Nunca antes me
había enfrentado con una novela cuya descripción previa la situara en el género
de la novela gótica con tintes sobrenaturales, de thriller y también rasgos de
novela negra. Esta ha sido la primera. No puedo decir que tras su lectura haya
salido agradecido a su autor, Toni Hill, por haberme descubierto un género al
que volver en alguna ocasión. Lo que en un primer momento empezó por ser una
lectura llena de ilusión y ganas por descubrir una historia que al menos por el
planteamiento podría ser muy adictiva y atractiva para la lectura, fue poco a
poco derivando en pesar y decepción durante su lectura, para acabar
convirtiéndose dicha lectura en simple obligación y ganas de acabar el libro
para pasar a otro.
“Los ángeles de hielo” es la
cuarta novela del autor y traductor barcelonés Toni Hill. Es el primer libro de
este escritor que me leo y a pesar de que por planteamiento inicial, como acabo
de comentar, la novela podría haber tenido potencial para ser un muy buen thriller
gótico, al final se queda en un muy pobre intento de conseguir mantener al
lector atento a sus páginas. La trama de la novela se desarrolla en las
primeras décadas del siglo XX, y gira en torno a un edificio que en su día
albergó un colegio para niñas y posteriormente, tras un desafortunado incidente
en forma de incendio y fallecimiento de dos personas, pasó a convertirse en
hospital psiquiátrico. El protagonista principal de la historia, si es que se
puede considerar que esta novela tiene un único protagonistas principal y no
varios, por no decir muchos, es un joven doctor, Frederic Mayol, que entra a
trabajar en el psiquiátrico después de haber pasado por la Primer Guerra
Mundial y volver ligeramente tullido.
Sin embargo me es
muy complicado resumir en pocas líneas la trama y el argumento de “Los ángeles de hielo” porque creo
que su autor quiso llegar mucho más lejos de lo que la propia historia
principal permitiría. No se puede dudar de que la novela es muy ambiciosa, y
quizá ese es su mayor pecado: es excesivamente ambiciosa. Las ganas que Toni
Hill puso en elaborar un gran thriller gótico con tintes de novela negra
parapsicológica se terminan por diluir por culpa de una cantidad ingente de
personajes con cosas que decir y aportar a la historia, y por muchas tramas
secundarias que terminan por distraer el lector de la principal. Eso es
principalmente lo que le achaco a la novela, que me haya hecho ir de una trama
a otra, de un personaje a otro, sin rumbo fijo, sin un objetivo claro.
Durante muchos
capítulos de “Los ángeles de hielo”
he tenido la sensación de que algo tenía que pasar más allá de las anécdotas o
vidas de cada uno de los personajes que aparecer en la novela. Pero nunca
pasaba nada. Los intentos de su autor por crear incertidumbre y duda en el
lector, a veces incluso tensión y miedo, no surten efecto porque no hay una
verdadera continuidad en la trama principal que es la que debería de haber
sustentado todo el libro. No hay tensión uniforme y lo que creo que es peor en
cualquier novela que intente ser ambiciosa, he tenido la sensación en muchas
ocasiones de estar perdiendo el tiempo y eso es algo que no puedo perdonar a la
hora de leer: hay mucho y muy bueno escrito y por escribir como para malgastar
el tiempo en una historia que peca de ambición.
En un principio la
ambición no es mala y por eso cuando comencé a leer “Los ángeles de hielo” tuve la sensación de que si su autor
sabía llevar bien la trama, la novela podría llegar a ser muy interesante. Pero
poco a poco a medida que avanzada el libro, que no la trama, me fui dando
cuenta de que su autor empezaba a perderse introduciendo personajes secundarios
para apuntalar la historia, y abriendo nuevas líneas argumentales introduciendo
temas que si hubieran estado bien desarrollados, y sobre todo bien concluidos,
habrían hecho de este libro algo digno de leer. No ha sido así. Lo que
pretendía, con buena intención, ser una novela de tintes paranormales acaba
siendo una novela negra muy al uso, sin nada de chica ni interés real.
