Tenía muchas ganas
de volver al cine, ya que llevaba unas cuantas semanas sin ir y ya tenía mono.
Pero la verdad es que no ha habido muchas películas que merecieran que saliera
de mi casa, cogiera el coche y me gastara los correspondientes siete euros en
la entrada a la sala de cine. Hasta que llegó Hollywood y uno de sus
taquillazos casi inesperados basados en una novela, que por cierto también en
su día arrasó en internet, ya que su autor la auto editó primero en su blog
personal para luego ser un éxito total en ventas tanto por internet como en
librerías tradicionales. Hollywood lo puede todo, y más aún Ridley Scott, uno
de los directores más famosos de aquellos lares, aunque nacido en Inglaterra,
que convierte en oro todo aquello que toca y crea éxitos como un churrero haría
porras en navidad después de la cabalgata de reyes. Ahora hablaré de la
película, pero antes de que empezara ya hubo algo que agradecí a Scott, y es
que llenara la sala de cine de gente, como llevaba muchos años sin ver, y que
hiciera que no fuera solo al cine, sino acompañado de un buen grupo de amigos y
conocidos, algo que después de haber ido al cine más sólo que acompañado es de
agradecer.
“The Martian” fue primero una
novela escrita por Andy Weir, un autor que sin haber escrito nunca nada
reseñable ha obtenido un éxito más que notable con esta novela ambientada en
Marte, el planeta rojo, en la que un astronauta queda olvidado y debe
sobrevivir como pueda hasta que sea rescatado por una misión espacial enviada
desde la tierra. Yo no me he leído el libro. Me hubiera gustado hacerlo pero la
literatura y yo tenemos una relación muy exigente y por desgracia, porque la
verdad es que me he quedado con las ganas, es que no he podido leer la novela
antes de ir a ver la película. Luego no puedo opinar sobre la película ni
criticar la adaptación con respecto al libro. Aunque por lo que he oído Ridley
Scott ha hecho un trabajo más que aceptable y se puede decir que la película no
tienen nada que envidiar a la novela, siendo ésta muy probablemente mucho mejor
y más llena de matices e interpretaciones individuales.
El argumento de “The Martian” es bastante simple y
yo lo he esbozado en el párrafo anterior. La cinta trata de cómo un astronauta,
Mark Watney, interpretado por Matt Damon, sobrevive en Marte después de que sus
compañeros lo dieran por muerto y pusieran rumbo a la Tierra después de una
gran tormenta marciana que casi les cuesta la vida a todos. Desde ese momento
Mark debe poner en práctica todos los conocimientos científicos que sabe para
intentar sobrevivir hasta que llega a Marte otra misión de la NASA planificada
para más de un año después. Así Watney deberá apañárselas para racionar la
comida que tiene en la base permanente de Marte e intentar cultivar comida por
sus propios medios, cosa que logrará gracias a que es botánico y consigue
plantar patatas usando tierra marciana, restos de los excrementos de sus
compañeros y agua creada químicamente.
Hay quien podría
decir que este argumento no da para hacer ni un libro, ni una película, pero es
que “The Martian” no sólo se basa
en la supervivencia y hazañas sobre la tierra roja de Marte de Mark Witney,
sino que también hay parte de esa épica norteamericana que tanto gusta en
Hollywood. La cinta, y supongo que también el libro, también cuenta cómo desde
la Tierra, la NASA planifica y piensa la misión de rescate de Mark Witney
después de darse cuenta de que está vivo y no muerto como en un principio
pensaron. Pero para qué nos vamos a engañar, la película es básicamente la vida
de este astronauta perdido en Marte, es un Robinson Crusoe moderno e
interestelar. De hecho todo el peso interpretativo recae en Matt Damon; así
como toda la historia recae en su personaje. También debo decir que todo lo que
en la película tiene que ver con la supervivencia del protagonista en Marte es
lo que más me gustó y considero más interesante.
