Esta era sin duda
una de las películas más esperadas del año. Mucho se había hablado de “Exodus”, la película con las que
Ridley Scott volvería a deslumbrar a los espectadores y amantes del séptimo
arte, y en la que rescribiría la historia de Moisés y el pueblo judío. Sin embargo
que de una película se hable mucho y durante mucho tiempo, y que se espere como
agua de mayo no implica nada más que expectación. Y en ese caso era normal la
espectación, teniendo en cuenta que es Ridley Scott quien firma la nueva
revisión de la mítica historia de Moisés y la liberación del pueblo judío de
las garras del faraón egipcio, el autor de películas tan famosas y reconocidas
como “Blade Runner” o “Alien”; y el protagonista es
Christian Bale, el mejor Batman de todos los tiempos.
Pero expectación
no es sinónimo de éxito. Muy ardua tenía la tarea Scott para igualar la épica
película de 1956 “Los Diez
Mandamientos” del gran director Cecil B. DeMille, protagonizada por Charlton
Heston y Yul Brynner, y de la que todos hemos oído hablar, o incluso visto (mi
madre cada vez que la echan en la ultracatólica TeleMadrid se pasa toda la
tarde viéndola, con sus casi cuatro horas de metraje). A pesar de la maestría
demostrada con hecho de Scott parece que esta vez la montaña que tenía que
escalar le ha vencido. Reconozco que no lo tenía fácil, pero sinceramente me
esperaba mucho más de “Exodus”,
y no es simplemente mi opinión porque fui al cine con un amigo que también tenía
muchas ganas de ver la película, tanto por Ridley Scott como por Christian
Bale, que salió con las misma sensaciones que yo.
Y me decepcionó
por varias razones, entre ellas la omisión de algunas escenas míticas de la
versión original de la película que todos tenemos grabadas en la retina por
haberlas visto alguna vez y que no entiendo muy bien las razones (si es que las
hay) para que no hayan sido incluidas en esta nueva versión. Por otro lado la película sí que es efectista, en el
sentido de que tiene las elevadas dosis de súper efectos especiales que
caracterizan últimamente a las mega-producciones de Hollywood. Pero ahí se
acaba lo interesante, si es que dichos efectos especiales son interesantes per se, que tengo mis dudas, ya que en
algunas ocasiones no se sabe si lo que se ve en la pantalla es un escenario
natural o una recreación por ordenador (yo todo esto que se supone que la
película ha sido rodada en España en espacios naturales envidiables e
inigualables a lo largo y ancho del mundo).
En cuanto a la historia
“Exodus” sigue las líneas
maestras argumentales de la versión original de 1956 y los principales hechos
de aquella cinta se narran en esta de manera similar, aunque con los
suficientes cambios como para hacer atractiva en el siglo XXI una película de
hace casi sesenta años incluyendo elementos que entonces no hubieran salido por
haber sido considerados inadecuados. Sin embargo como he dicho antes hay varios
elementos que me faltan y no entiendo los motivos para esa ausencia. En primer
lugar siempre que se recuerda “Los
Diez Mandamientos” nos viene a la mente la imagen de Moisés acompañado
siempre por su inseparable callado. Pues bien ahora ya no es así. En ningún
momento en la película, al menos en momentos cruciales, Moisés aparece con su
callado, sino con una espada algo simbólica que al principio de la película el
Faraón le entrega así como a Ramsés. Pero esto no es lo más sangrante a mi modo
de ver, sino que lo es el hecho de que la escena de las serpientes, cuando
Moisés demuestra el poder de su Dios haciendo que su callado se convierta en un
ejemplar de dicha especia y devora a otras dos varas transformadas por los
hechiceros del Faraón. Sinceramente señor Ridley Scott, no entiendo que se
suprimiera esta escena.
