miércoles, 29 de abril de 2020

Luz de guerra


Los largos días de la cuarentena derivados de la pandemia que asola el mundo y que muy poca gente viva ha vivido ni recuerda. Estos días no tiene únicamente 24 horas, parece que tuvieran más; y al final uno no sabe con qué rellenar esas horas, sabiendo que como plan más interesante está el aplaudir por las ventanas llegadas las ocho de la tarde. Yo empleo mucho de ese tiempo a leer y por esta razón estoy animándome a leer esos libros que he ido guardando en la memoria para momentos en los que me sintiera animado a ello. Y heme aquí, reseñando hoy la última novela de Michael Ondaatje (para quien no lo sepa autor de “El paciente inglés”), novela que recibió numerosos halagos y nominaciones a premios literarios. Ondaatje es un escritor, por así decirlo, de culto que no publica cada año y que por tanto cada vez que publica suele tener bastante repercusión.

Entre la última novela de Ondaatje y “Warlight” han pasado siete años, no es que yo los haya contado con los dedos de las manos esperando ansioso que llegara su siguiente obra para devorarla. No. Lo digo como hecho. Lo digo porque esta novela es una joya, es una obra de arte narrativa delicada y minuciosamente pulida y tallada en todas sus facetas. Escibrir un libro así lleva tiempo y no todo el mundo es capaz de llevar al lector a un mundo real, pasado, de manera tan fantástica.

Warlight” (o como se ha titulado en español “Luz de guerra”, haciendo una traducción literal del título original) es una novela sobre las dificultades que tenemos los seres humanos para construir nuestro pasado y arreglar nuestros recuerdos cuando estos, por una o múltiples razones, están emborronados por una bruma de olvido. La novela está ambientada en dos épocas diferentes: el Londres del final de la IIGM y aproximadamente 10-12 años después. Narrada en primera persona por Nathaniel Williams se divide en tres partes en Nathaniel nos cuenta cómo fue su vida durante la IIGM en un Londres bombardeado por la aviación alemana y con la ausencia de sus padres que emprenden un misterioso y largo viaje al sureste asiático. Es quizá la primera parte en la que Ondaatje lleva al lector a un Londres casi fantástico, habitado por hombres y mujeres cuyas edades quedan a un lado y más que vivir sobreviven disfrutando como pueden de esa supervivencia. Es un Londres de hollín, casas destrozadas, escombros, barcazas, canales, contrabando, negocios sucios, fiestas melancólicas y venganzas del pasado.

Leyendo la primera parte de “Warlight” nadie diría cómo se desarrollaría la segunda ya en sí misma esa primera parte es una novela corta. Pura perfección. Nada sobra. Nada falta. Literatura en mayúsculas. Con esto no desmerezco el resto de la novela ya que a medida que avanzan las páginas todos esos personajes que al principio no ubicamos muy bien, que son pintorescos, muy típicamente británicos (literariamente hablando), encajan a la perfección. Repito: esta novela es brillante, y como tal está perfectamente pulida en todas sus facetas.

Es increíble y admirable, envidiable casi, la manera que Ondaatje tiene de narrar. Todas y cada una de las páginas de “Warlight” con una obra maestra: están milimétricamente pensadas. La novela se hace adictiva porque Ondaatje sabe dosificar la información y hacer avanzar la novela sin parar, dando al lector, a cada vuelta de hoja algo sobre lo que pensar. Y no solo estoy hablando de la trama, que por sí sola es simplemente genial y me he descubierto una parte de la historia de Londres y de la postguerra que desconocía, sino porque no deja que el lector descanse, intelectualmente hablando, y va dejando caer preguntas que los lectores no podemos más que coger al vuelo e intentar responderlas.

Me es complicado clasificar “Warlight” literariamente hablando. Es una novela histórica, porque se ambienta en una época concreta y narra usando la ficción hechos y formas de vivir de una época; es una novela de espías de guerra en la que el pasado y los actos que hacemos en un determinado momento por una determinada causa, pasado el tiempo, pueden no ser justificables y al fin y al cabo nos pueden perseguir; es una novela de amor porque en todas las historias es amor está presente; es una novela de misterio porque página a página el lector va profundizando en la historia de Nathaniel, de su pasado y de su presente. Es una novela completa, compleja y perfecta.

Pocas novelas llevo este año como “Warlight” y, aunque suene pretencioso y exagerado, pocas he leído tan bien construidas y escritas. He devorado en apenas tres días este libro, a pesar de leerlo en inglés (idioma en el que me cuesta más leer). Tras su lectura toca pensar muy bien cuáles pueden ser los siguientes libros que llevarme a los ojos, ya que asumiéndolo para bien o para mal va a ser complicado dar inmediatamente con un libro que pueda despertar en mí el interés y las ganas de no dejar de leer que ha despertado esta novela. Pero hay que seguir leyendo porque, así como he descubierto esta joya inmensa, estoy seguro que habrá decenas de joyas por descubrir.

Caronte.

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