Otro aspecto de “Los ángeles de hielo” que quiero
comentar son sus personajes. Como he dicho hay muchos y para todos los gustos.
Esta multiplicidad de personajes en principio no es mala siempre que se les
sepa dar el protagonismo justo. Lo que pasa es que Toni Hill creo que ha
pretendido ser demasiado generoso con todos y cada uno de sus personajes dándoles
mucho papel haciendo que la novela pierda el sentido. No se puede pretender,
por mucho que un personaje pueda tener potencial por explotar en una trama, que
todos los personajes de una novela tengan un papel fundamental. Eso termina por
cansar y también por perder al lector intentando recordar qué papel juega cada
uno en la historia. Al final esta novela deja al lector con la impresión de no
saber qué importancia tiene cada personaje ni donde encajarlo en el complicadísimo
puzle sin sentido creado por su autor. Y lo peor es que al final el lector se
queda a medias en muchas tramas secundarias ya que éstas no terminan ni
concluyen o lo hacen de manera muy rápida y simple. De hecho el propio final de
la novela es, desde mi punto de vista decepcionante por lo precipitado que
parece, como si su autor hubiera querido quitársela de en medio cuanto antes.
Antes de leer esta
novela, y como nunca antes me había leído una novela gótica, yo tenía otra
impresión de lo que una novela de estas características y clasificada dentro de
este género podía implicar. Por esto he quedado muy defraudado con “Los ángeles de hielo”. Tengo la
impresión no de haber leído un thriller psicológico paranormal con personajes
oscuros y trastornados cuyos fantasmas acechan en cualquier rincón oscuro de
sus perturbadas mentes. Esta novela no es gótico, sino más bien una novela
negra muy básica por haber pretendido ser demasiado ambiciosa. Como su propio
nombre indica me he quedado helado, pero no por haber pasado miedo leyendo la
novela, sino porque no me ha transmitido nada.
Además, aunque esta
es una apreciación mucho más personal y quizá no debería hacerla, sinceramente
creo que “Los ángeles de hielo”
carece de un estilo que enganche. Ya he dicho que Toni Hill ha pecado de
ambición y que a la novela le sobran tramas secundarias y personajes que no
aportan realmente nada tan relevante como para darles tanto contexto, pero
además esto ha hecho que en ocasiones la novela pierda el norte y la escritura
de la misma no sea buena, tanto que creo que le ha faltado una buena revisión
del estilo por parte de su autor.
No puedo decir, ni
lo voy a hacer, que “Los ángeles de
hielo” me haya gustado. Durante toda la novela he estado esperando que pasara
algo que salvara en parte la historia y pudiera hacerme criticar el libro de
manera menos dura. Pero eso que esperaba no ha llegado en ningún momento. Esta
es una novela excesivamente ambiciosa en la que su autor pretende crear una
gran historia gótica psicológica pero que simplemente acaba siendo una simple y
mediocre novela negra con muchos personajes, muchas tramas secundarias sin
final convincente en ninguna y con un final general que termina por deslucir lo
que podría haber sido, si su autor se lo hubiera planteado con un poco más de
humildad, una novela al menos aceptable.
Caronte.
Hola.
ResponderEliminarLa verdad es que sí que es una pena porque prometía. Intentar abarcar con mucho nunca funciona, ni en literatura ni en la vida.
Me ha gustado el tipo de reseña, así que me quedo por aquí =).
Un saludo!
Muchas gracias por lo que me toca, y sé bienvenido!! :D
EliminarHola.
ResponderEliminarLa verdad es que sí que es una pena porque prometía. Intentar abarcar con mucho nunca funciona, ni en literatura ni en la vida.
Me ha gustado el tipo de reseña, así que me quedo por aquí =).
Un saludo!
Gracias por tus palabras!
EliminarPues a mí me ha parecido muy interesante, ágil y dinámica. Lo he pasado genial que es de lo que se trata. Qué más le vas a pedir?
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