Vuelvo a la Guerra
Civil, tema por excelencia de la literatura española del s XX. Y lo hago
leyendo por primera vez a uno de los grandes referentes de las letras españolas
del exilio, Ramón J. Sender. Llevaba tiempo queriendo leer algo de Sender y por
casualidad el fin de semana pasado visitando la Cuesta Moyano, paraíso
bibliófilo para los libroadictos como
yo, di con un ejemplar de la que quizá es su obra más famosa, comentada y
estudiada. En su momento el diario El Mundo incluyó esta brevísima novela en su
lista de las mejores del siglo XX en español; inclusión para mí totalmente
merecida porque tras su lectura he terminado extasiado por la intensidad que,
en apenas una hora de lectura, Sender fue capaz de generar haciendo que
cualquier lector quede tocado emocionalmente con la historia. Además tuve la
suerte de dar con un ejemplar de esta novela editado con una extensa
introducción, muy académica, en la que se explican algunos matices de la obra en
los que no se repararía si no fuera por ella.
“Réquiem por un campesino español”
es una novela muy breve, apenas 70 páginas, que se lee en un abrir y cerrar de
ojos. En su origen apareció con el título “Mosén
Millán” ya que es la voz de este cura la que narra toda la historia a
través del presente, preparando la misa de réquiem de Paco “el del Molino”,
quien es a su vez el verdadero protagonista del drama que se narra en esta
obra. Mientras está en la sacristía preparando la misa Mosén Millán recuerda la
vida de Paco y cómo éste muere a manos de la sinrazón y el odio que la guerra
generó debido al analfabetismo y la ignorancia.
Siempre he dicho
que la Guerra Civil fue consecuencia de la injusticia, de la rabia contenida,
del poder que unos pocos ejercían sobre la mayoría creyéndose amparados por un
poder superior que le ungía para ello. Y todo amparado por la Santa Madre
Iglesia, cuyos prelados y curas, rurales sobre todo, mantenían al pueblo llano
callado ante esas injusticias, impidiendo al mismo tiempo que la educación y la
cultura calaran en esos estratos sociales. “Réquiem
por un campesino español” muestra exactamente eso, cómo la guerra y la
barbarie, alimentadas por la incultura prendió la mecha en la España rural, que
por aquel entonces era la mayoría.
La novela gira en
torno a Paco “el del Molino” a quien conocemos desde que nace por boca de Mosén
Millán quien es el narrador de “Réquiem
por un campesino español”. Paco es hijo de una familia humilde, de un
pueblo de Aragón, cuya existencia está siempre muy unida al cura quien le coge
un cariño especial y le trata casi como un hijo. Sin embargo, los tiempo en los
que Paco tiene que vivir le van conformando como una persona luchadora, capaz
de ver las injusticias que los “señores” del pueblo y el “duque” comenten
contra el resto de los humildes campesinos, agricultores, ganaderos y
arrendatarios. Esas injusticias, justificadas y minoradas por Mosén Millán van
poco a poco separando a ambos hasta que la desgracia se cierne sobre España, y
en este caso sobre este pequeño entorno rural en el que se desarrolla la
novela.
Ramón J. Sender ha
creado en “Réquiem por un campesino
español” una fábula simbólica sobre lo que fue la Guerra Civil en la
que un hombre intenta expiar sus pecados, Mosén Millán, después de haber “condenado”
a Paco “el del Molino” y que su sangre cubra sus manos; mientras los tres “señores”
del pueblo son los únicos en atender a la Misa de Réquiem intentando pagarla.
Injusticia, ruindad, piedad, miedo, odio, rabia… Esta es una novela de
sensaciones intensas, aumentadas por la brevedad y el ritmo que Sénder le
imprimió a la obra.
Las apenas 70
páginas de “Réquiem por un campesino
español”, narradas con una sencilles abrumadora y un realismo
sobrenatural, hacen de esta novela una obra de fácil y sencilla lectura. Sin
embargo, su digestión es más complicada, al menor para un lector que tenga
conciencia y empatía. La intensidad de la novela va in crescendo hasta que llega a un clímax y el lector debe pararse a
sopesar qué es lo que acaba de leer y sentir pena, rabia, desazón, todo
aderezado por una tristeza horrible por ver de manera tan realista, con
imágenes de pueblo que todos hemos oído de boca de nuestros abuelos, cómo se
mataba y se moría por unos ideales falsos en ambos bandos cocinados a fuego
lento por poderes fácticos que en ningún momento sufrieron la guerra. Porque la
guerra la sufrieron sobre todo gente con conciencia y remordimientos.
Es difícil siempre
recomendar una novela sobre la Guerra Civil, sobre esas dos Españas que nunca
han terminado de ser una, pero “Réquiem
por un campesino español” es una novela diferente. Probablemente no
cuadre aquí decir que esta novela es tierna, pero en cierto sentido lo es. Aquí
más que rabia y odio hay pena y culpa. Por eso recomiendo esta novela, porque
no es una simple novela sobre la guerra sino sobre seres humanos que tuvieron
que lidiar con muchos sentimientos, encontrados la mayoría de las veces, y
tomar decisiones que en ocasiones, queriéndolo o no, eran erróneas simplemente
por cubrir su conciencia o salvarse a sí mismos.
Caronte.
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