domingo, 26 de octubre de 2014

Lectura crítica: "El día de mañana"

En mi afán de descubrir nuevos autores que leer y que enriquezcan mi biblioteca personal, hace unos meses topé con Ignacio Martínez de Pisón, un autor aragonés afincado en Barcelona. Di con este autor tras leer en la prensa una entrevista con él hecha con motivo de la publicación de su última novela “La buena reputación”. Con total sinceridad digo que antes de leer esta entrevista y empezar a indagar un poco sobre él, no lo conocía de nada, ni había oído hablar de él. Y todo esto a pesar de que con su anterior novela “El día de mañana”, novela que hoy me ocupa, consiguió multitud de premios literarios entre ellos el de la Crítica, uno de los más prestigiosos e independientes de cuantos se conceden en este país. Quizá esta última razón fue la que me llevó a querer descubrir a este autor y además fue éste libro tan premiado el que elegí para adentrarme en su literatura. Como apunte extra he de decir que tuve el honor de conocer a Ignacio Martínez de Pisón en la pasada edición de la Feria del Libro de Madrid y que me firmara este libro.

El día de mañana” es una novela peculiar, distinta a todas las que me he leído hasta ahora no por temática, sino por la estructura narrativa que tiene y de la que hablaré más adelante. La trama principal de esta novela se ambienta en la última década del franquismo y los primeros años de la Transición española, una época gris en todos los ámbitos de la sociedad, donde el miedo a pesar estaba instaurado en todos los estratos sociales. Toda la acción de la novela se desarrolla en Cataluña, y más concretamente en Barcelona y alrededores. El personaje principal de la historia es Justo Gil, un individuo oscuro, solitario y árido, además de multifacético. Es aquí donde la estructura de la novela tiene mucho que decir ya que la historia de Justo Gil no la cuenta un narrador externo, ni uno interno únicamente, ni si quiera es el propio personaje el que cuenta su historia. La historia de Justo Gil la cuentan multitud de personajes que narrar desde su propia vida y sus propias experiencias con Justo la vida de éste y quién era y cómo era.

Este puzle de historias dispares con denominador común llamado Justo Gil conforma una visión muy amplia de un momento de nuestra historia más reciente, que es además la más oscura, oculta y gris. En todo momento Justo es un personaje secundario en la novela, ya que en cada fragmento de las vidas de los narradores aparece como socio, compañero de trabajo, confidente de la policía, amigo o amante. Pero Justo también es el personaje omnipresente y por tanto es el protagonista de esta historia. “El día de mañana” cuenta a través de diferentes ángulos y visiones particulares la vida de Justo como confidente de la Brigada Político Social del régimen franquista. A lo largo de las páginas de este libro vemos cómo se convierte en confidente de un policía, Mateo Moreno; cómo va infiltrándose en organizaciones contrarias al régimen de Franco; cómo va poco a poco pasando información al policía; cómo se enamora de una chica, Carme Román, que se convertirá en su amor platónico y por tanto imposible pero que hará que Justo haga todo lo que esté en su mano para evitar que le pase nada a ella.

A pesar de ser Justo el protagonista principal de la novela, también hay varios personajes más que podrían considerarse también como claves en la vida de Justo y son al fin y al cabo los que llevan el peso de la narración en “El día de mañana”. A los ya nombrados Mateo Moreno y Carme Román, que son los que más peso tienen en la historia después de Justo ya que son ellos los que más relación tienen con él, se unen otros mucho más secundarios pero que cobran vital importancia en los momentos más claves de la novela como son Noel  León y Manel Pérez. Según el lector la importancia de los personajes cambia, y para mí estos son los que más importancia tienen en la vida de Justo. Mateo Moreno que empieza siendo el policía que le tiene amenazado por cuestiones de fraude económico y que le utiliza para obtener información sobre simpatizantes de izquierdas contra el régimen franquista, acaba siendo sino el único uno de los pocos amigos que tiene Justo. Carme Román, es una mujer que tuvo unas relaciones sentimental y comercial con Justo qua acabaron mal ambas, sin embargo Justo nunca la pudo olvidar y siempre la quiso. Hacia el final del libro aparecen las figuras de Manel Pérez, un joven periodista que intenta encontrar cuál es su camino y que antes de acabar escribiendo sobre organizaciones ultraderechistas catalanas tras la muerte de Franco fue miembro de algunas de ellas y fue allí donde conoció a Justo que por esa época era el enlace de la Policía dentro de esas organizaciones para controlarlas; por su parte Noel León en un muchacho que termina relacionándose con Justo porque éste se empieza a construir una casa donde poder vivir sin que nadie le conozca al lado de donde vive Noel. Noel termina siendo también amigo de Justo.

