viernes, 11 de diciembre de 2020

Mi gato Yugoslavia

No suelo leer novelas de reciente publicación ya que siempre voy a remolque de las novedades editoriales de cada año salvo en contadas excepciones y autores. Y esto no suele ser así porque mi fuente principal de libros son las librerías de segunda mano y en ellas las novedades editoriales recientes (límite quizá dos años como mucho) son tan escasas como podrían serlo en su momento las pepitas de oro en algún río del medio oeste americano. Eso sí, cuando en alguna del puñado de librerías de segunda mano que frecuento en Madrid vislumbro alguna novedad que me interesara en su momento de publicación me hago con ella inmediatamente, sin pensar mucho en si hago bien o si el precio es demasiado elevado para mis estándares de una librería de segunda mano. Esto es lo que me pasó con esta novela de la que leí una buena crítica de un escritor bastante actual del panorama narrativo español y que me encontré por casualidad después de una cita mañanera en una librería en el centro de Madrid. No dudé y la compré.

Mi gato Yugoslavia” es una novela de la que tuve conocimiento gracias a Twitter y a la crítica que de ella escribió en una revista cultural un escritor al que desde hace tiempo vengo siguiendo la pista aún sin haberme leído nada suyo. Me llamó la atención la mezcla de temas que desde hace tiempo ya me vienen resultando muy atractivos, quizá por sentirme identificado, quizá por adentrarse en situaciones, momentos y épocas históricas sobre las que quiero leer más. En este caso esos temas son: migraciones, desarraigo, homosexualidad en el mundo actual y la Guerra de Yugoslavia. Como se puede ver temas todos complejos, variados y aparentemente sin mucha conexión entre ellos.

¿Cómo se mezclan en un libro todos los temas anteriores? Pues muy sencillamente, narrando y novelando tu propia experiencia vital. Eso es lo que Pajtim Statovci, jovencísimo autor finés autor de esta novela, hace en “Mi gato Yugoslavia”: abrirse en canal para mostrar al lector como el mundo actual diferencia siempre, por muy abierta que se diga una sociedad, entre personas y pone etiquetas, aunque reniegue de ellas. De padres emigrados de Yugoslavia a Finlandia cuando la guerra empezó a destruir familias y a cortar esperanzas de vida de raíz, Statovci narra en este libro dos historias, alternando capítulos de las mismas. Por un lado, hay un joven homosexual que vive en Finlandia y que intenta relacionarse con hombres de la manera actual, es decir, a través de aplicaciones y redes sociales, añorando el amor, idealizando las relaciones de pareja, buscando algo que quizá debería encontrar primero dentro de sí mismo. Por otro lado, la historia de la madre de este joven, desde que se enamora, se casa y empieza a formar una familia en su tierra yugoslava, hasta la huida en busca de paz y oportunidades, de vida, a fin de cuentas, en Finlandia.

Desde hace tiempo vengo interesándome por novelas que tengan la guerra de los Balcanes y la desintegración de la antigua Yugoslavia como telón de fondo, o como parte de su hilo conductor de manera más o menos indirecta. “Mi gato Yugoslavia” no trata directamente de la guerra, ni de su origen o desarrollo, sino de las consecuencias aparentemente secundarias, pero profundamente duras que tuvo para miles de personas que se vieron expulsados directa o indirectamente de sus vidas, tradiciones, familia, trabajo, estudios, amistades y futuro para emigrar a países que les quisieran acoger como refugiados y donde siempre, hicieran lo que hiciesen serían considerados como extranjeros, inmigrantes, parias. Esto se ve en la narración de la madre y cómo todo lo que un día tuvieron en Yugoslavia se ve barrido de un plumazo en Finlandia.

Pero también llevo tiempo interesándome por novelas donde la homosexualidad, en varias de sus facetas y consecuencias, juega un papel interesante y clave. “Mi gato Yugoslavia” es una novela donde se ve la dificultad que, en la sociedad actual, tan deshumanizada, tan individualista, tan impaciente, se tiene para encontrar pareja siendo gay y dependiendo de la sociedad de la que provengas. Hasta hace no mucho ser homosexual implicaba o bien estar callado e ir asumiendo interiormente tu condición dándote cuenta que es tan normal como ser heterosexual, o vivir todo ese proceso abiertamente arriesgándote a que, en el colegio, instituto o en tu familia te hagan la vida imposible haciendo que el dolor y el sufrimiento te impida vivir y desarrollar una vida normal. Ese desarraigo afectivo, ese mar de dudas y miedos, esa niebla de soledad que en la novela experimenta el joven narrador es tan actual, tan real y tan llena de verdad que a veces duele leer algunas experiencias o pasajes.

Alguien podría preguntarse el porqué del título, yo lo he hecho a lo largo de toda la novela, y una vez terminada de leer, si soy sincero soy incapaz de dar una respuesta de la que esté seguro al cien por cien. En “Mi gato Yugoslavia” hay varias referencias a gatos y son un elemento conductor de la novela, recurrente tanto en la parte narrada por la madre, como en la parte narrada por el hijo. Y además hay un gato homófobo, racista y xenófobo en el primer tercio de la novela que me ha dejado totalmente desconcertado por la alta carga metafórica y simbólica que tiene y que no he sabido muy bien descifrar. Para mí, esta parte tan irreal, tan fantasiosa, tan surrealista, sobra de principio a fin; no aporta nada a la novela ni a la historia tener un gato tan desagradable, que habla, que probablemente quiere representar algo que no queda claro y que por tanto hace que pierda el sentido.

Pese a la absurdez y falta de sentido que tiene ese gato parlanchín que irrumpe en la novela el principio de la misma y que desaparece tan sorpresivamente como apareció, para alivio de los lectores, “Mi gato Yugoslavia” es una novela interesante, llena de matices y con mensajes variados que llevan al lector a pensar en que la vida nunca es sencilla y siempre pesa de dónde vienes y quien has sido, por muy liberados de prejuicios y abiertos de mente que puedan ser las personas con las que interactúas y la sociedad en la que vives. Nuestro pasado y nuestro presente son los que hacen que seamos lo que somos y nuestro porvenir depende de ello tanto como de nuestra propia determinación para intentar modificarlo y cambiar. En definitiva, sin ser una novela brillante ni deslumbrante, sí que es una novela que se deja leer y que abre un poco la mente del lector.

Caronte.

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