Para muchos
Frederick Forsyth es uno de los escritores más respetados en lengua inglesa,
con novelas traducidas a decenas de idiomas y muy vendidas en diversos países a
lo largo de todo el Planeta. Además es autor de un par de novelas de esas consideradas
como “lo mejorcito”. Yo no había leído nada suyo hasta la novela de la que hoy
me toca hablar, no por desconocimiento, ya que sí conocía quién era Forsyth,
sino simplemente porque nuca le había echado las ganas suficientes para coger
una de ellas empezar a leerla. Como me gusta leer de todo, y teniendo en cuenta
la fama que precedía a este autor y que era un hueco importante en mi
biblioteca particular decidí comprarme sus dos novelas más famosas, la primera
de las cuales, “Odessa”, es la
que acabo de terminar de leer esta semana.
Esta novela basada
en hechos reales fue publicada en 1972 y supuso la segunda gran obra de su
autor. En ella se narran las investigaciones periodísticas que llevan a su
protagonista, un joven periodista alemán llamado Peter Miller, a seguir la
pista de un oficial alemán llamado Eduard Roschmann apodado “El carnicero de
Riga” tras leer el diario de un judío que estuvo encerrado en el Gueto de Riga.
Aparentemente Miller se mueve para intentar desenmascarar a este asesino de
judíos y para ello recurre a varios organismos y asociaciones dedicadas a dar
caza a los nazis que después de que se derrumbara el Tercer Reich huyeron y
cambiaron su identidad. Sin embargo al final del libro, la verdadera razón por
la que Miller se embarca en esta investigación, en esta caza a Roschmann, sale
a la luz. Como se ve la novela no es muy compleja en cuanto a su trama. Es
típicamente una novela best seller en la que los acontecimientos pasan muy
deprisa, la acción se desarrolla linealmente, salvo por alguna referencia a
eventos pasados para poder contextualizar la historia presente.
Como he dicho “Odessa” se basa en hechos reales.
El título del libro es el nombre de una asociación secreta que daba protección
y escondite, proporcionando nuevas identidades, dinero y abriendo las puertas a
una nueva vida a los antiguos oficiales de las SS alemanas, que tras la guerra
y la derrota del régimen nazi pasaron a ser perseguidos por la justicia
internacional para que respondieras por las barbaridades que realizaron contra
los judíos en los diferentes campos de concentración y exterminio repartidos
por toda Europa. La verdad es que la historia de esta organización secreta nazi
es muy interesante, y no la conocía antes de leer este libro o de interesarme
por él. Sin embargo no creo que me hubiera hecho falta leerme esta novela para
saber qué fue ODESSA, me hubiera bastado ir a alguna enciclopedia y buscar
información sobre la misma. Por esta razón creo que Forsyth que antes que
novelista fue piloto de aviones militares y posteriormente periodista, se ha
pasado con los datos periodísticos reales y ha sobrecargado la historia de la
novela con demasiados datos, para mi gusto.
Si “Odessa” se hubiera centrado más
en la trama que envuelve la persecución por parte del joven periodista Miller
del criminal de guerra Roschmann, hubiera sido mucho más ágil y dinámica de lo
que pasa a ser con toda la parafernalia que usa Forsyth dando datos no ya sobre
la creación de ODESSA sino de todos los nazis reales que aparecen en la novela.
En algunos momentos esta información es necesaria contextualizar la historia y
darle a la trama un aire real, verosímil; pero en otras ocasiones se le va la
mano y satura al lector con detalles que poco aportan a la trama de la novela
haciéndola en algunas ocasiones pesada de leer. Para aquellos amantes de todo
lo que rodeó la Segunda Guerra Mundial y el mundo nazi, esta novela les
parecerá perfecta y les descubrirá una parte de aquella época que es bastante
desconocida y que se alargó muchos años después de muerto Hitler y caído el
régimen nazi.
Con este libro
tengo sentimientos encontrados. Con algunos libros podemos llegar a pensar que
le sobran páginas, que muchas de las cuáles son paja, innecesarias para la
buena comprensión de la historia que cuentan; pero también puede suceder al
contrario y podemos llegar a pensar que a un libro le puedan faltar algunas
páginas en las que se detalle algo que los lectores pensemos que está poco
claro en sus páginas. Pero con “Odessa”
me ha pasado algo muy curioso, y es que ambas situaciones se han dado a la vez.
