domingo, 3 de enero de 2016

Lectura crítica: "Remando como un solo hombre"

Empiezo el año en este blog hablando de un libro que me empecé el último fin de semana del pasado 2015 pero que he terminado ya en 2016. Me hubiera gustado no traspasar el año leyendo un libro, sino haber cerrado 2015 terminando un libro y haber empezado este nuevo año empezando uno nuevo. Pero suele pasar esto a menudo, en el fondo el cambio de año no es más que un simple convencionalismo social y en el fondo el año nuevo es diferente para cada persona si tomamos de referencia realmente la fecha que en el fondo nos hace ser más viejos y cambiar de año en nuestra vida, como en la fecha de nuestro cumpleaños. Pero dejo ya las vicisitudes trascendentales para hablar del libro, que no novela, que me ha acompañado durante los últimos días de 2015 y los primeros de 2016. He hecho la diferencia entre novela y libro porque de hecho estreno año en este blog hablando de un libro de no ficción.

Remando como un solo hombre” es el título más que ambicioso que el traductor y la editorial que lo han publicado en español le han dado a un libro que en realidad en su versión original en inglés se llamó “The Boys in the Boat”. No sé cuál de los dos títulos merece mayor consideración. Si el título original en inglés muestra sencillez y humildad, lo mismo que los protagonistas de la historia que se narra en sus páginas, el título en español sin embargo es mucho más onírico y expresa, desde mi punto de vista, mucha más fuerza además de atraer más la atención de los posibles lectores que al leer dicho título sin duda esperarán encontrar una historia épica de superación, lágrimas, esfuerzo, dolor y pérdidas por conseguir un sueño. Por una vez aunque el título traducido de este libro no coincide con el original, ni se parece lo más mínimo, creo que es de lo más acertado y correcto. He de decir también antes de entrar en materia crítica que este libro se publicó originalmente en 2013 pero no ha sido hasta el pasado otoño cuando salió en español, publicado por una editorial no muy conocida: Nordica Libros.

Vamos por fin al asunto. “Remando como un solo hombre” narra la historia del equipo olímpico de remo de los EE.UU. que compitió en los JJ.OO. de Berlín de 1936 y que consiguió el oro olímpico en las propias narices de Hitler, Goebbels y Goering, dejando al bote alemán con la medalla de bronce. Daniel James Brown, el autor del libro, es un conocido escritor americano de libros de no ficción, además de profesor universitario. Esto hace que el libro sea un compendio magistral de investigación casi periodística y de profundización en archivos universitarios, periodísticos y deportivos. El hilo conductor de todo el libro y de la propia historia es la vida de uno de los jóvenes que formaron parte de dicho equipo olímpico, Joe Rantz. De hecho es a partir de los testimonios que Brown consiguió de primera mano de Joe Rantz antes de que falleciera de donde sale el libro propiamente dicho, de ahí y de una de las hijas de Rantz a través de quien el autor del libro consigue entrevistarse con los familiares y conocidos del resto de protagonistas de esta épica historia.

El libro narra el origen del equipo olímpico de remo a ocho con timonel, que es la modalidad más vistosa y prestigiosa de este deporte. “Remando como un solo hombre” no es simplemente la narración de cómo se ganó la medalla de oro en Berlín a la Alemania de Hitler. Es mucho más, ya que en este libro se ve como fueron jóvenes humildes y sencillos, que lucharon desde que fueron apenas unos adolescentes por ir a la universidad y ya dentro de ella por conseguir ser alguien. El remo en EE.UU. desde finales del siglo XIX era un deporte elitista, practicado sobre todo en las universidades más prestigiosas a semejanza de lo que sucedía en sus homólogas inglesas. Desde la misma época se celebraban prestigiosas regatas universitarias para dilucidar quienes tenían los mejores equipos. El equipo olímpico americano que venció en Berlín venía de la universidad de Washington en Seattle, pero lograr ser el equipo que representaría a su país en las olimpiadas no fue un camino sencillo.

