Lo mejor que uno
puede hacer, o quizá lo peor según el punto de vista, en verano es leer un buen
libro. Con todo el tiempo libre que se tiene en vacaciones y teniendo en cuenta
que al final las posibilidades de ocio son siempre las mismas, y que casi nadie
se puede permitir estar durante todo el periodo de vacaciones en la playa, en
la montaña o viajando, uno lo mejor que puede hacer es leer, y si el libro que
leer es de Javier Reverte, aunque durante sus vacaciones no vaya a viajar físicamente,
su mente sí lo hará. Un libro de viajes, bien escrito, es como una ventana de
un hotel, de un tren, de un coche de alquiler o de un autocar, incluso es
posible que pueda ser la grupa de un elefante o la joroba de un camello. Mejor
aún es conseguir uno de los libros de viajes de Javier Reverte y disfrutarlo
con todos los sentidos, y digo todos porque en sus libros dedicados a sus
periplos por el mundo el lector experimentará no sólo el placer por la lectura
sino también sensaciones que van mucho más allá de la mera vista, y que
alcanzarán al oído, al olfato, al gusto y puede que también al tacto.
En esta ocasión
voy a hablar de “Canta Irlanda”
que como su propio nombre indica narra las aventuras que su autor, Javier
Reverte, vivió en su viaje por las rojas montañas de Bután. Obviamente me estoy
quedando con todos. Nada más lejos de la realidad, este libro que compré en la
pasada Feria del Libro y que tuve la suerte, y el inmenso privilegio, de que me
lo firmara el propio autor, con el que conversé unos minutos mientras estampaba
su firma y dedicatoria no sólo en este ejemplar sino en otros dos libros que le
llevé por el mismo motivo; como digo este libro narra el viaje que el autor
realizó por la bella isla esmeralda durante el año 2004, aunque el libro se
escribiera entre los años 2011 y 2012 en otra estancia del escritor en la verde
isla. Cuando al principio del libro Reverte explica por qué no escribió el
libro al realizar el viaje que quería narrar, me quedé sorprendido de la
naturalidad con la que explicaba que no lo había hecho entonces porque no se
sentía con la suficiente inspiración para ello. Pero los años de maduración del
viaje han servido y con esta obra Reverte nos brinda un brillante y hermoso
retrato de este pequeño país que aunque inabarcable por historia y cultura, sí
se puede conocer en unas semanas.
En “Canta Irlanda” Javier Reverte nos
muestra una Irlanda desconocida para el gran público, que va más allá de la
cerveza, la hierba verde, los acantilados de la costa oeste, la calzada de los
gigantes y los mitos gaélicos. Este libro profundiza en las raíces del pueblo
irlandés, en su historia, en su pasado, en sus tradiciones, en sus gentes y en
el carácter de las mismas. Con Reverte además de visitar pueblos perdidos en
mitad de vastas praderas verde esmeralda, de escuchar el corres de los ríos de
aguas cristalinas y gélidas, de mojarnos bajo la sempiterna lluvia norteña y de
ver atardeceres en puertos destartalados; también conoceremos un poco más de la
cultura irlandesa y de la forma de ser del pueblo irlandés: pueblo que durante casi
toda su historia ha estado bajo el yugo del dominador británico que le impuso
su religión protestante condenando al ostracismo y a ser ciudadanos de segunda
a aquello que seguían fieles a Roma.
Como digo este
libro va más allá de un simple libro de viajes. “Canta Irlanda” es también un repaso melancólico a una tierra
que tantos y tan brillantes escritores ha dado a la literatura universal, desde
Jonathan Switf, hasta Seamus Heany, pasando por James Joyce, Patrick Kavanagh,
William Butler Yeats, Samuel Beckett o George Bernard Shaw. Nunca un país tan
pequeño ha dado tantísimos premios Nobel de Literatura, hasta cuatro, y tantos
nombres propios a la historia de las letras universales. Gracias a la pluma de
Reverte el lector conocerá qué fue de estos escritores, dónde crecieron y se
hicieron escritores, sus periodos de éxito, sus periodos de dudas, sus
infancias no siempre fáciles. Pero no sólo esto; además en el libro se incluyen
pasajes de algunas de las novelas y poemas de todos estos escritores y poetas.
Mención especial y casi aparte merece James Joyce y sobre todo su enorme y
mundialmente conocido, que no leído, “Ulises”.
Esta magna obra de la literatura universal siempre está presente no sólo en las
páginas de este libro, sino también en la mente de Reverte y en el propio
espíritu de Irlanda, en cuya capital, Dublín, todos los años se dedica un día
al año a representar públicamente en todos los rincones de la ciudad diferentes
pasajes de este libro de Joyce; acompañados de Reverte los lectores también
podrán visitar dichos lugares y sentir lo que se siente en ese día en el que la
literatura toma la calle, el Bloomsday.
Además del paseo
natural por la melancolía innata de Irlanda y sus paisajes desolados, casi
inhumanos, llenos de pasado e historia; además del recuerdo de sus más célebres
escritores y poetas que han hecho de esta tierra una especie de Meca de los
amantes de las letras; “Canta Irlanda”
es también un viaje a la historia de este pequeño país. Javier Reverte vuelve a
tirar de maestría, como suele hacer en todos sus libros de viajes, para
mostrarnos con mucha simpleza y de manera muy ligera, aunque por ello no menos
rigurosa, los avatares históricos a los que Irlanda ha tenido que hacer frente
en toda su historia. La de Irlanda es una historia de lucha continua por
mantener su propia identidad, por sentirse libres y dueños de su propio destino.
Durante siglos Irlanda estuvo dominada por los ingleses que sometieron a los
habitantes de la isla a una presión constante por considerarlos seres de
segunda. Nunca fueron consideraros iguales a los ingleses, siempre fueron
señalados por ser cristianos y privados de los mismos derechos a los que los
protestantes sí tenían acceso. Reverte hace un repaso a toda la historia de
Irlanda a través de sus momentos más tensos como la invasión inglesa, la Peste
de la Patata, el alzamiento de Pascua, el Domingo Sangriento y los más
recientes acontecimientos ligados al terror del Ulster y del IRA. Es quizá esta
última parte la más emocionante desde el punto de vista histórico ya que Javier
Reverte estuvo en los años 70 en Irlanda del Norte cubriendo como periodista
algunos momentos de tensión entre el IRA y el ejército inglés.
Pero por encima de
repasos a los acontecimientos más reseñables de la historia de Irlanda, o a las
vidas de los más famosos novelistas y poetas de la isla esmeralda, “Canta Irlanda” es una oda a ese
país de hombres y mujeres trabajadoras, sufridoras y amantes de la vida
tranquila. Tras leer el libro se me han quedado en el cuerpo una ganas enormes
de visitar esta tierra, de visitar Éire, de ir tras los pasos de la historia,
las leyendas y los mitos gaélicos, de visitar los numerosos pubs que se
multiplican por doquier en cualquier población, por pequeña que sea, y en los
que siempre habrá parroquianos, muchos borrachos, que se te acercarán e
intentarán conversar un poco contigo aunque no te conozcan. Irlanda ya era uno
de los países que más ganas tenía de visitar, pero ahora tras esta lectura creo
que no tardaré mucho tiempo en seguir los pasos de Javier Reverte y me lanzaré
a la aventura de viajar por estas tierras verdes y me dejaré llevar por la
melancolía alegre de las gentes y el propio ambiente irlandés. Los amantes de
los viajes, los amantes de la literatura que llena y llega a lo más profundo
del espíritu tienen una cita no sólo con este libro sino muy probablemente
también con Irlanda, con la Isla Esmeralda, con Éire, así como su historia y
sus escritores.
Caronte.
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