miércoles, 18 de agosto de 2021

Napalm al cor

 

Este año ya empecé a leer en italiano después de tirarme todo el año 2020 de pandemia estudiándolo de manera aficionada de forma online. 2021 ha servido para que también me pusiera a aprender catalán y poder así leer en la segunda lengua más hablada en España (lengua que creo que debería darse la opción de aprender en los colegios – junto con el euskera y el gallego – sirviendo así de base para una mejor vertebración y entendimiento de las gentes que poblamos nuestro maravilloso país). Y aquí me encuentro hoy: reseñando la primera novela que me leo en catalán y que compré en mi pasado viaje a Barcelona en junio tras la recomendación del librero de Calders donde me hice con el libro. Por cierto, he de señalar la cantidad de magníficas y maravillosas librerías con las que cuenta la ciudad condal, sitios únicos donde me quedaría a vivir y que visitaría día sí día también dejándome el sueldo mensual comprando libros por encima de mis capacidades lectoras.

No ha podido ir mejor mi primer contacto con la legua y literatura catalanas. Pol Guasch es un jovencísimo escritor que ha conseguido con esta novela recordar a uno de los grandes de la novela americana, Cormac MacCarthy y su La carretera. Napalm al cor (Napalm en el corazón cómo probablemente sea su título en castellano una vez sea traducido y publicado) es una novela tan diferente a todo lo que se escribe y publica en el mundo editorial nacional que se lee con una frescura inusual y con una intensidad poco frecuente.

Con reminiscencia apocalípticas de un mundo que quizá pueda venir en un futuro probablemente no tan lejano como quisiéramos, Napalm al cor nos cuenta una relación de amor, una pasión, inusual en literatura donde los tabúes y el pasado pesan demasiado quizá, y donde la dependencia emocional de una parte de la relación termina por ser dañina nublando la vista y el entendimiento y haciendo que la parte más platónicamente prendada de la otra sufra.

Mediante capítulos que son apenas impresiones de un narrador del que no sabemos el nombre ni mucho sobre sus orígenes, ni por supuesto dónde está ambientada la historia, Pol Guasch construye un puzle que el lector debe ir poco a poco haciendo, encajando sus piezas, para ver la foto completa al final de la novela, cuando el lector pone luz a muchas de las sombras que Napalm al cor tiene y que hacen que su lectura tenga una intensidad y genere una sensación de malestar y misterio mezclados con melancolía que hacen que la novela sea irresistible para aquellos lectores que nos acercamos a los libros buscando algo más que simple narrativa.

Dije al principio que Napalm al cor me recordaba a La carretera de MacCarthy y es que, salvando las obvias distancias y dejando claro que nada tiene que ver una con la otra, la atmósfera de uno y otro libro es similar. Ambas novelas retratan una sociedad donde la esperanza no existe, donde el futuro es amarillento y neblinoso, y donde los seres humanos desconfían unos de otros y no saben muy bien cómo relacionarse entre ellos. En este clima es donde se desarrolla la historia de pasión y amor de los dos protagonistas: su huida con un cadáver insepulto, su búsqueda de un lugar idílico que, probablemente, solo exista en la mente de Boris.

Me sorprende a la par que me da envidia que alguien tan joven como Pol Guasch (que apenas tiene 24 años) haya sido capaz de escribir una novela con tantas lecturas y facetas, con tantos rincones por los que transitar, tan profunda y tan bien escrita como Napalm al cor. He de reconocer que durante la lectura de este libro me he ido sintiendo intrigado a la par que sobrecogido por momentos, ya que en algunos pasajes la historia se hace críptica y misteriosa, rondando la fantasía apocalíptica desoladora de un fin de la humanidad del ser humano. Por eso quizá también en apenas dos días haya terminado de leer esta novela, cosa que además me enorgullece por haber sido mi primera incursión en la literatura en catalán con un texto que, aunque de lectura fluida y fácil, no considero simple ni mucho menos.

Pocas veces me ha pasado, y quizá si haga memoria resultaría que ninguna, que esté reseñando un libro que aún no pueda leerse en castellano. Pero es así: Napalm al cor aún no ha sido traducido, aunque habiendo ganado el premio Anagrama de novela en catalán y siendo un libro tan original con una historia tan poco convencional, en la línea de esa nueva literatura y narrativa de autores jóvenes que empieza a poblar (por suerte) las librerías, poco tardará en aparecer en español. Y es entonces cuando aquellos lectores que quieran disfrutar de una lectura diferente y única, de gran calidad tanto por forma como por contenido deberán ir a su librería de confianza a hacerse con este libro y disfrutar de cada una de sus páginas y palabras. Desde luego que no elegí mal guiado por los consejos y recomendaciones del librero cuando elegí esta novela para estrenarme en catalán.

Caronte.

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