La historia que Ignacio Martínez de Pisón cuenta en “El día de mañana” es una radiografía muy detallada de unos años muy difíciles en la vida española, donde todo el mundo tenía miedo y desconfiaba de todo el mundo, y esa desconfianza hacía que nadie fuera quien parecía ser. La de la novela es una época de bailes de máscaras donde lo más importante es que nadie sepa quién se esconde detrás de cada una. Aquellas personas que como Justo se movían con especial facilidad por muy diversos ambientes fueron amenazadas y utilizadas para castigar a los contrarios al pensamiento único. Justo representa a esas personas que a pesar de estar amenazadas no tenían escrúpulos es traicionar a nadie porque a nadie eran leales, y como pasa en la novela si era necesario cambiar de chaqueta se cambiaba con tal de sobrevivir como fuera. Esta fue una época en la que el miedo, la ética, el afán de supervivencia, la fidelidad a unos ideales y el fanatismo estaban muy íntimamente relacionados y la frontera entre el bien y el mal muchas veces no estaba tan clara como se puede creer.

La historia de la novela me ha parecido muy interesante, ya que es una parte de nuestra historia que por delicada y por tratar asuntos en los que para opinar hay que mojarse bastante y por tanto quedar retratados, no siempre ha quedado muy bien retratada. En “El día de mañana” se trata el tema desde una perspectiva muy caleidoscópica, desde muchos ángulos y puntos de vista, y desde pensamientos muy diversos que hacen que el conjunto quede bastante homogéneo y bien expresado. Sin embargo por muy interesante que sea el tema no termina de convencerme del todo y quizá tenga mucho que ver en esto la propia estructura narrativa de la novela.

Quizá sea demasiado clásico en este tema y no me gusten mucho los experimentos literarios, aunque creo que son más que necesarios para que poco a poco se vaya renovando la literatura. Pero a mí esta estructura de puzle que Ignacio Martínez de Pisón ha utilizado en “El día de mañana” para narrar la historia de Justo no me ha gustado nada. Y no me ha gustado porque si no es porque al final del libro hay un pequeño índice en el que se indica en qué páginas habla cada uno de los narradores/personajes del libro que han conocido a Justo en uno u otro momento de sus vidas, me hubiera perdido en más de una ocasión. Me parece muy arriesgado por parte de Martínez de Pisón el haber usado esta estructura que apenas diferencia entre narradores salvo por una separación mayor entre párrafos de distintos narradores. Además esta estructura se termina haciendo pesada porque cada vez que  empieza un párrafo aparte se tiene que recurrir a la fórmula “…dice Mateo Moreno” o “…dice Carme Román”. Había momentos durante su lectura en los que he tenido que parar para saber quién era el narrador en ese momento y pensar si había aparecido anteriormente o no. Esto es otra cosa que no me ha convencido. Me parece bien que se innove en la forma de narrar una historia y que sean varios personajes los que a través de sus vivencias personales den cuenta de la vida de un personaje principal, pero si quieres hacer esto unifica narradores y que de continuo sea uno por uno quienes vayan contando la historia.

Por ir concluyendo, “El día de mañana” cuenta una buena historia, muy interesante y en cierto modo también muy triste, ya que al final terminé sintiendo pena por la vida que había llevado el protagonista, Justo Gil. Pero al mismo tiempo que digo esto, añado que la estructura de la novela no me ha gustado nada y creo que es un error absoluto. Es más creo que si se hubiera estructurado la novela de otra manera hubiera sido mucho más interesante y entretenida de leer. Sí es cierto también que quizá sea yo el anticuado en este tema y también algo intransigente, pero en el fondo como toda opinión la mía es tan censurable como respetable. Quien quiera descubrir una historia, que casi nunca se cuenta, sobre nuestro pasado más reciente y además narrada de una manera rompedora con la manera tradicional de narra: este es su libro.

Caronte.

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