Otra cosa que no
me ha gustado nada de la película es que representen a Dios en forma humana a
través de un niño que solo ve Moisés, y que tiene pinta de desharrapado o de
haber sido abandonado por sus padres a su suerte y vaga de pueblo en pueblo
viviendo de la misericordia de la gente. Dios no tiene forma, a qué viene
representarle físicamente, con lo bien que hubiera quedado una voz en off
potente de esas que Hollywood sabe incluir en escenas sin sentido de muchas
películas. Aquí también me gustaría señalar que otra de mis decepciones fue la
imagen de la zarza ardiente que revela a Moisés su destino como enviado y
profeta de Dios, y es que creo que la de los “Los Diez Mandamientos” es mil veces mejor y más lograda a
pesar de los casi sesenta años que tiene. Pero para decepción grande la que me
llevé, así como mi amigo que me acompañó a ver la película, en la escena de la separación
de la aguas del Mar Rojo. Esta sí que ha sido una decepción y no la eliminación
de España del Mundial de Brasil. ¿Cómo se puede, señor Scott, reproducir una de
las escenas más espectaculares y épicas de la historia del cine de manera tan
mala? En una película que se supone una superproducción de Hollywood con un
presupuesto de 140 millones de dólares no puede haber una escena tan paupérrima
como esta de la separación de las aguas que ha hecho Ridley Scott en “Exodus”. Porque es que realmente
no hay separación de las aguas propiamente dicha. El hecho es que llegan los
judíos al borde del Mar Rojo perseguidos por los egipcios y se ven incapaces de
poder cruzar. En ese momento Moisés se ve sin solución, sin respuesta, y
desesperado lana la espada que le regaló el Faraón al mar. En ese momento yo me
esperaba una separación de aguas digna de una película que tanta expectación
había levantado. Pero no ocurrió nada. Fue a la mañana siguiente cuando se dio
cuenta Moisés de que las aguas estaban retrocediendo, como si bajara la marea. Lo
dicho un chapuza monumental.
Eso sí, si a la
hora de separar las aguas Scott hace una de las mayores pifias de la historia
del cine, cuando deben volver a su sitio, sí que sale a relucir su alma de
director de gran superproducción hollywoodiense y la escena merece todos mis
aplausos. Pero quizá sean los únicos que reciba. En el tema plagas de Egipto he
de decir que me dejaron un sabor agridulce, por un lado me parece que estaban
bien tratadas y se nota que se ha gastado buena parte del presupuesto de
efectos especiales en ellas, pero por otro lado me falta verosimilitud a las
mismas, porque que yo recuerde en “Los
Diez Mandamientos” cada una de las plagas iba anunciada por Moisés, sin
embargo en “Exodus” no es así
y mientras Egipcio sufre todas las desdichas posibles Moisés está organizando
una especie de Podemos a lo hebreo.
En el ámbito de
las interpretaciones hay de todo. Creo que Christian Bale no hace del todo un
mal papel, aunque está lejos de hacer el mejor de su vida y creo que él mismo
lo sabe porque en muchas escenas no se le ve nada convincente. Supongo que debe
ser algo duro pasar de interpretar al mejor Batman de la historia, papel que,
aunque pueda parecer una frivolidad lo que voy a decir, hubiera merecido a mi entender
un Oscar de Hollywood, a intentar emular a Charlton Heston. Sin embargo quien
le da la réplica y tiene que hacer el papel de Ramsés, Joel Edgerton
(actor que no conocía), no le llega ni a la suela de los zapatos a Yul Brynner,
es más creo que es una de las peores interpretaciones que he visto en mi vida. Con
perdón a quien se pueda sentir ofendido por lo siguiente, a mí me ha dado la sensación
de que el personaje de Ramsés era un poco tonto, sin muchas luces quiero decir,
y creo que no debería haber sido así.
Dejando a un lado
aquello que no me ha gustado de la película y aquello que me ha decepcionado
profundamente, paso a detallar algún detalle digno de mención para el
aficionado al cine español. Resulta que muchos de los escenarios naturales de
la película, aquellos que no están recreados por ordenador, han sido filmados
entre Almería y Fuerteventura. No es de extrañar ya que Ridley Scott no es la
primera vez que se fija en España para rodar alguna película, ya pasó con “El Reino de los Cielos” en el
castillo de Loarre, y no me sorprende ya que España tiene de los mejores
paisajes naturales del planeta. Sin embargo en la película no se hace merecida
justicia de dichos paisajes, quedan muchas veces desdibujados por los efectos
especiales encaminados a ampliar la grandeza de los mismo. Otras dos notas
españolas de la película son la actriz María Valverde que interpreta a la mujer
de Moisés, y Alberto Iglesias que ha sido encargado de poner música a la película.
Quiero resalta este último toque español porque creo que la música de la
película está bastante bien, y cumple con le épica que se le debe exigir a la
banda sonora de una película de estas características.
Pero esto es quizá
lo único decente y aceptable de la película, por decir algo buena vaya. Porque si
tuviera que ser realmente franco diría que la película no me ha gustado nada. Ha
sido una decepción monumental. Me esperaba mucho más tanto del director, como
de los actores, como de la propia historia que falla en momentos clave que
todos recordamos cuando nos hablan de Moisés. Quizá para la próxima peli de Scott,
éste recupere se magnífico pulso narrativo, porque en esta desde luego que no
lo ha conseguido.
Caronte.
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