Como he dicho en
cuanto a los actores, es Matt Damon el que asume todo el peso de “The Martian”. Es Matt Damon quien
consigue hacer de su personaje alguien por el que el espectador siente cosas,
ya sea lástima, tristeza, alegría o tensión. Y esto es algo que no sólo hay que
agradecer a Matt Damon, que por descontado hace una interpretación totalmente
convincente y creíble, sino también a la mano y ojo de Ridley Scott que sabe
exprimir aquellos personajes que sabe que pueden tener tirón, no solo visual y
argumental, sino también emocional para enganchar al público. Sin embargo Matt
Damon no es el único actor de la película, aunque sí es el único principal.
Pero por nombrar también otros personajes que me gustaron, he de mencionar a
los responsables de la NASA: su director, interpretado por Jeff Daniels un
secundario de lujo; el jefe de operaciones, interpretado por Sean Bean (para
quien no le suene le nombre, es Boromir en “El
Señor de los Anillos”); y varios científicos que dan a la película ese
toque menos serio y grave que por argumento debería tener.
De destacar es
también el tono desenfadado de “The
Martian”. No sé si en el libro Andu Weir también es tan irónico,
jocoso, sarcástico y divertido como los guionistas han sido en la película,
pero si es así he de reconocer que he dejado de leer un libro que hubiera
merecido la pena haber leído. Pero me dejo de lamentaciones que si no, no
termino de comentar la cinta. Uno de los puntos fuertes de la película es que a
pesar de ser ciencia ficción, género que la verdad a mí no me va mucho, es que
no es nada fantástica o fantasiosa, y mucho menos irreal. En ningún momento el
espectador tiene la sensación, yo no la tuve, de que está viendo algo
imposible. Más bien todo lo contrario. Todo tiene un halo de verosimilitud
alucinante, y quizá en no muchos años vemos todo esto que ahora no es más que
ficción llenando páginas de periódicos y horas de televisión y radio.
Otros dos puntos
fuertes de la película son tanto su banda sonora como el toque cómico que
tiene. “The Martian” aunque no
lo desee quizá, o no haya sido esa la intención ni de Ridley Scott cuando la
dirigía, ni de Andy Weir cuando la escribía, es una historia divertida dentro
del drama que supone quedarse aislado y perdido en un planeta a más de 200
millones de kilómetros de la Tierra y al que se tarda en llegar como mínimo más
de 400 días. Pero es así. Pese a lo que podía pensar antes de ir al cine, me he
reído bastante con la película. Tiene puntos divertidos, casi surrealistas
diría yo, pero claro esto es algo que permite la ciencia ficción y que otros
géneros no se lo pueden permitir. El segundo gran punto fuerte que tenía que comentar es la banda sonora, no la
compuesta expresamente para la cinta, sino la música que se puede escuchar
durante toda la película en esos instantes divertidos que antes he citado.
Música que va desde ABBA hasta Donna Summer, pasando por David Bowie y su
mítica “Starman”. Casi se me olvida
mencionar los escenarios de la película, ese Marte terrenal llamado Jordania y
el paraje de Uadi Rum.
Y poco más puedo
añadir. Me ha encantado “The Martian”,
creo que es una de las películas que más he disfrutado este año. Es divertida,
es entretenida y atrapa al espectador desde el primer minuto de metraje no
soltándolo hasta que el protagonista, Mark Witney vuelve a pisar la tierra y
deja Marte atrás. Para ser la primera gran película de ciencia ficción de
verdad que veo, he quedado totalmente satisfecho, pero claro de Ridley Scott no
se puede esperar nada que no sea un éxito (he visto sus últimas tres películas,
incluida esta, y cada año tengo en mejor consideración a este director).
Recomiendo encarecidamente que vayáis a ver esta película, no perderéis el
tiempo. Os recomendaría también que os leyerais el libro pero por desgracia yo
no lo he hecho, cosa de la que me arrepiento mucho (así también hubiera podido
comparar las dos versiones de una misma historia).
Caronte.
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