martes, 3 de mayo de 2016

Cinco y acción: "Trumbo: la lista negra de Hollywood"


Creo que no hay nada mejor en el mundo que ir un soleadísimo día dos de mayor, fiesta en la Comunidad de Madrid, y como diría Pérez-Reverte una de las pocas fechas españolas para no sentirse avergonzado de ser español, al cine a ver una película de estreno. Aunque para ser sinceros sí que se me ocurren muchas ideas y planes para una tarde festiva en Madrid: quedar con amigos a tomar algo, ir a cenar con la novia, salir a dar una vuelta por la ciudad en buena compañía, sentarse al sol en el Retiro con tu pareja… Pero esto lo puede hacer gente más afortunada que yo que pueda tener pareja o amigos; yo lo primero no lo tengo y lo segundo no en demasía, es más no gasto los dedos de una mano para contar a mis amigos. De todas maneras el cine siempre es un plan especial y digno sobre todo si se va a ver una película que se desea ver y disfrutar tanto por temática, como por algunos actores, como por las críticas escuchadas.

La primera noticia que tuve de “Trumbo: la lista negra de Hollywood” fue gracias a su tráiler que vi justo antes de ver otra película hace ya unas cuantas semanas, sino hace algunos meses. Desde ese momento quedé con buen sabor de boca. Pero con los tráileres soy escéptico por naturaleza porque mi boca, o el sabor que en ella queda después de algún tráiler, a veces me ha fallado, y recientemente más a menudo que de costumbre. Por eso cuando ayer me senté en la butaca de la sala del cine aunque con muchas ganas de ver la película y disfrutarla sin era posible, también sentía cierto miedo a quedar frío después de verla. Por suerte esto no pasó y salí del cine contento por haber empleado dos horas de mi vida viendo una película.

Para entrar en materia, “Trumbo” es una película basada en hechos reales, y como tal, y aunque parezca algo extraño, contendría también partes no tan verídicas. Dalton Trumbo, que es el protagonista de la cinta y que también le da título, fue uno de los grandes guionistas del Hollywood dorado de los años 40, 50 y 60. Sin embargo también fue una de las personas más señaladas en los EE.UU. durante una de las épocas más tristes y oscuras de ese país adalid de las libertades públicas e individuales, como fue la era McCarthy y la caza de brujas comunista en américa durante varias décadas. Mucha gente durante muchos años, gente corriente, normal, ciudadanos modelo en muchos casos, fueron señalados con el dedo acusador del miedo a lo desconocido, de la ignorancia y del patriotismo de cartón. Hollywood no se libró de esta persecución y Dalton Trumbo fue uno de los miembros de una de las primeras listas negras que hubo en EE.UU., listas donde aparecieron nombres más o menos relevantes a los que se les acusaba de espías o de no americanos simplemente por haber tenido en algún momento de su vida algo que ver con el comunismo.

Trumbo” narra basándose en la vida de este guionista esa persecución cruel, que con infamias y difamaciones terminó con la carrera profesional de muchas personas, y con la vida también de otras muchas. El tono de la película sin embargo no es del todo dramático, sino más bien una mezcla de momento de sentimiento más contenido y realista, más emotivo, con otro más distendidos y hasta cómicos. No hay que olvidad que en el fondo la cinta es una especie de homenaje a ese sector del cine que casi siempre queda olvidado cuando se habla de una película, como son los guionistas. Este gremio tantas veces castigado y casi siempre olvidado, es para mí fundamental en el cine, sin ellos no hay historias que rodas o interpretar y por tanto ni directores ni actores tendrían trabajo.

Quizá la película peca de histriónica y exagerada en algunos momentos de la narración, sin embargo el ritmo de “Trumbo” es tan bueno que en ningún momento el espectador tiene tiempo para preguntarse cuánto queda de película o para aburrirse. La historia es muy interesante ya que se muestra una parte de la historia de Hollywood y del cine, pero también de la historia norteamericana, bastante desconocida pero llena de vericuetos e implicaciones en muchos casos muy crueles y absurdos. Es posible también que la cinta podría haberse centrado un poco más en la cuestión del drama humano y las consecuencias personales más allá de Trumbo, mostrando la traición y la delación a los propios amigos. Lo que por el contrario queda bastante bien plasmado en la historia es el doble rasero de los que eran comunistas simplemente como gesto de rebeldía, que en el momento en el que el peligro y el riesgo de cárcel llamaban a la puerta huían despavoridos y preferían preservar su modo de vida holgado y multimillonario en algunos casos a las ideas y los ideales.

El papel de los actores también hace mucho en “Trumbo”. Bryan Cranston, famosísimo actor no por sus apariciones en la gran pantalla sino por su papel en la célebre serie “Breaking Bad”, y que en este caso da vida a Dalton Trumbo está inmenso, dándole tal credibilidad al papel que no hay posibilidad para el espectador de no quedar prendado de dicho personaje. Pero no es solo él aunque él sea el protagonista absoluto de la cinta. El reparto en su conjunto está espléndido con actores de la talla de Hellen Mirren o John Goodman interpretando a sus correspondientes personajes con tanta precisión y credibilidad que es imposible no sentir algo, aunque pueda ser indignación. Mención aparte voy a hacer de Goodman ya que su papel es quizá de los más cómicos e irónicos, o también por qué no cínicos de la película.

Pero volvemos a lo de antes, ninguno de estos actores sería nada sin un buen guion detrás y el de “Trumbo” es espléndido, con diálogos muy logrados y realistas, de una intensidad que asombra y de una profundidad bastante crítica. Hay frases demoledoras pronunciadas, esta vez sí por los actores que las bordan. Es el guion quizá lo mejor de la película, sin desmerecer a la historia en general y a la interpretación de los actores en particular la de Cranston. Sin ese guion tan perfectamente llevado que impone a la película un hilo conductor que le da un ritmo muy aceptable y ágil, la cinta pasaría desapercibida. Pero gracias a los guionistas esto no es así, y esta película brilla por sí misma conjuntando todo como en un buen plato de alta cocina donde todos los ingredientes están en su justa medida y de manera independiente, pero que en conjunto hacen un plato delicioso que deja al comensal, y en nuestro caso al espectador, con ganas de más.

Esto es también lo que me ha pasado a mí. Y es que “Trumbo” me ha dejado tan buen sabor de boca que al final me he quedado con las ganas de saber más. Probablemente la película podría haber incidido más en algunos aspectos de la vida de este gran hombre tachado de traidor a su país por mantener firmen y sin variación sus ideas, pero para ella debería haber durado casi el doble de lo que lo ha hecho y eso hubiera sido contraproducente para la propia película. La cinta está bien como está y no le sobra nada. Tampoco le falta nada. No es perfecta, porque si no estaríamos ante una obra maestra y no es el caso, de ese tipo de películas ya no se hacen por desgracia; pero esta película es un digno ejemplar de cine, y con eso me basta, que no es poco.

Ayer pasé un muy buen rato en el cine viendo “Trumbo” y para hacer honor a mi olfato elector de películas para ver he de decir que en este caso el visionado de su tráiler hacer un par de meses ha quedado redimido con la cinta completa. Todo aquel que quiera ir a pasar un buen rato al cine, a disfrutar de una película que hará reír pero también indignarse por una serie de actitudes denigrantes e impropias de una sociedad adulta, esta es su película. Además el guion como ya he dicho es espectacular y no permite al espectador desentenderse de la historia; y los actores en conjunto, pero Bryan Cranston en particular, están tremendos. No creo que se pueda pedir más a una película, que no es poco lo dicho.

Caronte.

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