viernes, 1 de marzo de 2019

Lectura crítica: “Réquiem por un campesino español”


Vuelvo a la Guerra Civil, tema por excelencia de la literatura española del s XX. Y lo hago leyendo por primera vez a uno de los grandes referentes de las letras españolas del exilio, Ramón J. Sender. Llevaba tiempo queriendo leer algo de Sender y por casualidad el fin de semana pasado visitando la Cuesta Moyano, paraíso bibliófilo para los libroadictos como yo, di con un ejemplar de la que quizá es su obra más famosa, comentada y estudiada. En su momento el diario El Mundo incluyó esta brevísima novela en su lista de las mejores del siglo XX en español; inclusión para mí totalmente merecida porque tras su lectura he terminado extasiado por la intensidad que, en apenas una hora de lectura, Sender fue capaz de generar haciendo que cualquier lector quede tocado emocionalmente con la historia. Además tuve la suerte de dar con un ejemplar de esta novela editado con una extensa introducción, muy académica, en la que se explican algunos matices de la obra en los que no se repararía si no fuera por ella.

Réquiem por un campesino español” es una novela muy breve, apenas 70 páginas, que se lee en un abrir y cerrar de ojos. En su origen apareció con el título “Mosén Millán” ya que es la voz de este cura la que narra toda la historia a través del presente, preparando la misa de réquiem de Paco “el del Molino”, quien es a su vez el verdadero protagonista del drama que se narra en esta obra. Mientras está en la sacristía preparando la misa Mosén Millán recuerda la vida de Paco y cómo éste muere a manos de la sinrazón y el odio que la guerra generó debido al analfabetismo y la ignorancia.

Siempre he dicho que la Guerra Civil fue consecuencia de la injusticia, de la rabia contenida, del poder que unos pocos ejercían sobre la mayoría creyéndose amparados por un poder superior que le ungía para ello. Y todo amparado por la Santa Madre Iglesia, cuyos prelados y curas, rurales sobre todo, mantenían al pueblo llano callado ante esas injusticias, impidiendo al mismo tiempo que la educación y la cultura calaran en esos estratos sociales. “Réquiem por un campesino español” muestra exactamente eso, cómo la guerra y la barbarie, alimentadas por la incultura prendió la mecha en la España rural, que por aquel entonces era la mayoría.

La novela gira en torno a Paco “el del Molino” a quien conocemos desde que nace por boca de Mosén Millán quien es el narrador de “Réquiem por un campesino español”. Paco es hijo de una familia humilde, de un pueblo de Aragón, cuya existencia está siempre muy unida al cura quien le coge un cariño especial y le trata casi como un hijo. Sin embargo, los tiempo en los que Paco tiene que vivir le van conformando como una persona luchadora, capaz de ver las injusticias que los “señores” del pueblo y el “duque” comenten contra el resto de los humildes campesinos, agricultores, ganaderos y arrendatarios. Esas injusticias, justificadas y minoradas por Mosén Millán van poco a poco separando a ambos hasta que la desgracia se cierne sobre España, y en este caso sobre este pequeño entorno rural en el que se desarrolla la novela.

Ramón J. Sender ha creado en “Réquiem por un campesino español” una fábula simbólica sobre lo que fue la Guerra Civil en la que un hombre intenta expiar sus pecados, Mosén Millán, después de haber “condenado” a Paco “el del Molino” y que su sangre cubra sus manos; mientras los tres “señores” del pueblo son los únicos en atender a la Misa de Réquiem intentando pagarla. Injusticia, ruindad, piedad, miedo, odio, rabia… Esta es una novela de sensaciones intensas, aumentadas por la brevedad y el ritmo que Sénder le imprimió a la obra.

Las apenas 70 páginas de “Réquiem por un campesino español”, narradas con una sencilles abrumadora y un realismo sobrenatural, hacen de esta novela una obra de fácil y sencilla lectura. Sin embargo, su digestión es más complicada, al menor para un lector que tenga conciencia y empatía. La intensidad de la novela va in crescendo hasta que llega a un clímax y el lector debe pararse a sopesar qué es lo que acaba de leer y sentir pena, rabia, desazón, todo aderezado por una tristeza horrible por ver de manera tan realista, con imágenes de pueblo que todos hemos oído de boca de nuestros abuelos, cómo se mataba y se moría por unos ideales falsos en ambos bandos cocinados a fuego lento por poderes fácticos que en ningún momento sufrieron la guerra. Porque la guerra la sufrieron sobre todo gente con conciencia y remordimientos.

Es difícil siempre recomendar una novela sobre la Guerra Civil, sobre esas dos Españas que nunca han terminado de ser una, pero “Réquiem por un campesino español” es una novela diferente. Probablemente no cuadre aquí decir que esta novela es tierna, pero en cierto sentido lo es. Aquí más que rabia y odio hay pena y culpa. Por eso recomiendo esta novela, porque no es una simple novela sobre la guerra sino sobre seres humanos que tuvieron que lidiar con muchos sentimientos, encontrados la mayoría de las veces, y tomar decisiones que en ocasiones, queriéndolo o no, eran erróneas simplemente por cubrir su conciencia o salvarse a sí mismos.

Caronte.

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