
“Remando como un solo hombre” es
el título más que ambicioso que el traductor y la editorial que lo han
publicado en español le han dado a un libro que en realidad en su versión
original en inglés se llamó “The Boys
in the Boat”. No sé cuál de los dos títulos merece mayor consideración.
Si el título original en inglés muestra sencillez y humildad, lo mismo que los
protagonistas de la historia que se narra en sus páginas, el título en español
sin embargo es mucho más onírico y expresa, desde mi punto de vista, mucha más
fuerza además de atraer más la atención de los posibles lectores que al leer
dicho título sin duda esperarán encontrar una historia épica de superación,
lágrimas, esfuerzo, dolor y pérdidas por conseguir un sueño. Por una vez aunque
el título traducido de este libro no coincide con el original, ni se parece lo
más mínimo, creo que es de lo más acertado y correcto. He de decir también
antes de entrar en materia crítica que este libro se publicó originalmente en
2013 pero no ha sido hasta el pasado otoño cuando salió en español, publicado
por una editorial no muy conocida: Nordica Libros.
Vamos por fin al
asunto. “Remando como un solo hombre”
narra la historia del equipo olímpico de remo de los EE.UU. que compitió en los
JJ.OO. de Berlín de 1936 y que consiguió el oro olímpico en las propias narices
de Hitler, Goebbels y Goering, dejando al bote alemán con la medalla de bronce.
Daniel James Brown, el autor del libro, es un conocido escritor americano de
libros de no ficción, además de profesor universitario. Esto hace que el libro
sea un compendio magistral de investigación casi periodística y de
profundización en archivos universitarios, periodísticos y deportivos. El hilo
conductor de todo el libro y de la propia historia es la vida de uno de los
jóvenes que formaron parte de dicho equipo olímpico, Joe Rantz. De hecho es a
partir de los testimonios que Brown consiguió de primera mano de Joe Rantz
antes de que falleciera de donde sale el libro propiamente dicho, de ahí y de
una de las hijas de Rantz a través de quien el autor del libro consigue
entrevistarse con los familiares y conocidos del resto de protagonistas de esta
épica historia.
El libro narra el
origen del equipo olímpico de remo a ocho con timonel, que es la modalidad más
vistosa y prestigiosa de este deporte. “Remando
como un solo hombre” no es simplemente la narración de cómo se ganó la
medalla de oro en Berlín a la Alemania de Hitler. Es mucho más, ya que en este
libro se ve como fueron jóvenes humildes y sencillos, que lucharon desde que
fueron apenas unos adolescentes por ir a la universidad y ya dentro de ella por
conseguir ser alguien. El remo en EE.UU. desde finales del siglo XIX era un
deporte elitista, practicado sobre todo en las universidades más prestigiosas a
semejanza de lo que sucedía en sus homólogas inglesas. Desde la misma época se
celebraban prestigiosas regatas universitarias para dilucidar quienes tenían
los mejores equipos. El equipo olímpico americano que venció en Berlín venía de
la universidad de Washington en Seattle, pero lograr ser el equipo que
representaría a su país en las olimpiadas no fue un camino sencillo.
A través de la
vida de Joe Rantz y de sus orígenes humildes y nada fáciles en una familia en
la que la madre murió joven y el padre se volvió a casas con una mujer mucho
más joven que pronto echó a Joe de casa para que se buscara la vida porque no
le soportaba, “Remando como un solo
hombre” va poco a poco metiendo al lector en el ambiente del remo
universitario y del equipo que poco a poco se iba formando en la universidad de
Washington bajo la batuta y la sabiduría primero de Tom Bolles, entrenador del
equipo de primer aña de la universidad, y posteriormente de Al Ulbrikson, quien
fuera una leyenda del remo norteamericano. Es la vida de Joe Rantz la que hila
toda la historia y a través de la cual Brown va poco a poco enseñándonos y
mostrándonos al resto de protagonistas de la consecución de oro olímpico. A los
ya nombrados Ulbrikson y Rantz hay que unir al resto de los jóvenes estudiantes
que conformaron el equipo olímpico, a destacar el timonel Moch y el remero de
popa Hume; así como la figura de George Pocock, constructor del barco que hizo
grandes y eternos a estos chicos humildes de Seattle que consiguieron casi lo
imposible; no quiero olvidar tampoco, porque son importantes en la vida del
protagonista indirecto del libro, Joe Rantz, a su novia y posterior mujer para
toda la vida, Joyce que sirvió de apoyo emocional a un joven inseguro que hasta
que no se dio cuenta de que el remo es un equipo en el que no se puede ir por
libre en el bote si se quiere ser grande, no logró liberarse de una carga muy
pesada derivada de su juventud falta de cariño y llena de soledad.
