viernes, 1 de abril de 2016

Lectura crítica: "El secreto de la modelo extraviada"


Cuando vi en la estantería de mi librería de segunda mano preferida el último libro publicado por Eduardo Mendoza, que salió a la venta el pasado mes de noviembre, en un estado más que aceptable no lo dudé y lo compré. Lo mejor de todo es que esta última novela de Mendoza vuelve a traer a sus lectores una aventura de su personaje más estrambótico y surrealista, y quizá también uno de los más irreverentes de la literatura española de todos los tiempos. Fue una sorpresa mayúscula encontrarme con un libro tan reciente, y además un libro que tenía muchas ganas de leer, aunque para ello hubiera esperado hasta que saliera en edición de bolsillo. Por suerte me he ahorrado esa espera y ya he podido, gracias al destino que siempre guarda sorpresas de este tipo, dar cuenta de esta nueva historia de este personaje tan original y, por qué no decirlo también, extraño creado por Mendoza en 1978 y del que desde entonces se han publicado cuatro libros.

El secreto de la modelo extraviada” es como ya he mencionado brevemente la última novela publicada de Eduardo Mendoza protagonizada por su personaje más recurrente: un investigador anónimo, aunque en cada una de las novelas utiliza el nombre de alguien con quien se hubiera topado por casualidad, inventándose profesiones y argucias para conseguir lo que se propone, encerrado en un hospital psiquiátrico del que sale de vez en cuando solicitado por el comisario Flores para ayudarle, por las buenas o por las malas, voluntariamente o bajo amenaza, a resolver algún crimen, misterio o asunto turbio. En esta última entrega de la saga detectivesca más original de la literatura española Mendoza nos presente a su personaje más estrafalario ajado por la edad, en una Barcelona actual, viviendo en un piso de mala muerte y trabajando en un restaurante chino como repartidor de comida.

Es durante uno de los repartos a domicilio del restaurante chino cuando el detective anónimo sufre un incidente con un perro por la calle que le hace recordar un episodio de su pasado. Este es el punto de partida de “El secreto de la modelo extraviada”. A partir de ahí el ingenio de Eduardo Mendoza y su originalidad para crear situaciones descabelladas, irónicas y sarcásticas de todo tipo llevan a nuestro querido detective sin nombre y casi sin rostro a vivir todo tipo de percances. La historia propiamente dicha se desarrolla en la Barcelona preolímpica, a pesar de que la novela empiece en el presente. Nuestro querido detective se ve inmerso en un caso turbio relacionado con la muerte de una modelo, la señorita Baxter, o aparente muerte de la misma, que conlleva además mayores y más serias implicaciones. Aparecen también por ahí relacionado con todo este asunto una sociedad secreta de grandes empresarios y hombres de negocios catalanes que se dedican a evadir impuestos y sacar sus fortunas fuera de España.

Sin embargo, y aquí quizá voy a crear algo de polémica, para mí la trama y el argumento de “El secreto de la modelo extraviada” es lo de menos. Yo lo que tenía ganas era de volver a leer al mejor Eduardo Mendoza, ese que con la mayoría de sus libros, tanto los más serios como los que están llenos de ironía y situaciones estrambóticas que rozan lo irreverente por no decir lo surrealista, ha conseguido hacerme tanto reír como hacerme volar a la Barcelona más clásica y modernistas de principios del siglo XX con “La ciudad de los prodigios”. Y lo ha vuelto a hacer. Esta novela es divertida a más no poder, más incluso que la anterior de la saga del detective, me he divertido enormemente. Cada dos por tres, sobre todo al principio de la novela, ya que al final como se debe de resolver la trama y el misterio planteado en el libro éste se vuelve más serio, notaba cómo se me esbozaba una ligera sonrisa, ya fuera en mi casa como en el metro.

Es pura diversión lo que cualquier lector de Eduardo Mendoza va a encontrar en “El secreto de la modelo extraviada”. Pero diversión de verdad. La historia en sí no tiene mucho interés, aunque para nada es aburrida ni está mal construida y argumentada. Sin embargo los libros de la saga del detective anónimo no están hechos ni escritos como si fueran novelas negras al uso en el que el crimen o el misterio que hay que resolver se llevan todo el peso de la narración. En esta novela, y en las anteriores de la saga de Mendoza, el misterio o crimen que se produce y que lleva a nuestro querido investigador pasado de vueltas a indagar en el caso para intentar resolverlo, siempre sin orden ni concierto, ni tan siquiera con un método aceptable, no es más que una excusa para también criticar desde la sátira y desde el histrionismo más absoluto diferentes aspectos de la sociedad, siempre desde la socarronería, cosa que Eduardo Mendoza logra de manera magistral.

En “El secreto de la modelo extraviada” como en otras novelas anteriores protagonizadas por este personaje sin nombre aparecen otros personajes ya conocidos por el lector asiduo de Mendoza, pero también hay nuevas aportaciones que bien merecerían algo de continuidad si es que hay una siguiente novela. Así los aficionados a esta saga volvemos a encontrarnos con el comisario Flores, un policía en esta entrega reconducido por el camino de la democracia lejos ya de la dictadura, aunque sus modales y formas sigan siendo los mismos; y con la hermana de nuestro protagonista la prostituta Cándida que sigue haciendo honor a su nombre. Pero aparecen nuevos personajes como la señorita/guardia Civil/travesti Westinghouse, que tiene un papel glorioso en la novela y que da probablemente los mejores momentos a la misma, o al menos los más inimaginables y surrealistas. Es más si estuviera vivo Dalí o Buñuel no creo que encontraran dificultad para poner cara y cuerpo a ninguno de los personajes de Mendoza. Todos son extraordinarios.

En “El secreto de la modelo extraviada” Eduardo Mendoza vuelve a ser el escritor que en su día cuando lo descubrí tras haber ganado el Premio Planeta, quizá uno de los últimos otorgados con cierto reconocimiento y justicia., me emocionó y gustó tanto que devoré en apenas unos meses muchos de sus libros más célebres y conocidos. Es más fue el primer escritor al que me atreví a pedirle que me firmara y dedicara un libro durante la Feria del Libro, hace ya unos tres años, con motivo de la presentación de su última novela por entonces que fue a su vez la última entrega de la saga a la que pertenece el libro del que estoy hablando en esta ocasión. Para mí esta última novela suya, que podrá recibir todas las críticas negativas que quiera por no parecerse ni de lejos, ni por estilo ni por temática a “La verdad sobre el caso Savolta”, es uno de sus mejores libros, en el que además recupera esa manera suya tan irónica y sardónica de narrar y contar historias.

Estoy más que orgulloso y contento de tener a Eduardo Mendoza entre uno de mis autores favoritos. Fue una suerte dar con este libro hace apenas un par de semanas en mi librería favorita de Madrid donde me estaría horas y horas perdiendo la noción del tiempo. “El secreto de la modelo extraviada” me ha gustado, me he divertido mucho leyéndolo, cosa que puedo asegurar que no es fácil de conseguir. Hacer reír es de por sí una de las cosas más difíciles de conseguir, en cualquier ámbito pero creo que más aún en la literatura, pero Eduardo Mendoza con su última novela lo ha conseguido de verdad, haciendo que esboce sonrisas sinceras y haciendo que el tiempo cada que me ponía a leer la novela se pasara muy rápido. Quien quiera pasar un buen rato leyendo y olvidarse de verdad de todos los problemas que pueda tener en su vida personal debe leer este libro porque sinceramente creo que hará que se le olvide todos los problemas.

Caronte.

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