domingo, 7 de diciembre de 2014

Cinco y acción: "Exodus"

Esta era sin duda una de las películas más esperadas del año. Mucho se había hablado de “Exodus”, la película con las que Ridley Scott volvería a deslumbrar a los espectadores y amantes del séptimo arte, y en la que rescribiría la historia de Moisés y el pueblo judío. Sin embargo que de una película se hable mucho y durante mucho tiempo, y que se espere como agua de mayo no implica nada más que expectación. Y en ese caso era normal la espectación, teniendo en cuenta que es Ridley Scott quien firma la nueva revisión de la mítica historia de Moisés y la liberación del pueblo judío de las garras del faraón egipcio, el autor de películas tan famosas y reconocidas como “Blade Runner” o “Alien”; y el protagonista es Christian Bale, el mejor Batman de todos los tiempos.

Pero expectación no es sinónimo de éxito. Muy ardua tenía la tarea Scott para igualar la épica película de 1956 “Los Diez Mandamientos” del gran director Cecil B. DeMille, protagonizada por Charlton Heston y Yul Brynner, y de la que todos hemos oído hablar, o incluso visto (mi madre cada vez que la echan en la ultracatólica TeleMadrid se pasa toda la tarde viéndola, con sus casi cuatro horas de metraje). A pesar de la maestría demostrada con hecho de Scott parece que esta vez la montaña que tenía que escalar le ha vencido. Reconozco que no lo tenía fácil, pero sinceramente me esperaba mucho más de “Exodus”, y no es simplemente mi opinión porque fui al cine con un amigo que también tenía muchas ganas de ver la película, tanto por Ridley Scott como por Christian Bale, que salió con las misma sensaciones que yo.

Y me decepcionó por varias razones, entre ellas la omisión de algunas escenas míticas de la versión original de la película que todos tenemos grabadas en la retina por haberlas visto alguna vez y que no entiendo muy bien las razones (si es que las hay) para que no hayan sido incluidas en esta nueva versión. Por otro lado  la película sí que es efectista, en el sentido de que tiene las elevadas dosis de súper efectos especiales que caracterizan últimamente a las mega-producciones de Hollywood. Pero ahí se acaba lo interesante, si es que dichos efectos especiales son interesantes per se, que tengo mis dudas, ya que en algunas ocasiones no se sabe si lo que se ve en la pantalla es un escenario natural o una recreación por ordenador (yo todo esto que se supone que la película ha sido rodada en España en espacios naturales envidiables e inigualables a lo largo y ancho del mundo).

En cuanto a la historia “Exodus” sigue las líneas maestras argumentales de la versión original de 1956 y los principales hechos de aquella cinta se narran en esta de manera similar, aunque con los suficientes cambios como para hacer atractiva en el siglo XXI una película de hace casi sesenta años incluyendo elementos que entonces no hubieran salido por haber sido considerados inadecuados. Sin embargo como he dicho antes hay varios elementos que me faltan y no entiendo los motivos para esa ausencia. En primer lugar siempre que se recuerda “Los Diez Mandamientos” nos viene a la mente la imagen de Moisés acompañado siempre por su inseparable callado. Pues bien ahora ya no es así. En ningún momento en la película, al menos en momentos cruciales, Moisés aparece con su callado, sino con una espada algo simbólica que al principio de la película el Faraón le entrega así como a Ramsés. Pero esto no es lo más sangrante a mi modo de ver, sino que lo es el hecho de que la escena de las serpientes, cuando Moisés demuestra el poder de su Dios haciendo que su callado se convierta en un ejemplar de dicha especia y devora a otras dos varas transformadas por los hechiceros del Faraón. Sinceramente señor Ridley Scott, no entiendo que se suprimiera esta escena.

Otra cosa que no me ha gustado nada de la película es que representen a Dios en forma humana a través de un niño que solo ve Moisés, y que tiene pinta de desharrapado o de haber sido abandonado por sus padres a su suerte y vaga de pueblo en pueblo viviendo de la misericordia de la gente. Dios no tiene forma, a qué viene representarle físicamente, con lo bien que hubiera quedado una voz en off potente de esas que Hollywood sabe incluir en escenas sin sentido de muchas películas. Aquí también me gustaría señalar que otra de mis decepciones fue la imagen de la zarza ardiente que revela a Moisés su destino como enviado y profeta de Dios, y es que creo que la de los “Los Diez Mandamientos” es mil veces mejor y más lograda a pesar de los casi sesenta años que tiene. Pero para decepción grande la que me llevé, así como mi amigo que me acompañó a ver la película, en la escena de la separación de la aguas del Mar Rojo. Esta sí que ha sido una decepción y no la eliminación de España del Mundial de Brasil. ¿Cómo se puede, señor Scott, reproducir una de las escenas más espectaculares y épicas de la historia del cine de manera tan mala? En una película que se supone una superproducción de Hollywood con un presupuesto de 140 millones de dólares no puede haber una escena tan paupérrima como esta de la separación de las aguas que ha hecho Ridley Scott en “Exodus”. Porque es que realmente no hay separación de las aguas propiamente dicha. El hecho es que llegan los judíos al borde del Mar Rojo perseguidos por los egipcios y se ven incapaces de poder cruzar. En ese momento Moisés se ve sin solución, sin respuesta, y desesperado lana la espada que le regaló el Faraón al mar. En ese momento yo me esperaba una separación de aguas digna de una película que tanta expectación había levantado. Pero no ocurrió nada. Fue a la mañana siguiente cuando se dio cuenta Moisés de que las aguas estaban retrocediendo, como si bajara la marea. Lo dicho un chapuza monumental.

Eso sí, si a la hora de separar las aguas Scott hace una de las mayores pifias de la historia del cine, cuando deben volver a su sitio, sí que sale a relucir su alma de director de gran superproducción hollywoodiense y la escena merece todos mis aplausos. Pero quizá sean los únicos que reciba. En el tema plagas de Egipto he de decir que me dejaron un sabor agridulce, por un lado me parece que estaban bien tratadas y se nota que se ha gastado buena parte del presupuesto de efectos especiales en ellas, pero por otro lado me falta verosimilitud a las mismas, porque que yo recuerde en “Los Diez Mandamientos” cada una de las plagas iba anunciada por Moisés, sin embargo en “Exodus” no es así y mientras Egipcio sufre todas las desdichas posibles Moisés está organizando una especie de Podemos a lo hebreo.

En el ámbito de las interpretaciones hay de todo. Creo que Christian Bale no hace del todo un mal papel, aunque está lejos de hacer el mejor de su vida y creo que él mismo lo sabe porque en muchas escenas no se le ve nada convincente. Supongo que debe ser algo duro pasar de interpretar al mejor Batman de la historia, papel que, aunque pueda parecer una frivolidad lo que voy a decir, hubiera merecido a mi entender un Oscar de Hollywood, a intentar emular a Charlton Heston. Sin embargo quien le da la réplica y tiene que hacer el papel de Ramsés, Joel Edgerton (actor que no conocía), no le llega ni a la suela de los zapatos a Yul Brynner, es más creo que es una de las peores interpretaciones que he visto en mi vida. Con perdón a quien se pueda sentir ofendido por lo siguiente, a mí me ha dado la sensación de que el personaje de Ramsés era un poco tonto, sin muchas luces quiero decir, y creo que no debería haber sido así.

Dejando a un lado aquello que no me ha gustado de la película y aquello que me ha decepcionado profundamente, paso a detallar algún detalle digno de mención para el aficionado al cine español. Resulta que muchos de los escenarios naturales de la película, aquellos que no están recreados por ordenador, han sido filmados entre Almería y Fuerteventura. No es de extrañar ya que Ridley Scott no es la primera vez que se fija en España para rodar alguna película, ya pasó con “El Reino de los Cielos” en el castillo de Loarre, y no me sorprende ya que España tiene de los mejores paisajes naturales del planeta. Sin embargo en la película no se hace merecida justicia de dichos paisajes, quedan muchas veces desdibujados por los efectos especiales encaminados a ampliar la grandeza de los mismo. Otras dos notas españolas de la película son la actriz María Valverde que interpreta a la mujer de Moisés, y Alberto Iglesias que ha sido encargado de poner música a la película. Quiero resalta este último toque español porque creo que la música de la película está bastante bien, y cumple con le épica que se le debe exigir a la banda sonora de una película de estas características.

Pero esto es quizá lo único decente y aceptable de la película, por decir algo buena vaya. Porque si tuviera que ser realmente franco diría que la película no me ha gustado nada. Ha sido una decepción monumental. Me esperaba mucho más tanto del director, como de los actores, como de la propia historia que falla en momentos clave que todos recordamos cuando nos hablan de Moisés. Quizá para la próxima peli de Scott, éste recupere se magnífico pulso narrativo, porque en esta desde luego que no lo ha conseguido.

Caronte.

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