“Remando como un solo hombre” es
un libro extenso, ampliamente documentado, con muchos datos históricos de
diferentes competiciones de remo en las que los chicos que al final se alzaron
con el oro olímpico compitieron. También hay muchas referencias personales
íntimas de los jóvenes, y muchos datos también de sus vidas privadas alejadas
de la universidad, sobre todo de Joe Rantz que todos los veranos debía trabajar
duro para conseguir el dinero que le permitiría un año más ir a la universidad
y seguir persiguiendo su sueño. Por esta razón, debido a tantos datos y el
querer contarlos de la mejor manera posible, el libro tiene muchos altibajos.
Si bien es cierto que en los momentos en los que se describen las regatas en
las que se va decidiendo quien va a ser el equipo que representará a los EE.UU.
en el 36 en Berlín, Brown transmite al lector toda la intensidad y la emoción
de un competición deportiva; también es cierto que hoy otros pasajes en los que
la narración (o quizá es la traducción al español que sinceramente creo que es
bastante mejorable) se hace tedioso por no decir casi intragable.
De todas maneras
es imposible no rendirse a la historia de “Remando
como un solo hombre”. Una historia de superación y agallas, dolor y
éxito, penurias y gloria, amor, constancia, amistad y sobre todo esfuerzo por
conseguir un objetivo, un sueño. Pero esto no tiene nada de sorprendente. Es un
motivo común de repetición esta épica humana. En la literatura, el cine, la
música y toda expresión artística americana siempre hay altas dosis de
heroísmo, aunque pueda que no haya para mucho más que una pequeña anécdota. Los
americanos son capaces de convertir en héroe al bombero que abrió una lata de
conservas a una señora de noventa años que quería tomarse unas sardinas en
aceite. En la edición del libro en español, la portada lleva un subtítulo que
reza “el equipo que humilló a Hitler”, más o menos. Nada más pretencioso. A
pesar de que la victoria en Berlín fue milagrosa si todo lo que se narra sobre
ella es verdad, no hubo tal humillación a Hitler. El equipo americano ganó el
oro a los italianos por algo más de medio segundo de diferencia; los alemanes
bajo la atenta mirada de Hitler acabaron terceros un segundo por detrás de los
americanos. Para mí, que me esperaba mucha
más intensidad en el final del libro, una humillación hubiera sido ganar
en Berlín sacando tres barcos a los alemanes.
No puedo decir sin
embargo que “Remando como un solo
hombre” me haya decepcionado. Lo que sí digo es que me esperaba algo
más. Quizá haya sido la traducción o simplemente que se ha pretendido envolver
en un aura celestial una hazaña que sin restarle méritos, es simplemente un
compendio de duro sacrificio y esfuerzo por conseguir unos ideales. Es justo también
decir que las páginas de esta novela están llenas de ejemplos de superación,
compañerismo y lucha, que deberían estar mucho más presentes en la sociedad,
sobre todo en las etapas más tempranas de la misma, en la adolescencia y
juventud. Las diferentes historias personales de los chicos que consiguieron el
oro en Berlín en remo a ocho con timonel son un verdadero ejemplo de tesón y
superación, y ante todo es lo que este libro transmite.
Caronte.
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