Acabada la Feria
del Libro no hace ni una semana (aún se puede sentir cómo los espíritus de los
libreros, editores, escritores y lectores recorren las ya fantasmagóricas
casetas del Paseo de Coches del Retiro) toca empezar a leerme todos los libros
que he almacenado cual Diógenes bibliófilo y que harán que no compre ningún
ejemplar más hasta nuevo aviso – probablemente hasta finales de julio una vez
haya vuelto de mis vacaciones playeras. De hecho ya me he leído tres de los
nueve libros que compré en la Feria, pero como leo más de lo que me da tiempo a
reseñar en el blog he decidido hablar únicamente de uno de esos tres libros,
básicamente por ser de un escritor que no había leído nunca y que está un poco
olvidado – desgraciadamente – para el gran público lector de este país. Y si
también he elegido este libro para reseñar es porque lo ha editado y publicado
una de esas editoriales, Libros del
Asteroide, que sin mucho ruido pero con gran esfuerzo detrás sacan adelante
un trabajo admirable haciendo que los que amamos la literatura y los libros tengamos
un muy buen catálogo donde perdernos.
De Manuel Chaves Nogales y su obra más
profunda y personal, que no la más famosa, “A
sangre y fuego” no tenía conocimiento hasta apenas hace un mes cuando
empecé a bucear en Internet para encontrar esos libros que buscaría en la Feria
del Libro y decidiría comprar o no. ¡Y bendito buceo internetero! Puede que en
España novelas o libros de ficción sobre la Guerra Civil contemporáneos, es
decir aquellos escritos por autores que no vivieron la contienda ni tan
siquiera de manera muy lejana sino simplemente por el relato de familiares o
personas que sí que lo vivieron, resulten todos monótonos e iguales, ya que por
norma general los escriben personas ideológicamente cercanas a la izquierda
perdedora de la guerra y de la posguerra. En el libro de relatos de Chaves
Nogales que reseño hoy no hay ningún poso de victoria o derrota; y si lo hay es
más bien de esto último: derrota; pero no la derrota de un bando sino de una
sociedad, un país y una forma de vida que se vieron destruidas en apenas tres
años de brutal guerra.
“A sangre y fuego” es un libro de
relatos, concretamente once en la edición que me he leído, aunque fueron nueve
originariamente cuando se publicó una primera edición de esta colección allá
por 1937 en Chile. Desde entonces y debido al exilio del escritor por ser fiel
partidario de la República y azañista convencido este libro ha estado muy en el
olvido y sólo gracias al empeño de la editorial Libros El Asteroide se ha podido recuperar un libro que para mí,
que ya he leído unas cuantas novelas sobre la Guerra Civil, es quizá el que
mejor refleja lo que en España pasó durante aquellos tres años de sangre y
fuego.
No hay en “A sangre y fuego” ni rastro de
odio por ninguna de las dos partes que se enfrentaron durante tres años en
España. No hay bandos porque fue una guerra entre hermanos y compatriotas,
todos españoles, que llevados por el odio, la ignorancia, el analfabetismo, el
fanatismo y la incultura se mataron entre sí como si no hubiera mañana luchando
por ideales que no terminaban de entender y dejándose llevar por unos instintos
primarios tristes y lamentables. La melancolía y la impotencia se filtran en
cada uno de los once relatos que componen este libro. Chaves Nogales mira a
España y sus gentes sin pretensiones y así hace que los relatos los protagonicen
españoles de a pie, campesinos, alcaldes, tenderos, obreros, curas, artistas,
jóvenes, ancianos, etc. Cada relato muestra la sinrazón de cada uno de los
bandos a la hora de llevar a cabo asesinatos, confabulaciones, delaciones o
ejecuciones sumarias porque sí. No hay medias tintas y el lector no puede más
que dejarse llevar por la forma en que Chaves Nogales describe aquellos días en
España.
Una cosa muy
curiosa y reseñable de “A sangre y
fuego” es que según dice el propio autor en el prólogo, todos los
relatos que componen el libro están sacados de hechos verídicos que ocurrieron
realmente y que Chaves Nogales vivió en primera persona o le fueron relatados
por personas que los vivieron como protagonistas de los mismos. Esto da a todos
los relatos un aura aún mayor de tristeza y crudeza, ya que si la imaginación
de un autor puede dejar que desear y ser todo lo inverosímil que se quiera; la
realidad no deja dudas y zanja cualquiera que se pueda crear de un plumazo y
sin miramientos. Esta nota inicial hace que el lector, y lo sigo porque me ha
pasado, tome una conciencia especial con respecto a lo que está leyendo y no
vea los relatos como simples ejercicios imaginativos de un autor asqueado por
la realidad de su país, sino como el testimonio de una persona fundamentalmente
ideal, cívica y democrática, liberal por principios, que ve con impotencia como
España y los españoles se empezaban a autodestruir.
Vuelvo a algo que
ya he comentado al principio y es que “A
sangre y fuego” no es un libro sobre la Guerra Civil al uso. Quien
quiera encontrarse un libro que claramente, aunque intente fingir sucintamente
lo contrario, tire por un bando y otro de la contienda, se llevará una muy
merecida decepción. Es esa imparcialidad, esa única voluntad ejemplarizante y
narrativa de plasmar sobre el papel lo que España estaba sufriendo es lo que
más me ha gustado de Chaves Nogales y este magnífico libro de relatos. Y es que
es muy complicado encontrar algún libro de ficción o una novela contemporánea
que cuente una historia de la Guerra Civil que resulte veraz y verídica y que
no opte por mostrar el desangramiento del bando perdedor y vencido, o el
orgullo y crueldad de los ganadores tiránicos. Termina cansando leer siempre a
escritores más bien republicanos e izquierdistas no siendo objetivos. Chaves
Nogales lo es y mucho; y por ser objetivo y plasmar lo que vivió tuvo que
exiliarse.
“A sangre y fuego” es uno de los
mejores libros que han pasado por mis manos recientemente y al acabarlo la sensación
no ha sido de querer más (es suficiente con leer los once relatos para que uno
se dé cuenta de la ruindad y el odio que se instaló en los corazones y mentes
de los españoles entre 1936 y 1939), sino la de impotencia, una impotencia en diferido por empatizar
con Chaves Nogales. Impotencia al leer los actos de unos españoles contra otros
por nada, absolutamente nada. Advierto de ante mano de que es muy probable que
debido a la inmensa imparcialidad de Chaves Nogales este libro no guste a los
que siguen definiéndose con uno u otro bando de aquella guerra aunque la cubra
ya el polvo de ochenta años de olvido. Por ello además recomiendo este libro
para no solo disfrutar de una prosa sencilla, directa y limpia, sino de unos
relatos soberbios sobre un tiempo ya pasado pero que deberíamos intentar no
repetir jamás.
Caronte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario