martes, 24 de mayo de 2022

Un lugar llamado Antaño

Los Premios Nobel siempre me han generado mucho respeto. Creo que ser digno de una distinción como la sueca presupone ya cierto nivel, cierta categoría, en el mundo de la literatura. Pero que un autor tenga el Nobel no es sinónimo de que su obra deba gustar. Vargas Llosa, Cela, García Márquez, Saramago, son autores a cuya obra vuelvo constantemente porque me hacen sentir par lectora y reconfortarme con historias sobre temas universales contadas con estilos llenos de matices. Sin embargo, Böll, Golding o Grass se me hicieron pesados de leer (por no querer decir infumables). Pero los premios literarios de cierto prestigio son así y nadie puede hacer nada para que eso cambie. La aclamación de crítica y público rara vez coinciden, por eso cuando lo hacen las sensaciones son soberbias. Poder conectar con un Nobel, para mí, es una sensación extraña, que me acerca a un nivel de lecturas alto, con cierto prestigio (puede que suene pretencioso, pero es así). Mientras que cuando leo un Nobel y me quedo indiferente y frío algo se rompe y retrocede en mi mundo literario.

Un lugar llamado Antaño fue una de las primeras novelas publicadas por la reciente (2018) Nobel Polaca Olga Tokarczuk allá por 1996, aunque no haya sido hasta hace bien poco que se haya editado y publicado en España (al albur de la concesión del Nobel supongo). Que comprara y leyera esta novela, que ni de lejos estaba en mi lista mental de libros y escritoras que descubrir, es culpa de un amigo editor que una mañana mientras paseábamos por la Feria del Libro Viejo y de Ocasión de Madrid, y viendo esta novela en uno de los puestos, me dijo que me comprara el libro que probablemente me iba a gustar. Bueno, lo de gustar lo podría entrecomillar porque no es que me haya disgustado sino, que simplemente me ha dejado bastante igual la lectura de una novela que venden como llena de un realismo mágico a la europea, pero con la que yo no he logrado conectar en ningún momento.

Es un poco indignante que en el propio resumen del libro que se hace en la contraportada se hable de Un lugar llamado Antaño como una novela de realismo mágico. Me parece un insulto que se intente encuadrar este libro en una corriente de la que García Márquez fue uno de sus principales valedores y cuyas novelas sí están impregnadas de un realismo mágico que deja al lector en la frontera de un mundo imaginario pero real. Tokarczuk narra la vida en un pueblo mediano polaco de sus habitantes: sus relaciones personales, sus envidias, rencores, rencillas y perdones… Pero de realismo mágico no veo nada de nada… Que simplemente porque el pueblo donde se desarrolla la acción no exista y porque en toda la novela se usen recursos literarios que deforman la realidad que, comúnmente, un lector entiende como verídica, empleando trucos bastante manidos ya no debería ser suficiente como para tratar esta novela dentro del realismo mágico.

Para mi el realismo mágico implica una deformación de la realidad donde lo fantástico e improbable se entremezclan con lo real y tangible para conformar una unidad narrativa casi perfecta en la que la ficción sirve para explicar y entender mejor el mundo en el que vivimos. Un lugar llamado Antaño es una novela que roza el realismo costumbrista, más el que el mágico. No hay una deformación suficiente de la realidad y se exponen hechos en lugares y condiciones que bien se pueden identificar con cualquier pueblito polaco que haya vivido el siglo XX con sus dos guerras mundiales y su dictadura comunista bajo el yugo asfixiante de la URSS. En esto no veo yo mucho realismo mágico y, sin embargo, he estado toda la novela buscando paralelismos con aquellos autores y novelas del realismo mágico como yo lo entiendo y poco he encontrado, por no decir nada…

No voy a quitar méritos a una novelista como Tokarczuk, que supongo que tiene su público y que por algo recibió el Premio Nobel hace un par de años. Tampoco quiero que parezca que Un lugar llamado Antaño es una pésima novela, porque no lo es para nada. Solo quiero dejar claro que aquello que se vende como una novela llena de fantasía para contar el terror del día a día de una sociedad y un pueblo prototípico y representativo de un todo, dejando a un lado la frialdad que a veces puede tener el costumbrismo. Como novela realista costumbrista estamos, aunque una novela notable en el que su coral de personajes conforma una partitura narrativa digna de mención. Pero pese a esto tengo que decir que no he llegado a conectar con la novela, ni con la trama, ni con el ritmo.

Como dije al principio, no haber llegado a conectar con Un lugar llamado Antaño, con esta novela de la novela Tokarczuk me hace sentir mal. Y no sé el motivo real para ello. En el fondo debería sentirme orgulloso de ser capaz de leer a un nobel y cuestionarle, pero también tengo la sensación de haber fracasado como lector no sabiendo valorar lo que he leído. Pero cuando uno no conecta con algo no conecta y pocas más vueltas se le puede dar al asunto. Siento si esta reseña desanima a alguien a leer esta novela o a acercase a la escasa obra publicada en español de Olga Tokarczuk, pero me dije en su momento que intentaría siempre escribir sobre lo que leo sin medias tintas y sin dejarme nada en el tintero por decir.

Caronte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario