martes, 14 de julio de 2015

Cinco y acción: "Los Minions"

No recuerdo un caso parecido a este en el que los personajes secundarios que dan el toque más cómico e irreverente a una película de animación ya de por sí entretenida, debido al rotundo y contundente éxito y popularidad, hayan sido merecedores de una película propia. Un caso de estudio verdaderamente, que seguro que en las academias de ciencias cinematográficas ya se analiza para poder determinar cuáles son las razones que el público ve para encumbrar a una serie de personajes hasta el Olimpo del cine. También es cierto que no es de extrañar que los protagonistas de esta última película que he ido al cine a ver tuvieran el éxito que en su día alcanzaron y que les permita a día de hoy haber traspasado el mundo del cine para encontrarse en miles de productos de merchandising por medio mundo. Por ponerse un poco cómico, podría decirse que los aprendices de héroes de película han superado al maestro y héroe de la película en la que aparecieron por primera vez. Pero vuelvo a decir no me extraña este éxito ya que estos personajillos conmueven hasta al más insensible y generan gracia en todas las generaciones.

La película de “Los Minions”, de la productora Universal no es ni más ni menos que una especie de precuela de las dos películas de “Gru. Mi villano favorito”, pero en la que curiosamente no aparece Gru, ¿o sí?, sino los minions, que son esos seres amorfos, por definirlos de alguna manera, de color amarillo que visten peto vaquero y que ayudan a Gru en sus planes para hacer el mal en todo el mundo. En realidad en las dos película de Gru, los minions no eran más que personajes secundarios, más en la primera que en la segunda, pero tuvieron tantísimo éxito y repercusión que prácticamente ellos solos son las estrellas de las tres películas. Y no es para menos, su irreverencia, su ternura, su torpeza, su idioma inventado por uno de los creadores de la película y que mezcla palabras y vocablos de muchos idiomas, incluido el español, el francés y por supuesto el inglés, sus pequeñas manos, sus enormes ojos, su pasión por las bananas, todo hace que una vez te has reído con ellos sea prácticamente imposible olvidarlos.

Ya en la segunda película de Gru los productores y directores de la película dieron mucha más importancia y peso a los minions en el argumento y la trama de la historia. Y pese al éxito que tuvo también la segunda entrega de las aventuras de Gru, cuando me enteré de que iban a hacer una película que trataría únicamente de los minios fui algo escéptico porque pensaba que no iban a dar para tanto, que eran meros personajes, graciosos y a los que se les coge cariño y todo lo que se quiera, secundarios al fin y al cabo. Pero la película de los “Los Minions” ha demostrado que sí se podía sacar toda una historia de estos seres pequeños y amarillos, algo justa quizá, y forzada también pero una historia con principio, nudo y desenlace al fin y al cabo que es lo que se necesita en cualquier película que se precie.

Los Minions” cuenta la historia de estos pequeños seres desde que surgió el mundo, ya que como se deja claro desde el principio llevan en la tierra más años que cualquier otra especie. Es muy bueno el inicio que tiene la película, inicio en el que se muestran también algunos títulos de crédito, y en el que se muestra de fondo el origen de la vida, animal y de los minions, desde las células hasta que el primer ser sale del agua y pisa tierra. Como todo el mundo debe saber ya, y si no que lo busque en los libros de historia y ciencia de la vida, los minions son seres que nacieron para servir a alguien malvado siempre. En concreto a la criatura más malvada que hubiera en la tierra. Con ese propósito siempre han intentado servir al amo más malo para ayudarle a hacer el mal. Sin embargo no es que tuvieran mucha suerte en su búsqueda. Cada vez que daban con algún malvado, desde un dinosaurio hasta Napoleón, pasando por un oso polar, alguna desgracia sucedía y perdían a ese amo. Hasta que terminaron por tirar la toalla y dejaron de buscar. Pero cayeron en una depresión, tras la cual uno de los minions, Kevin decide poner solución a la situación y buscar un nuevo amo malvado. Para cumplir su misión pide dos voluntarios, Bob y Stuart, y con ellos marcha para en busca de un nuevo villano.

Con esta triada de minions el espectador acabará en una convención de villanos en Orlando, EE.UU., donde estos personajillos tendrán constancia de la mayor villana de todos los tiempos: Scarlett. A partir de este punto hay que decir que la historia parece decaer un poco, se hace lenta y algo pesada, sin chista ni gracia, con vagos intentos por crear gags para hacer reír pero que no lo consiguen. Sin embargo la película de “Los Minions” repunta de nuevo cuando la acción se traslada a Londres donde por encargo de Scarlett los tres minions deberán robar la Corona Imperia británica. En este punto la película entra en modo locura, y se suceden los momentos irreverentes, graciosos, tiernos y hasta estrambóticos con la entrada en escena de la propia Reina Isablel II. Las risas son casi constantes porque son los minions los verdaderos protagonistas de la acción, con su gracia innata y su idioma tan absurdo como perfectamente entendible. Quieto puntualizar algo sobre el final sin desvelar nada, y es que hay un momento al final de la película en la que me quedé casi sin respiración por el ataque de risa que sufrí durante casi dos minutos de película, que obviamente me perdí, pero durante los cuales hasta terminé llorando; el momento claro está, está protagonizado por uno de los minions, Stuart concretamente, que es probablemente el más gracioso de todos.

A pesar de que “Los Minions” pueda parecer una película para críos, la verdad es que en el cine había de todo. La mayoría eran familias con niños pequeños, algún cumpleaños también en el que los padres acompañaban a su hijo con todos sus amigos al cine, pero también había familias con niños, mejor dicho adolescentes, y parejas, y por supuesto yo que iba solo como es ya casi habitual, aunque si un amigo no hubiera estado camino de Japón muy probablemente me hubiera acompañado. La película en términos generales está bien. La historia es entretenida, bien construida, bien argumentada y muy bien hilada, lo que hace ganar enteros a una película que como ya dije al principio me parecía excesiva para ser protagonizada por los personajes secundarios de otra película. Me gustaría resaltar por encima de otra cosa la banda sonora de la película, sobre todo las canciones que acompañan las aventuras de los minions en varias ocasiones, que son excepcionales; pero no podía ser de otra forma cuando la historia principal se desarrolla en el Londres de 1968, plena época hippie y de gran esplendor para la música.

Para acabar, simplemente quiero añadir que la película de “Los Minions” cumple con su misión de entretener y divertir. Quien vaya a verla pasará una hora y media sin preocuparse de nada, viendo una película con algún que otro momento de risa hilarante, aunque también es cierto que al menos para mi gusto, menos de los que me hubiera gustado y de los que me imaginaba. De todas maneras para pasar un buen rato en familia, con amigos, con tu pareja, o simplemente para ocupar unas horas en las que de otra manera uno estaría rascándose la barriga esta película es una muy buena opción.

Caronte.

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