A través de la vida de Joe Rantz y de sus orígenes humildes y nada fáciles en una familia en la que la madre murió joven y el padre se volvió a casas con una mujer mucho más joven que pronto echó a Joe de casa para que se buscara la vida porque no le soportaba, “Remando como un solo hombre” va poco a poco metiendo al lector en el ambiente del remo universitario y del equipo que poco a poco se iba formando en la universidad de Washington bajo la batuta y la sabiduría primero de Tom Bolles, entrenador del equipo de primer aña de la universidad, y posteriormente de Al Ulbrikson, quien fuera una leyenda del remo norteamericano. Es la vida de Joe Rantz la que hila toda la historia y a través de la cual Brown va poco a poco enseñándonos y mostrándonos al resto de protagonistas de la consecución de oro olímpico. A los ya nombrados Ulbrikson y Rantz hay que unir al resto de los jóvenes estudiantes que conformaron el equipo olímpico, a destacar el timonel Moch y el remero de popa Hume; así como la figura de George Pocock, constructor del barco que hizo grandes y eternos a estos chicos humildes de Seattle que consiguieron casi lo imposible; no quiero olvidar tampoco, porque son importantes en la vida del protagonista indirecto del libro, Joe Rantz, a su novia y posterior mujer para toda la vida, Joyce que sirvió de apoyo emocional a un joven inseguro que hasta que no se dio cuenta de que el remo es un equipo en el que no se puede ir por libre en el bote si se quiere ser grande, no logró liberarse de una carga muy pesada derivada de su juventud falta de cariño y llena de soledad.

Remando como un solo hombre” es un libro extenso, ampliamente documentado, con muchos datos históricos de diferentes competiciones de remo en las que los chicos que al final se alzaron con el oro olímpico compitieron. También hay muchas referencias personales íntimas de los jóvenes, y muchos datos también de sus vidas privadas alejadas de la universidad, sobre todo de Joe Rantz que todos los veranos debía trabajar duro para conseguir el dinero que le permitiría un año más ir a la universidad y seguir persiguiendo su sueño. Por esta razón, debido a tantos datos y el querer contarlos de la mejor manera posible, el libro tiene muchos altibajos. Si bien es cierto que en los momentos en los que se describen las regatas en las que se va decidiendo quien va a ser el equipo que representará a los EE.UU. en el 36 en Berlín, Brown transmite al lector toda la intensidad y la emoción de un competición deportiva; también es cierto que hoy otros pasajes en los que la narración (o quizá es la traducción al español que sinceramente creo que es bastante mejorable) se hace tedioso por no decir casi intragable.

De todas maneras es imposible no rendirse a la historia de “Remando como un solo hombre”. Una historia de superación y agallas, dolor y éxito, penurias y gloria, amor, constancia, amistad y sobre todo esfuerzo por conseguir un objetivo, un sueño. Pero esto no tiene nada de sorprendente. Es un motivo común de repetición esta épica humana. En la literatura, el cine, la música y toda expresión artística americana siempre hay altas dosis de heroísmo, aunque pueda que no haya para mucho más que una pequeña anécdota. Los americanos son capaces de convertir en héroe al bombero que abrió una lata de conservas a una señora de noventa años que quería tomarse unas sardinas en aceite. En la edición del libro en español, la portada lleva un subtítulo que reza “el equipo que humilló a Hitler”, más o menos. Nada más pretencioso. A pesar de que la victoria en Berlín fue milagrosa si todo lo que se narra sobre ella es verdad, no hubo tal humillación a Hitler. El equipo americano ganó el oro a los italianos por algo más de medio segundo de diferencia; los alemanes bajo la atenta mirada de Hitler acabaron terceros un segundo por detrás de los americanos. Para mí, que me esperaba mucha  más intensidad en el final del libro, una humillación hubiera sido ganar en Berlín sacando tres barcos a los alemanes.

No puedo decir sin embargo que “Remando como un solo hombre” me haya decepcionado. Lo que sí digo es que me esperaba algo más. Quizá haya sido la traducción o simplemente que se ha pretendido envolver en un aura celestial una hazaña que sin restarle méritos, es simplemente un compendio de duro sacrificio y esfuerzo por conseguir unos ideales. Es justo también decir que las páginas de esta novela están llenas de ejemplos de superación, compañerismo y lucha, que deberían estar mucho más presentes en la sociedad, sobre todo en las etapas más tempranas de la misma, en la adolescencia y juventud. Las diferentes historias personales de los chicos que consiguieron el oro en Berlín en remo a ocho con timonel son un verdadero ejemplo de tesón y superación, y ante todo es lo que este libro transmite.

Caronte.

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