sábado, 28 de marzo de 2015

Lectura crítica: "Beatus Ille"

No le descubro a nadie nada si digo que Antonio Muños Molina es ya uno de mis escritores preferidos, y eso que solo hace apenas un año que empecé a leer sus libros. Y empecé a leerle básicamente porque le dieron el premio Príncipe de Asturias de las Letras, cosa que me avergüenza, no que le diera en premio sino que fuera a raíz del mismo que empezara a interesarme por este gran autor que lleva décadas encandilando a muchos lectores en España. Por suerte ahora también yo me puedo considerar uno de sus numerosos lectores. La novela de la que hablo hoy es por cierto la primera de este grandísimo escritor. Es curioso que no empezara por ella cuando me decidí a descubrir a Muñoz Molina, como debería haber sido, pero no lo hice así sino que me decanté más por sus obras más conocidas y premiadas como “El Invierno en Lisboa” o “EL Jinete Polaco”, y luego he continuado con otras dos de sus más conocidas obras.

Antes de entrar en materia y realizar la crítica de “Beatus Ille”, me gustaría comentar brevemente como di con este libro. Resulta que no era una de las novela de Muñoz Molina que tenía apuntadas como próximas lecturas suyas, es más la desconocía por completo. Sin embargo una mañana de domingo dándome una vuelta por la Cuesta del Moyano, uno de mis rincones preferidos de Madrid donde uno puede respirar un ambiente literario único en el mundo y tocar, oler, y ver libros de todas las épocas, de primera, segunda y tercera mano incluso, di con esta novela de Muñoz Molina. Es una edición de bolsillo reciente y que además estaba en muy buen estado (nadie podría decir a primera vista, y quizá tampoco después de un examen más exhaustivo, que es un libro de segunda mano). Me llevé otros dos libros más por sólo 10 euros, cuando si hubiera comprado esta novela de primera mano me hubiera costado unos nueve euros ella solita. Fue un chollo, y tras haber leído la novela, también puedo decir que fue un grato descubrimiento, de esos que ocurren muy pocas veces.

Por norma general las primeras novelas de los escritores, grandes o pequeños, no suele ser la mejor de su carrera, ni en la que demuestran todo el potencial que pueden llegar a tener, ni tan siquiera la más conocida, celebrada o considerada por la crítica. Las primeras novelas suelen ser saltos al vacío, libros escritos con la ilusión de que algún día vean la luz y sean la piedra clave sobre la que se sustente toda la construcción literaria de la obra de un autor. Pero a la vez que digo esto, también es posible que la primera novela de un escritor sea su única novela decente, una chispa de ingenio, claridad narrativa e imaginación que no se vuelven a conjugar más y que terminan por hacer de ese escritor un quiero y no puedo de la literatura. Tengo que decir que “Beatus Ille” no es para nada una primera obra del segundo tipo que he mencionado; pero tengo mis dudas de que no sea del primer grupo. No quiero aventurarme a decir sin haberme leído toda la obra de Muñoz Molina que esta es su gran novela, pero sí me voy a atrever a decir que es la que más me ha gustado, a pesar de ser la primera, con todo lo malo que eso puede conllevar.

Con “Beatus Ille” Muñoz Molina empieza su magnífico y fascinante mundo narrativo y literario. Mundo que en sus sucesivas novelas, esas más conocidas y afamadas, irá profundizando y haciéndolo mucho más intenso y pulido. En esta novela se nos plantea a los lectores la historia de unos personajes del pasado que tiene resonancias en el presente. El joven Minaya huye de Madrid porque ha tenido una serie de problemas con los grises y se refugia en su pasado, en sus orígenes, en Mágina, con la excusa de escribir un libro/tesis doctoral sobre el escritor Jacinto Solana, que fue asesinado años después de la Guerra Civil. Por esto vuelve a Mágina, su pueblo natal, de dónde es toda su familia. Sus padres están muertos, por lo que va a la casa familiar donde su tío le recibe con los brazos abiertos aunque un poco receloso al principio. Esto es sólo el principio, porque una vez que vuelve a Mágina, empieza a descubrir el pasado, no ya el de Jacinto Solana, que fue amigo de sus padres y su tío, sino del de la propia familia. Un pasado que poco a poco irá diseccionando y profundizando en él. Un pasado que encierra muchas sorpresas y secretos; secretos que hasta ahora habían estado dormidos para que no afectaran en demasía al presente, pero que inevitablemente terminarán por tener consecuencias.

Esta búsqueda sobre los últimos momentos de Jacinto Solana le llevará a toparse con una muerte, bueno con varias muertes que se producen en la oscuridad, en el silencio del secreto y que tras las cuales se corrió un tupido velo de misterio. Minaya quedará totalmente sumergido en esas historias del pasado, e irá interesándose cada vez más en la vida de Jacinto Solana y de todo lo que rodeó su relación con su tío, y con otros miembros y amigos de su familia, personajes todos ellos también del presente y del libro. Además de lo que puede parecer a primera vista como el argumento de una novela de misterio y suspense, “Beatus Ille” es ante todo una novela de amor. Porque es el amor el hilo conductor de todas las historias que se suceden en el libro, tanto las del pasado como la del presente con Minaya como convidado de piedra a la representación de la vida y pasado de esa gran casa familiar que tantos rincones oscuros, secretos, misteriosos y olvidados guarda.

Muñoz Molina, creó en “Beatus Ille” un mundo tan difuminado y aparentemente tan irreal que se termina confundiendo con la propia realidad. A parte de los personajes que aparecen en la novela, hay un elemento que quiero destacar por sobresaliente, quizá tan bien porque desde que descubrí el por qué de ello me fascina y le cogí cariño. Ese elemento es Mágina, el pueblo donde se desarrolla toda la novela y que también aparece en otras grandes novelas de Muñoz Molina.  Pero Mágina es real, existe, y yo estuve allí hace unos años, en verano con unos amigos en casa de uno de ellos. Mágina es un pueblo del sur de España, rodeado de un mar de olivos, con calles empedradas, murallas árabes, fuentes, estatuas, torres, y palacios señoriales. Mágina es tan irreal como real es el pueblo en el que se inspira. Desde el primer momento que leí sobre ella en “El Jinete Polaco”, supe de qué ciudad se trataba por la descripción de sus calles, plazas y alrededores. Cuando investigué en poco sobre Muñoz Molina terminé por confirmar mis sospechas. Por ello cada vez que en un libro de Muñoz Molina aparece Mágina, vuelo hacia allí con mis recuerdos de sus calles y plazas, palacios y rincones empedrados y señoriales. Pero es que en esta novela este escenario ficticio y real a la vez cobra una dimensión especial porque pasa a ser un personaje más. Un personaje que envuelve a todos los demás y les confiere un aire mucho más pasado, misterioso y melancólico.

Beatus Ille” es mucho más que la primera novela de Muñoz Molina, es también su carta de presentación. En eta novela se puede ver cómo será su estilo narrativo que irá afinando en sus sucesivas novelas. Pero he de decir aquí que es la novela que más me ha gustado por cómo está escrita, a pesar de ser la primera. Es un estilo muy intimista que gira constantemente sobre sí mismo para formar ambientes muy profundos en los que el lector se pueda perder sin miedo. Las descripciones, las idas al pasado para recordar un olor, un mueble, una imagen olvidada en lo más profundo de la mente, conforman una narración densa pero no tanto como hacer que el lector se pierda en divagaciones absurdas. Si tuviera que ser duro diría que la historia en sí misma se podría haber contado en la mitad de páginas, sin extenderse tanto, yendo mucho más al grano, a la trama principal y real de la historia. Pero si esto fuera así no estaría hablando de una novela de Muñoz Molina. Este libro es como es porque para contar una trama sorprendente y adictiva se necesita mucho más. Y eso es lo que tiene este libro para mi gusto: todo eso que complementa y completa la narración.

No voy a decir aquí que esta novela es fácil de leer. Por norma general las primeras novelas de los escritores son las más complicadas de leer por eso de encontrarse ante un nuevo estilo literario no semejante a nada de lo que hay publicado ya. Y no es fácil porque a lo largo de la novela se suceden varios narradores y muchas veces no es sencillo saber quién es el que está narrando lo que está pasando. Tampoco es sencillo averiguar en qué momento suceden los acontecimientos, si en el presente de Minaya, o en el pasado de Jacinto Solana. Pero esto es una de las cosas que más me ha gustado de “Beatus Ille”, el que haya tenido que esforzarme por desentrañar esta magnífica historia. No me gustan los libros fáciles que se leer en un abrir y cerrar de ojos. Me gusta que los escritores nos lo pongan difícil a los lectores. Si quiero leer algo sencillo me voy a los grandes escritores best sellers, de los que hay a puñados por el mundo. Cuando leo quiero encontrarme con retos y esta novela de Muñoz Molina me los ha planteado. También es cierto que esta dificultad a la hora de leer esta novela es más ficticia que real, porque una vez la coges el tranquillo te das cuenta con facilidad quien es el que está narrando la historia en cada momento, y en qué época se está.

Poco más me queda por decir de “Beatus Ille”, todo lo bueno y lo menos bueno (aunque esto es relativo claro) está dicho. A mí me ha encantado, es probablemente la novela de Muñoz Molina que más me ha gustado y la que más me ha enganchado desde el principio hasta el final. Hasta tal punto que no podría dejar de leer porque quería saber más y más. Quien se atreva con ella descubrirá una historia llena de misterio, de claroscuros y lugares en sombra; personajes diferentes a los que estamos acostumbrado a ver en los libros, muy bien construidos y con gran toque de credibilidad y verosimilitud. Por otro lado el final del libro es extraordinario, no diré más sobre él para que quien quiera descubrirlo llegue al final. Sí diré una cosa sobre este final, y es que hay que leerlo de golpe; una vez se llega a él hay que leerlo del tirón, no por nada sino porque Muñoz Molina lo escribió en único párrafo de varias páginas de extensión, pero no defraudará porque en él terminarán de encajar una serie de piezas del puzle de esta historia. Solo me cabe añadir que os animéis con este libro que seguro que os despierta la curiosidad por este escritor.

Caronte.

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