Y es que a pesar de que el libro tiene las páginas que tiene que tener, unas
cuatrocientas, creo que por un lado le sobran unas cuantas páginas, sobre todo
las destinadas a aportar datos y datos sobre ODESSA y los nazis que la fundaros
y desarrollaros, pero por otro lado también pienso que le faltan algunas
páginas en las que se terminen de cerrar algunas historias y se termine de
perfilar la trama, que en algunas ocasiones es muy poco explícita y telegráfica.
Por ejemplo, Forsyth dedica muchas hojas al principio a narrar la historia de
un judío, Solomon Tauber, que es quien llama la atención por su muerte de Peter
Miller, el periodista y desencadena toda la historia, pero luego a lo largo de
la novela va abriendo frentes y tramas que luego no termina de cerrar, como la
que concierne a Israel y sus servicios secretos, a la construcción por parte de
Egipto de unos misiles destinados a destruir a los judíos, o al final de los
nazis que van saliendo en la historia. Mientras me leía esta novela a veces
tenía la sensación de que me faltaban hojas, ya que iba viendo poco a poco como
iban apareciendo personajes, tramas, y escenarios, que podrían haber sido muy
interesantes si se hubieran terminado de desarrollar, pero que no terminan en
nada concreto, se quedan a medias. O esta es la sensación que yo he tenido.
Esta semana
mientras me estaba leyendo el libro alguien me preguntó que qué tenía que tener
un libro para ser considerado un best
seller. La verdad es que este concepto es muy complicado de explicar ya que
depende del público, de los lectores y de sus gustos, y eso son variables difícilmente
cuantificables y previsibles. Supongo que un best seller, ciñéndome a la definición inglesa es aquel libro que
tiene muy buena acogida entre el público y alcanza unas ventas muy
considerables. Aunque en los últimos tiempos este concepto también se usa ya
para señalar por parte de las editoriales a esos autores que les reportan
muchas ganancias con sus libros. En cuanto a calidad literaria la cuestión es
bastante más discutible. Para los críticos literarios este término implica
desprecio porque en un alto porcentaje los libros tachados de “súper ventas” no
suelen tener una calidad muy alta. Pero es la eterna discusión entre los gustos
del público, que en el fondo es quien compra los libros, y de los críticos
literarios que muchas veces nada tienen que ver. Sólo en contadas ocasiones
crítica y público coinciden. “Odessa”
es uno de esos libros considerados best
seller, y supongo que cumple a la perfección las reglas que yo considero, a
nivel particular, que un best seller
debe tener: trama rápida y sencilla de entender, personajes poco dibujados,
pocos escenarios o no demasiado importantes, y agilidad narrativa.
En principio que
un libro sea considerado un “súper ventas” no me condiciona su lectura. Sólo a posteriori
juzgo si ha merecido la pena o no leer dicho libro. En el caso de “Odessa” todos los atributos de
los best sellers me han resultado
negativos. Es estilo narrativo que hace Forsyth es demasiado telegráfico y escueto
para mi gusto; la trama se desarrolla dejando bastantes flecos sueltos; los
personajes apenas están bien dibujados en sus principales características
personales y difícilmente el lector se puede hacer una idea de cómo es su
personalidad verdadera, a mí me suele gustar profundizar más en el carácter de
los personajes para poder hacerme una idea más verídica de cómo son. En general
a este libro le falta gancho, no porque la historia sea poco interesante, que
no es el caso, sino porque está tratada en muchos como si fuera un reportaje de
investigación periodística que fuera a ser publicado en alguna revista. Con
este libro no he terminado de conectar. En ningún momento la historia me ha
envuelto, ni me ha llevado a su terreno sumergiéndome en ella.
Supongo que “Odessa” tendrá sus más acérrimos
aficionados y lectores, defensores a ultranza de esta novela, pero yo no voy a
estar entre ellos. A mí este libro me ha decepcionado enormemente. Espero que
el otro libro de Forsyth que tengo pendiente no sea igual que este porque si no
será una pérdida de tiempo leerlo. Quien no comparta mis gustos literarios,
terminará siendo un aficionado más de este libro, y eso está bien. Pero no seré
yo quien vaya a recomendar como imprescindible esta novela, porque no la
considero así.
Caronte.
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