La pasada Feria
del Libro de Madrid mis padres me dijeron que eligiera un libro para que me lo
regalaran. Al principio no supe qué contestar. El simple hecho de que me
dijeran que eligiera un libro ya de por sí es un dilema sin solución fácil para
mi atribulada cabeza lectora. Durante casi la totalidad del recorrido del Paseo
de Coches estuve dándole vueltas al libro que les diría que me compraran.
Pasaba por las casetas de las editoriales que tengo en la cabeza como más pendientes
por leer y rebuscaba entre sus títulos expuestos. Toqué y manoseé varios
libros, leyendo sus títulos y sus sinopsis, pero no lograba terminar de decidirme
por ninguno. Al final apareció la caseta de Acantilado, una editorial sobria
que publica autores a veces olvidados para el gran público y cuyos libros
tienen un diseño que sin ser espectacular me transmite seriedad y seguridad. En
ese momento se encendió una bombilla en mi cabeza y supe sin duda alguna qué
libro quería que mis padres me regalaran; un libro que además llevaba varios
años queriendo leer.
Stefan Zweig es
desde que di con él hace ya unos años uno de los escritores que más me han
marcado, no por sus libros, que a veces me han parecido un tanto aburridos,
sino por su forma de narrar tan delicada y limpia. Sin embargo, “Momentos estelares de la Humanidad”
no es una novela sino un ensayo, o mejor dicho un conjunto de ensayos sobre,
como el propio nombre indica, diferentes momentos que Zweig ha considerado
importantes o decisivos para la historia de la humanidad que abarcan desde la
muerte de Cicerón hasta la fatal decisión que el presidente americano Wilson
tomó al ceder en la Conferencia de paz de Versalles después de la Gran Guerra.
“Momentos estelares de la Humanidad”
aunque puede parecer un libro de historia no lo es, ya que a diferencia de “El mundo de ayer” también de
Zweig en esta ocasión, el escritor austriaco se apoya más en la narrativa para
contar esos episodios estelares como él los llama. Es cierto que en todas las
narraciones no hay más que hechos verídicos y contrastables y que todo lo que
se narra en el fondo ocurrió así y así es como nos lo cuenta la propia historia
que se enseña en colegios, institutos y universidades. Pero aquí es donde
aparece el genial escritor austriaco para darle una vuelta de tuerca más y
mostrar esos mismos episodios como si de pequeñas novelas o relatos se
trataran.
Ahí es donde
reside el gran atractivo de “Momentos
estelares de la Humanidad”, en que sin dejar de ser serio, Zweig nos
muestra episodios de la historia que complementan lo que sabemos de ella de
manera habitual. Así, en este libro no sólo se narran episodios relevantes como
la caída de Bizancio a mano del Imperio Otomano o el descubrimiento del Océano
Pacífico o el desastre de la Paz de Versalles, sino también otros episodios
mucho menos pomposos pero con una importancia también muy relevante: la llegada
del segundo hombre al Polo Norte, la primera transmisión trasatlántica de
radio, la salvación de Dostoievsky de la horca… Y a todos esos momentos, quizá
menos estelares a ojos de cualquier lerdo como yo, Zweig les da tan importancia
y los narra con tal cariño que tras leerlos he quedado totalmente prendado de
ellos y he buscado incluso sobre ellos para saber más.
Zweig fue y, a
pesar de que no está bien reconocido aún a día de hoy, sigue siendo uno de los
mejores escritores que ha dado la historia y Europa. Con “Momentos estelares de la Humanidad” me ha mostrado una vez
más que su compromiso con el humanismo y la humanidad fue enorme y quizá el ver
que el mundo que él tanto amaba se iba indefectiblemente al garete simplemente
porque los hombres que lo gobernaban pensaban única y exclusivamente en su
propio beneficio y a muy corto plazo, quizá eso hizo que le perdiéramos cuando
quizá aun tenía mucho que escribir y dar a la humanidad.
He de resaltar también
en este caso algo que no suelo hacer en las novelas de autores extranjero, cosa
que está muy mal por mi parte, y es la traducción de Berta Vias Mahou. Creo que
el trabajo de traducción en “Momentos
estelares de la Humanidad” ha sido fundamental para que este libro me
haya parecido tan bien escrito y me haya resultado tan fácil, cómodo y bonito
de leer. No sé cómo será la versión original de este libro, pero estoy seguro
que en la traducción al español no se ha perdido en este caso ningún matiz,
porque el lirismo, la simpleza, la profundidad de reflexiones, la melancolía
incluso, que la narración de los diferentes episodios transmite es increíble y
hace que el libro se convierta no solo en una aventura del saber sino en una
delicia.
Poco más me puedo
explayar sobre un libro como “Momentos
estelares de la Humanidad” en el que poco argumento hay que explicar, o
pocos personajes desgranar. Solo me quedaría decir que la lectura de este libro
de Zweig se me ha hecho ligera y muy entretenida, no como suele serlo una
novela, pero sí bastante más que lo que suelen parecerme los ensayos normales y
habituales. La capacidad de Zweig para transmitir entusiasmo por algo que la
historia ha ido ocultando por sus pliegues es soberbia y eso se nota en cómo
está escrito el libro. Además poco más se puede pedir a un libro que no solo
entretiene sino que además hace que el lector aprenda y le despierte la
curiosidad por saber más de esos pequeños retazos de episodios que en esta obra
nos ha presentado. Solo quiero terminar diciendo que el último de los relatos,
el que corresponde al Presidente Wilson es un canto al humanismo y la paz lleno
de melancolía y tristeza, pero sin duda es el mejor de todos ellos.
Caronte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario