martes, 2 de junio de 2020

Academia de artes marcianas

Cuando cualquier escritor se enfrenta al papel en blanco para intentar contar una historia que desde siempre haya estado anclada en su cabeza, debe tener muy claro qué quiere contar y cómo hacerlo. Superar los primeros momentos de indefinición, de incertidumbre, de miedo, de hojas en blanco por rellenar, no es algo sencillo y no siempre se consigue. Gonzalo Senestrari, al autor de esta novela, aunque no es nadie recién llegado al mundo literario, ha comenzado con este libro una saga: proyecto literario que si nos fijamos en la historia de la literatura muchos otros grandes autores han confrontado e intentado, no siempre saliendo vencedores.

Con “Academia de artes marcianas”, un título que por sí solo ya es bastante atrayente por sí mismo, Senestrari plantea a los lectores un juego de preguntas y postulados filosóficos entrelazados con la historia del joven Wilco que hará de la lectura de la novela no un simple hecho de divertimento dirigido a pasar unos muy buenos ratos leyendo, sino también a participar de esas preguntas y postulados haciéndonos pensar y dejándonos reflexionando cada vez que decidamos cerrar el libro para continuar nuestra vida fuera de las páginas de la novela.

Si una novela no produce ningún cambio en el lector una vez leída no merece la pena. Si un libro no plantea preguntas al lector, ya sea directa o indirectamente, con la trama principal o las adyacentes, no merece la pena ser leída. “Academia de artes marcianas” cuenta con temas universales que miles de escritores antes que Senestrari han tocado en sus obras, porque en el fondo, como yo siempre digo, el único trabajo de un escritor es vivir y la vida de toda la humanidad al final se mueve por principios básicos comunes a todas las sociedades.

Basándose en un mundo real, el mundo en que vivimos, el autor de “Academia de artes marcianas” recrea una sociedad que al mismo tiempo nos parece cercana y distante. Esa es y debe ser siempre la magia de la literatura, partir de un mundo conocido para, con las suficientes herramientas y muchas dosis de imaginación (siempre sin pasarse ni resultar grotesco o infantil), mostrarnos un mundo diferente, quizá posible si en vez haber tomado los caminos que la humanidad ha ido tomando a lo largo de la historia, hubiera tomado otros muchos diferentes.

Academia de artes marcianas” no se hace pesada de leer en ningún momento. La gran variedad de personajes, cada uno con sus manías, formas de expresarse, características y peculiaridades, hacen que la novela vaya avanzando tomando diversos y variados puntos de vista que complementan la trama principal dándola brillo y sobre todo ritmo. Una novela sin ritmo, por muy buena trama y mejor argumento que puedan tener, termina siendo un aburrimiento y se arriesga a que el lector desconecte. Senestrari logra mantener al lector en todo momento dentro de la novela, sumergido en sus páginas y deseando saber más y más, pasando las páginas con avidez.

Más que nunca en esta época en la que nuestras casas, o nuestros cuartos, se han convertido en casi los únicos horizontes que podemos explorar, encontrar una novela fresca en cuanto a su argumento y trama y ágil en cuanto su ritmo, es un placer. “Academia de artes marcianas” se disfruta de principio a fin y deja con las ganas de seguir leyendo más, queriendo seguir esa anunciada saga que esta novela inicia.

 Caronte.


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