Cuando me empecé a
leer “Cumbres borrascosas”
estuve a punto de dejarlo tras haber avanzado apenas un par de capítulos, y es
que la lectura de este libro al principio del mismo es algo dificultosa y densa
y parece como si no hubiera un destino claro hacia donde nos quisiera llevar la
autora. Sin embargo a pesar de este principio no me desanimé y como no me suele
gustar dejar los libros a medias y no terminarlos (salvo en muy contadas
excepciones), hice acopio de toda de veteranía de lector e hice un esfuerzo por
seguir avanzando en el libro. Hice bien, porque una vez te asientas en la
lectura de “Cumbres borrascosas”
el libro es una delicia.
Hay que decir que
este es el único libro que escribió la joven inglesa Emily Brontë, y fue el
único básicamente porque murió muy joven a la edad de 30 años. El libro por su
parte tiene ya unos cuantos años, fue publicado en 1847, pero a pesar de su
larga vida ya, es uno de los libros fundamentales de la literatura inglesa,
considerado todo un clásico de la misma. Por mi parte, yo llevaba ya tiempo
queriendo leerme el libro. Como he dicho lo cogí con muchas ganas, debido más
que nada a esa gran fama que tiene, y a pesar de que al principio, quizá por no
estar acostumbrado a leer libros tan antiguas, la temática y la forma en la que
está estructurado el libro me parecieron extrañas para lo que estoy
acostumbrado, con el paso de las páginas fue descubriendo una verdadera joya de
la literatura.
“Cumbres borrascosas” narra la
historia de dos familias que viven en plano páramo inglés, en dos casa
solariegas prácticamente aisladas del mundo y distanciadas entre sí. La mayor
parte de la narración de la historia corresponde al ama de llaves de una de las
familias, que a su vez se lo está contando al verdadero narrador del libro, el
señor Lockwood. Las relaciones que se dan entre las dos familias, los Linton y
los Hindley, son tormentosas, muy complicadas, llenas de complejos nexos
sentimentales. Pero ante todos los personajes que salen en la novela sobresale
por muchas cosas, pocas buenas, Heathcliff. Éste es al final de la novela el
personaje al que más se termina odiando, no solo en esta novela sino
probablemente en cualquiera que se lea. La historia comienza cuando los Hindley
acogen al bebé Heathcliff abandonado en Liverpool, éste crece con ellos aunque
no pertenece a su mundo, y por ello su carácter se irá forjando de manera
oscura, lleno de rencor, odio, egoísmo y sobre todo ambición. Durante el
desarrollo de “Cumbres borrascosas”
se narra la juventud, madurez y edad adulta de Heathcliff y sus relaciones con
los demás personajes, tanto los Linton como los Hindley, pero también con los
miembros del servicio de la casa en la que vive. Durante la novela se dan
también historias de amor, que a su vez son historias de odio, de compasión, de
rencor y de egoísmo. Todo ello ambientado en los páramos ingleses, con cuya
soledad y aislamiento, así como su falta de vegetación y su dureza terrenal
conforman un fondo más que adecuado para esta magnífica historia; el paisaje y
el entorno se convierten en “Cumbres
borrascosas” en un personaje más, contagiado de los propios
sentimientos y forma de ser de los personajes de la novela.
Todos los
personajes de la novela están, de manera u otra, llenos de odio, pero no un
odio normal, sino un odio que sale de lo más profundo de uno mismo, un odio
visceral, un odio hiriente, un odio que se expresa en gestos, palabras, miradas
y silencios. También hay rencor, derivado del odio que inunda los corazones de
todos los personajes, y mucho egoísmo, sobre todo en el amor. Pero a pesar de
estos malos sentimientos que abundan en todas las páginas de la novela, también
hay amor, una feliz y tierna historia de amor, que termina por prevalecer por
encima de todo, y de todos; una amor que termina por derrotar a Heathcliff,
personaje omnipresente en la novela. Y es Heathcliff el personaje en el que
todos los peores sentimientos que una persona puede tener se concentras,
maldad, sería la palabra adecuada para resumirlos todos, está lleno de maldad,
pero incluso con esa palabra me puedo quedar corto; estamos ante un personaje
que encarna todo lo malo y oscuro que puede haber en el corazón del ser humano:
rencor, odio, egoísmo, ambición desmedida, afán de destruir a las personas para
conseguir lo que sea, amor interesado, celos por nada, envidia. No hay palabra
o frase que vaya dirigida a nadie que no esté cargada de maldad, a veces
incluso de ira.
A pesar de haber
sido escrito a mediados del siglo XIX y que desde entonces la sociedad ha
evolucionado, es increíble ver cómo los más duros y oscuros pensamientos del
ser humanos, sus peores sentimientos hacia sus semejantes no han variado ni un
ápice, y Emily Brontë plasma toda esa complejidad sentimental del ser humano
con maestría y sobre todo con crudeza. En “Cumbres
borrascosas” se abre en canal la personalidad de todos sus personajes y
el lector es capaz de ver los sentimientos y deseos más ocultos del ser humano,
su vileza, su crueldad, su egoísmo y su ambición ilimitada. Pero además de todo
esto, también se nos presenta una historia de amor, pero sobre todo de esperanza;
esperanza de que en medio de la tempestuosa personalidad de Heathcliff, que
puede destruir todo y a todos los que la rodean, puedan surgir sentimientos
buenos, compasión, amor, generosidad, altruismo.
“Cumbres borrascosas” es una
novela de contraposiciones, de sentimientos encontrados, y de profundo análisis
de los sentimientos humanos. Todos en cierta medida podemos llegar a vernos reflejados
en esta historia, todos en un momento u otro hemos experimentado los mismos
sentimientos que se describen en ella, aunque por supuesto no del modo tan
radical que se expresan en el libro. La verdad es que una vez terminado el
libro, me he quedado con ganas de más, se me ha quedado corto, a pesar de que
lo comencé un poco desilusionado. He decir también que “Cumbres borrascosas” podría ser perfectamente una
telenovela, un culebrón “moña” de televisión con 400 ó 500 capítulos, y que su
temática y sus relaciones personales dan para ello; pero si profundizamos un
poco más, y nos fijamos sobre todo en las personalidades de sus personajes nos
damos cuenta que es algo más, algo que una telenovela no podría conseguir
nunca, ya que “Cumbres borrascosas”
es un espejo en el que se puede ver la parte más oscura del alma de sus
personajes y por tanto del ser humano. En definitiva es una buena novela, que
tiene merecido ser considerada un clásico de la literatura inglesa.
Caronte.
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