viernes, 28 de abril de 2017

Lectura crítica: "El hereje"

Desde segundo de bachillerato, ya en la prehistoria de mi vida casi, no he vuelto a leer nada de uno de los grandes de las letras castellanas, Miguel Delibes. Si en aquella ocasión, cuando contaba con apenas 17-18 años y no era más que un aprendiz de lector, me acerqué a la obra de quizá el más ilustre de los vallisoletanos del último siglo por obligación (“Cinco horas con Mario” entraba para Selectividad como una de las posibles lecturas sobre las que podíamos ser preguntados los candidatos a universitarios), esta vez ha sido por propia voluntad. Tenía además que saldar una deuda importante con este gran escritor patrio, candidato al Nobel seguro que muchas veces aunque nunca lo ganara (inmerecidamente según mi entender viendo otros premiados), y por ello cuando vi este ejemplar, en edición del décimo aniversario de la publicación de la que fue su última novela, en una librería de segunda mano, no dudé dos veces, y aunque había otros candidatos para ser comprados, y lo compré para leerlo y así saldar dicha deuda de años sin recaer en la prosa castellana de Delibes.

El hereje” es uno de los grandes libros de Miguel Delibes. Esto no tiene discusión. Antes cuando se estudiaba en el instituto la literatura española del siglo XX, Delibes salía siempre nombrado y los estudiantes nos teníamos que aprender, casi de carrerilla, algunas de sus obras, entre las que estaban siempre esta novela, que por cierto fue la última que escribió en 1998 y que además recibió el Premio Nacional de Narrativa (lo que supuso su segundo galardón de este tipo). Por esta razón, hablar de esta novela es muy complicado, porque implica hablar de un libro que está dentro de la historia de la literatura en castellano y nada de lo que se pueda decir de manera subjetiva (como lo voy a hacer yo) debería llevar a nadie a leerlo o no.

Quizá “El hereje” sea la primera gran novela histórica de la literatura española, y si no la primera, al menos una de las que más poso ha dejado en las siguientes generaciones de escritores. Sin embargo a diferencia de novelas históricas posteriores, surgidas al albur del siglo XXI y que han sido y siguen siendo superventas, esta obra de Delibes es una novela histórica de verdad: sin pretensiones, sin orgullo, sin grandes aspavientos. Con mucha delicadeza, con una prosa muy cuidada, pensada y culta, Delibes retrata la Valladolid del siglo XVI, durante el reinado de Carlos I (Emperador Carlos V) y parte de Felipe II: una época de muchos cambios sociales, en los que el capitalismo empezaba a surgir de entre los restos de la ya destruida Edad Media, donde la globalización empezaba también a dar sus primeros pasos, pero donde aún arraigaban con fuerza las tradiciones castellanas con sus prejuicios, puritanismo, miedos, supersticiones y analfabetismos propios de una España que, en cierto modo, nunca ha dejado de ser una España de pueblos, campo y animales.

Para intentar decir de qué trata “El hereje” es mejor ir por partes. Ya tenemos una época: siglo XVI; pero hay que añadir un contexto tanto nacional como internacional. En 1517 Lutero fijó sus noventa y cinco tesis contra las indulgencias en la puerta de la iglesia de Wittenberg, hecho que desencadenaría el cisma de la Iglesia católica y la Reforma protestante. Ese mismo nacería Cipriano Salcedo, a la postre protagonista de la novela de Delibes. Con una niñez protagonizada por el rechazo de su padre por considerarle el asesino de su mujer muerta durante el parto, Cipriano crece en una Valladolid piadosa que empieza a olerse el cambio social. En su juventud Cipriano se enamora, o cree enamorarse primero de su nodriza, luego de una pueblerina muy fogosa que lo único que desea es ser madre, hecho que no consigue y que la vuelve loca. Mientras tanto Cipriano se convierte en un ávido comerciante de lanas, zamarros y prendas que vende a todos los estratos de la sociedad vallisoletana. Hasta que da con la religión y el cambio reformista luterano.

A diferencia de otras novelas históricas más recientes, “El hereje”, como he dicho antes, no es una novela pretenciosa, sino humilde. Delibes no pretende generar una trama macabra, dura, doliente y angustiosa que ponga al lector de lado claro del protagonista mártir de unos malos muy malos y unas injusticias flagrantes. No. Esta novela es tranquila y no hay malos propiamente dichos. Cipriano Salcedo el protagonista es un gran comerciante, un amante sin amor y desconocedor del mismo, pero ante todo un gran hombre de mundo, de saber, de fe; un hombre de bien que nunca ha pretendido hacer mal a nadie, justo, y sobre todo tolerante que pretende que su sociedad mejore. Pero en la España de Carlos I y Felipe II, los grandes defensores de la fe cristiana apostólica romana, no hay tolerancia que valga, no existen las medias tintas: o se está con unos o con otros; se es creyente o hereje. En este último saco cae Cipriano Salcedo llevado por las corrientes protestantes de la época. Si en esta novela hay algún malo es la intolerancia religiosa y el fanatismo de la fe, encarnados en la Santa Inquisición que quema en la hoguera en acto público a aquellos que no siguen sus normas.

El hereje” es una novela histórica que indaga de verdad en una época concreta de la historia, en unos acontecimientos muy interesantes, dotando a la trama de una belleza narrativa y estética muy elevada que hace que su lectura, aunque no enganche tanto como las superventas actuales, mece al lector durante la misma. Las estampas de los campos castellanos, las descripciones de los usos y costumbres tanto de la ciudad como del campo, las escenas de caza y pastoreo, los detalles de los amaneceres y atardeceres sobre los campos de cereales de la llanura castellana dan a esta novela de manos de Miguel Delibes un aire que va más allá de la simple novela histórica, ya que de hecho desde mi humilde punto de vista, el apelativo histórico solo podría aplicársele durante la última parte del libro (tiene tres más un prólogo extenso), ya que si atendiéramos a las otras dos, bien podría ser esta una novela costumbrista más de tantas que ha dado la literatura española. Pero no es así por la última parte, esa gran última parte en la que todo el contexto histórico y toda la trama terminan por destejerse y mostrarse al lector.

Con lo dicho hasta ahora creo que va siendo hora de terminar. “El hereje” es una novela de contexto histórico claro, en la que más que la trama real que narra, son importantes los diversos personajes que se van relacionando con Cipriano Salcedo, el protagonista, durante todo el desarrollo de la misma. El amor, la tolerancia, la libertad de pensamiento, las costumbres de la burguesía y del campo, la caza, los campos de Castilla, etc., son parte de una historia más que bien hilvanada por Miguel Delibes, y ante todo excelentemente escrita como corresponde a uno de los grandes maestros de la narrativa tradicional española. Quien busque en esta novela delicada y bellísima una trama angustiosa y adictiva no la va a encontrar; en cambio quien prefiera un buen texto, una narración que va llevando al lector con tranquilidad por la Valladolid del siglo XVI y las truculencias de la intolerancia de la Inquisición ante la Reforma Protestante, este es su libro sin lugar a dudas.

Caronte.

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