Por desgracia he
tardado mucho más tiempo en ir al cine a ver la última entrega de la saga de
James Bond del que me gustaría. Por unas cosas u otras al final también he
tenido que ir solo a verla cuando tenía pensado ir acompañado por un compañero
de la universidad, bueno ya de universidad no porque hemos acabado ambos. Lo
que no puede ser no puede ser y no se puede estar uno lamentando toda la vida.
Además es algo que suele pasar cuando se planea con mucho tiempo un plan que
cuando llega el momento siempre termina fastidiándose y el plan que parecía tan
ilusionante al final se va por el retrete. Pero bueno, fui solo al cine, como
la mayoría de las veces en el último año. No es que sea una actividad
agradable, lo de ir solo digo ya que el cine sí que me gusta, pero es lo que
hay. Me tengo que aguantar y envidiar a las parejas que van juntas al cine, o a
los grupos de amigos. Aunque si uno lo piensa lo mejor es ir solo ya que así no
hay discusión posible sobre qué ver (en el fondo esto es una excusa lamentable
para ver algo positivo en ir solo al cine, lo sé, pero qué le voy a hacer).
Desde hace un par
de entregas las saga del agente secreto más famoso de la historia del cine,
sino el único, tienen un nivel que no se veía desde los inicios de la saga,
cuando un jovencísimo y seductor Sean Connery se revolcaba en cada película con
las mujeres más sexis del momento. La nueva entrega de la saga de James Bond se
llama “Spectre”, nombre de una
organización multinacional e internacional, que no es lo mismo aunque pueda
parecerlo, encargada de sembrar el mal y el caos en todo el mundo para
conseguir hacerse con el poder desde la sombra y manejar los hilos de las
principales economías del mundo, controlando gobiernos y poniendo y quitando
dictadores a placer. Cualquiera puede imaginarse ya cual es la trama de la
película. Sin embargo hay mucho más en esta nueva entrega de James Bond.
“Spectre” además de ser una película
típica del Agente 007 en la que Bond debe intentar acabar con esta maligna
organización criminal y su líder supremo, intentando dar con ella en las
sombras de la clandestinidad, siguiendo pistas, recibiendo palizas por parte de
los miembros de la organización y sufriendo mil y una perrerías por medio
mundo, desde México DF, hasta el desierto marroquí, pasando por Roma, y cómo no
por la siempre gris y húmeda Londres. Esta nueva entrega de la saga de James
Bond retoma el hilo más personal sobre la vida de 007 que se inició en la
entrega anterior, “Skyfall”, con
misterio y suspense en todo lo relativo al pasado de James. Sin embargo, así
como en la película anterior esta parte más personal y humana del agente con
licencia para matar se sigue bien y engancha al espectador con una espectacular
escena final en la casa familiar de Bond en pleno prado escocés; en esta
película ese hilo se va diluyendo entre tanto afán por hacer una película
grandiosa con efectos especiales nunca vistos, y una gran fotografía que
sinceramente pienso que pretende más hacer publicidad de las ciudades que salen
en la película que dar una estética elevada a la historia y la trama.
No puedo decir que
“Spectre” supere a su hermana
mayor “Skyfall”. Para mí la
tercera entrega de la saga de James encarnada por Daniel Craig es y
probablemente será la mejor de todas las que he visto, y aquí he de confesar
que Craig no es que me llamara mucho la atención cuando se enfundó el smoking
para hacer de 007: siempre he sido más de Pierce Brosnan. Esta última película
de James Bond se queda casi en un quiero y no puedo: pretende imitar e intentar
superar a la anterior y desde mi punto de vista fracasa en el intento de manera
estrepitosa. Sam Mendes, el director de esta última entrega de la saga, intenta
repetir el éxito de la anterior, que también dirigió él, pero se queda corto.
En ningún momento esta película engancha de la manera tan intensa que lo hacía
la anterior. Parece como si en esta ocasión se hubiera intentado rizar el rizo
y además de meter una trama clásica de Bond entrelazarla con la trama de la
vida personal y el pasado del agente secreto. No consigue su objetivo.
Es cierto, y no
puedo negarlo, que “Spectre”
es puro entretenimiento y puro Agente 007. Pero poco más. Tampoco voy a decir
que la película se haga larga ni mucho menos. Ahí Mendes sí consigue lo que
cualquier director debería conseguir, y es mantener la tensión en el espectador
y las ganas de ver la película hasta el final ver qué pasa. Es espectacular la
primera escena de la película, la que abre la cinta y va justo antes de los
míticos créditos de inicio acompañados de la canción de la película, cuyos
primeros casi diez minutos parecen rodados en único plano secuencia
espectacular. Yo tengo mis dudas de que sea un plano secuencia, pero lo parece
y la verdad es que es impresionante. Como impresionante también es una
persecución en deportivos por las calles de Roma y el Vaticano, con la Basílica
de San Pedro de testiga muda. Pero poco más.
Quiero hablar
ahora de otros aspectos de “Spectre”.
Por ejemplo, se dio mucho bombo y platillo a la participación de Mónica
Bellucci en la película como una nueva chica Bond. Parece que cada vez se vende
más barato ser una chica Bond, ya que la Bellucci apenas tiene unas diez
frases, y creo que estoy exagerando y sale en total durante diez minutos en una
película de dos horas y media. Más chica Bond es Lea Seydoux que terminará por
ser un punto flaco de nuestro imperturbable y siempre serio Daniel Craig, haciéndole
más humano de lo que ningún agente 007 lo haya sido nunca. Me voy ahora con el
malo de esta entrega, interpretado por Christoph Waltz, probablemente el actor
que mejor interpreta a personajes de moral más bien baja, por no decir nula;
sin embargo en esta película no tiene su mejor actuación y el malo malísimo al
que interpreta y que por tanto desea con todas sus fuerzas matar a James Bond
no es ni de lejos el mejor malo que haya visto esta saga. Daniel Craig está en
su línea, aunque parece cansado. El nuevo M, Ralph Finnes, es tan sobrio como
efectivo en su papel y a pesar de que la sombre de Judi Dench es muy alargada,
ha empezado con muy buen pie.
Como digo, todo
esto debería de hacer de “Spectre”
una gran película de James Bond. Pero por desgracia debido a que la entrega
anterior para mí es de lo mejor del cine de acción e intriga de espionaje que
ha dado el cine, esta película queda algo deslucida. Quizá si se hubiera
decidido por dejar atrás ya el pasado personal de Bond y haberse centrado más
en la trama típica el resultado hubiera sido otro y mi opinión también. De
resultas de todo esto queda una película que entretiene, que se pasa volada ya
que en ningún momento sentí que la película se hiciera demasiado larga, que
tiene todo lo que se espera de una película de James Bond, pero que se queda
corta si la comparamos con la entrega anterior. Espero que para la próxima
película de la saga, que será la número 25, y para celebrar estas bodas de
plata, el espectáculo que se pueda ver en la gran pantalla haga honor a la
ocasión y se nos brinde a los aficionados al agente 007 una película épica y
memorable, de esas que tras muchos años se siguen recordando. De todas maneras
recomiendo la película ya que permite pasar un muy buen rato, pero creo que los
fans de la saga se verán un poco defraudados, al menos si piensas como yo
respecto a “Skyfall”. Lo bueno
de haber salido relativamente descontento con esta película es que esperaré el
estreno de la siguiente con muchas más ganas.
Caronte.
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