novela con la que ganó y que me encantó. Digo curiosamente porque hace años que el Planeta no premia calidad literaria alguna sino mediocridad comercial y por tanto hace años que no leo nada premiado. Da la casualidad que fue Eduardo Mendoza el primer escritor al que saludé en persona en una Feria del Libro hace también ya unos cuantos años. Pocos autores me ilusionan tanto y cuando hace unos meses sacó nuevo libro y anunció una trilogía de novelas ambientadas en las décadas más intensas del siglo XX no sólo me alegré, sino que pensé que volvía el Mendoza más serio y formal de su primera época como escritor. Pero no ha sido hasta el pasado Sant Jordi, Día del Libro, cuando mis padres me han regalado este libro que empecé a devorar al día siguiente y que tardé poco en dar cuenta del mismo a pesar de que es hoy cuando subo esta reseña.

El Rey recibe” es una novela ambientada entre Barcelona y Nueva York que sin embargo tiene uno de sus puntos clave en Baleares y cuyo protagonista empieza a trabajar sin casi él saberlo para un Príncipe imaginario de un país ficticio absorbido por la URSS que pretende recuperar el trono cuando el régimen soviético caiga. Rufo Batalla es el nombre del protagonista y narrador de esta historia. Periodista sin talento ni suerte, con unos padres snobs catalanes que se creen por encima de todo por ser cultos y que está un tanto perdido en la vida sin saber muy bien qué rumbo tomar. Sin embargo, todo cambia durante un viaje a Menorca donde tiene que hacer un reportaje sobre la boda de un Príncipe sin trono. En esa boda pasan cosas extrañas, muy típicas de Mendoza, que hacen que Rufo de un vuelco a su vida sin él mismo saberlo.

Sin dejar de ser una novela típicamente mendociana, “El Rey recibe” para mí podría englobarse en lo que considero la “obra seria” de Mendoza. Lo que a continuación expongo no es más que una opinión subjetiva y totalmente personal. Desde que leo a Mendoza tengo la impresión de estar ante uno de los más grandes escritores de la literatura española, pero con una personalidad dual en cuanto a escritor. Por un lado, tiene novelas serias como “La verdad como el caso Savolta” o “La Ciudad de los Prodigios” y alguna más; y por otro lado, novelas que yo englobaría como divertimentos, en las que la fina ironía que recorren todas sus obras tiene especial protagonismo junto a un sentido del humor brillante y único entre las que destaco la serie del detective sin nombre. Esta clasificación para los que amamos la literatura es calcada a la que el mismo Graham Greene hacía de su obra.

Mendoza con “El Rey recibe” vuelve a recobrar un ritmo narrativo que en las últimas novelas parecía un poco desgastado ya, quizá porque se había centrado más quizá en esas novelas divertidas por las que, quizá de manera un poco injusta era más famoso. Sin embargo, con esta última obra con la que además empieza trilogía, el escritor barcelonés vuelve a plantear una historia interesante, que además repasa los momentos más importantes de la historia del mundo: inicios del movimiento gay, la transformación de Nueva York, el asesinato de Carrero Blanco, la apertura de España al turismo y por tanto al mundo…

A pesar de que “El Rey recibe” atraviesa momentos importantes para la modernización de la sociedad, también es una novela de personajes en la que destaca como protagonista Rufo Batalla. La verdad es que es un tipo dispar con el que por momentos me he identificado, pero al que nunca podría parecerme del todo. Esta también es una novela de lugares y entre ellos Nueva York destaca por encima de todos: sus ambientes, sus gentes, su elitismo incipiente de los años sesenta-setenta, su peligrosidad, su mitología, en definitiva. Es difícil además no pensar en esta novela como parte biográfica de Mendoza, aunque la ficción se separa mucho de la realidad.

La historia y el pasado tienen un papel muy importante en “El Rey recibe”, que no deja de ser una novela histórica a la manera de Eduardo Mendoza, pasada por su filtro y lente deformante y llena de ironía. Esta deformación irónica y sarcástica se refleja sobre todo en el mundo imaginario que crea para ambientar el reino irreal de Livonia al que aspira el Príncipe Tukuulo, un personaje lleno de ironía y rasgos que podríamos asemejar a muchas y diversas personalidades excéntricas del mundo real en el que vivimos.

La imaginación desbordante de Mendoza a la hora de crear la historia de Livonia y del pasado del Príncipe aspirante a Rey hacen que “El Rey recibe” sea una novela con la que he disfrutado como con pocas. He vuelto a disfrutar del Mendoza que me entusiasmó hace años cuando leí “Riña de gatos”, aunque ambas novelas no tengas mucho que ver ni en forma ni estilo ni nada. He disfrutado de cada una de las páginas de este libro. Me he reído y me he sonreído muchas veces durante su lectura, cosa que sinceramente se agradece de vez en cuando; pero ante todo he disfrutado de un estilo único y de una forma de narrar que pocos alcanzan.

El Rey recibe” es una novela que se lee en seguida y que para los que siempre nos ha gustado Eduardo Mendoza se devora en un abrir y cerrar de ojos. Creo también que para los que nunca han leído nada de Mendoza es una buena novela para empezar a descubrir a un autor que considero fundamental en la literatura española y que cuando falta muy probablemente sea irremplazable ya que los genios rara vez se producen en serie. Deseando estoy ya que la siguiente entrega de esta trilogía salga a la venta.

Caronte.

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