domingo, 7 de agosto de 2016

Lectura crítica: "A small town in Germany"

Leer para mí lleva siendo una necesidad imperiosa desde hace unos años. No puedo estar sin leer un día. De hecho sí que puedo estar un día sin leer pero lo paso bastante mal y busco cualquier pretexto para poder hacerlo. Por eso desde que sé que me tenía que marchar por razones de trabajo a Riad, una ciudad hostil donde las haya en un país que no le va a la zaga, lo primero que se me vino a la cabeza fue si podía llevar conmigo libros que poder leer durante las tardes eternas que se me plantearían durante mi estancia en mitad del desierto. Tras cerciorarme de que sí que podía venir con libro a Riad vino la tarea de seleccionar cuales iban a ser esos libros que me acompañarían en ese viaje y me harían compañía a falta de mi familia y algún que otro amigo muy querido. Uno de los autores que tuve claro desde el primer momento que se vendrían conmigo al desierto era John Le Carré. No podía no traerme alguna de las novelas de este grandísimo escritor británico que me faltaban por leer.

La obra que seleccioné para traerme fue “A small town in Germany” por su título en inglés, cuya traducción a la lengua de Cervantes es “Una pequeña ciudad de Alemania”. Apunto que al haberla leído en su idioma original, es decir el dialecto de Shakespeare, usaré su título en inglés para referirme a ella en el presente artículo. Si elegí esta novela no fue por otra razón más que por el hecho de que hace un tiempo decidí leer todo lo que me queda por leer de Le Carré en orden cronológico. De ahí que este libro, el quinto que publicaba Le Carré allá por el año 1968 cuando todavía era un joven escritor (tenía solo 37 años) aupado a la fama mundial gracias a su novela “El espía que surgió del frio”. Esta fue en esencia la primera novela de Le Carré en la que su personaje más celebre, y quizá uno de los más famosos y misteriosos de la literatura universal, George Smiley no aparecía ni como personaje principal ni como secundario.

A small town in Germany” como su propio nombre indica se desarrolla en Alemania, y la pequeña ciudad que de título a la novela es Bonn, la capital de la Republica Federal, donde radicaban las sedes diplomáticas de todos los países, entre ellos la Inglesa. Bonn, o la pequeña ciudad de la novela, aparece en este libro casi como un personaje más y no como mero escenario de la acción de la obra. Le Carré dibuja una ciudad gris, con un clima extraño que bien puede hacer que en mitad del invierno haga un sol primaveral o en mitad de los meses estivales surja una niebla rara que suma en la más profunda melancolía a los personajes y habitantes de la ciudad. Cerrando más el objetivo, la novela se desarrolla fundamentalmente en la embajada británica y sus personajes son todos trabajadores de la misma.

Mas formalmente hablando la trama de “A small town in Germany” se centra en la desaparición, o sustracción como se quiera ver, de una serie de documentos altamente sensibles tanto para los intereses ingleses como para los alemanes de la RFA en mitad de unas negociaciones comerciales y políticas con trasfondo europeo. Junto con la desaparición de estos documentos también se evapora del mapa Leo Harting, un oficial de segundo grado de la embajada, cuya búsqueda, a la postre, centra la trama de la novela. Ante la desaparición de estos documentos y las sospechas de que Harting pudiera ser un topo que estuviera pasando información a los comunistas, Londres envía a Bonn a Alan Turner para que encuentr a Harting y recupere los documentos.

Comienza así una caza desesperada, una serie de investigaciones llevadas a cabo por Turner entre los miembros de la embajada de Bonn para poder no ya poner rostro a Harting sino descifrar las razones para su desaparición y con la de este la de los sensibles documentos. Le Carré a partir de estos ingredientes crea en “A small town in Germany” una atmosfera de tensión envidiable para muchos otros escritores que después del maestro han intentado imitar su estilo. Turner y Harting son como dos gotas de agua en espectros opuestos. Son tan iguales que no tienen ni un solo punto en común. Parece una contracción absoluta pero no lo es para nada.

La llegada de Turner a Bonn y sus pesquisas y entrevistas “amistosas” con los diferentes miembros del personal de la embajada centran el desarrollo de “A small town in Germany”. Harting no aparece nunca de manera física en la novela, no hay diálogos de los que se protagonista directo, pero siempre está ahí. Los diálogos por medio de los cuales Turner va dibujando la personalidad de Harting y sus últimos movimientos antes de desaparecer con los documentos sensibles son brillantes, Le Carré es un maestro recreando estas conversaciones llenas de dobles sentidos, de sobreentendidos y silencios incómodos. Grande es también la descripción psicológica de los diversos personajes de la novela. Varias de esas conversaciones son merecedoras de una doble lectura, y de hecho yo mismo realice alguna que otra relectura de algunos pasajes para poder comprender mejor lo que en ellos se decía. A veces esos diálogos pueden parecer insubstanciales para la trama, pero que nadie se lleve a engaños si Le Carré los pone y escribe es por algo. Ninguna palabra ni frase de esta novela está ahí escrita al azar.

Como en muchas de sus novelas posteriores, en “A small town in Germany” John Le Carré muestra un mundo del espionaje, o en este caso de la diplomacia, hipócrita y cínico, con unos valores muy discutibles desde el punto de mira de la moral de los seres humanos normales. Turner y Harting son dos caras de la misma moneda, dos personas a la postre comprometidas con una causa por la que luchan hasta el final con ahínco y esperanza; mientras que Bradfiel o Siebkron, otros dos personajes de relevante importancia en la trama de la novela, el primero jefe de embajada y el segundo alto funcionario del Ministerio del Interior Alemán, muestran ese lado amoral del mundo político o diplomático, en el que todo vale por conseguir “triunfos”. Es con estos dos últimos personajes que acabo de nombrar con los que Turner tiene los diálogos que más me han gustado y que no tienen ni un ápice que perder. En ellos Le Carré empezó a demostrar el porqué de su fama posterior.

Al final como en muchas de las novelas de Le Carré, “A small town in Germany” da una serie de giros poco esperados por el lector. Y como también pasa en muchas de sus novelas, esta acaba con el personaje central, Turner o Harting, aquí depende de cada lector el asignarle a uno u otro dicho papel, siendo objeto de la pena o lástima del lector. No puedo engañar a nadie diciendo que la novela acaba bien con todos los cabos bien atados y cerrada la trama para bien o para mal. Le Carré hace lo que mejor sabe hacer y que ha demostrado con los años que domina a la perfección: deja todo en aire, y al lector con cierta mala leche y ganas de obtener un porqué a todo. Porqué que no se da y que es el lector el que tiene que encontrar reflexionando sobre lo leído en las páginas de la novela.

Es muy probable que “A small town in Germany” sea novela de varias lecturas y que sean necesarias varias lecturas para poder apreciar todas y cada uno de sus matices como de verdad se merecen. Ahí John Le Carré como siempre es un maestro, quizá el más grande escritor vivo que tiene el Reino Unido. Para mí siempre es un placer leer a este ex espía y maestro de escritores, y ha sido un verdadero gusto poder leerlo tan lejos de mi casa, en una cama que aunque sea la mía mientras dure mi aventura en Riad nunca llegará a ser mi cama. Libros como este, en el que uno como lector tiene que mantener toda su atención en la lectura para poder llegar a captar todos los matices son aquellos por los que un día decidí amar la literatura y por los que la amo realmente. John Le Carré no gustará a todo pero a quien quiera creerme y aceptar mi consejo le digo que merece la pena intentar que a uno le guste porque si es así hay literatura de nivel para rato en cualquiera de sus libros, con muy contadas excepciones.


Caronte.

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