jueves, 3 de septiembre de 2015

Cinco y acción: "Un día perfecto"

La película de la que hablo en esta ocasión es de esas que uno no tiene en el calendario y por tanto no tiene pensado ver, pero que cuando tiene constancia de la misma cambia de opinión y decide ver porque le llama la atención. Claro está que no todo fue intuición cuando decidí ir a verla, Benicio del Toro y Tim Robbins, dos grandísimos actores, muchas veces infravalorados o fuera de la primera línea de Hollywood ya sea por no ser americanos de pura cepa como el primero, o por volcarse con causas humanitarias y justas más de la cuenta en el caso del segundo. Además nunca está de más ver una película española, aunque no lo parezca debido al enorme, por calidad no por cantidad, elenco de actores que protagonizan esta película. Creo que es de la pocas películas españolas que he ido al cine a ver en mi vida, pero teniendo en cuenta que la mayoría siempre eran serias, tristes, sobre la guerra civil, victimistas y sin interés alguno ni divertidas ni entretenidas (cosa que sinceramente en los últimos años está cambiando) tampoco creo que sea algo raro.

Un día perfecto” es una película que trata sobre la guerra, que trata un tema serio bélico, pero en la que no hay ni un solo disparo, ni una sola acción de batalla, ni un solo muerto. Bueno en esto último he mentido; sí hay un par de muertos, uno sobre todo que en el fondo sería casi el protagonista de la historia por desencadenar toda la trama argumental. ¿Y cuál es el hilo conductor de toda la película, el argumento de la trama? Pues simplemente buscar una cuerda para poder sacar del fondo de un pozo el cadáver de un hombre que si no se saca de ahí terminará por arruinar el agua y echar a perder un recurso tan escaso en tiempos de guerra como es el agua. A partir de esa simpleza de argumento, se desarrolla una película llena tanto de humor blanco, como del negro (sobre todo de este último), como también y por contraposición de reflexiones duras y serias que hacen pensar al espectador sobre las causas de las guerras no para los países sino para sus ciudadanos que son los que las sufren en último lugar.

La acción de la película se desarrolla en una ficticia guerra en los Balcanes en el año 1995. Está claro que de ficticia tiene poco y que a todos, al menos a los que hemos leído sobre ello porque cuando ocurrió de verdad éramos apenas unos mocosos pendientes de jugar con nuestros Legos o Action Man, nos viene a la mente la terrible guerra de los Balcanes que causó la mayor tragedia bélica en Europa desde el final de la IIGM. “Un día perfecto” mezcla el horror de lo que se vivía en la guerra con el trabajo diario de un grupo de cooperantes que se encargan de minimizar los daños causados por los militares y en muchos casos también las Naciones Unidas. De hecho los protagonistas de la cinta son cooperantes.

De los protagonistas de “Un día perfecto” es imposible destacar a alguno por encima del resto, aunque si tengo que hacerlo destaco al personaje al que da voz Tim Robbins. El nombre de este cooperante no aparece en toda la película, simplemente le llaman “B”, y es quizá uno de los mejores protagonistas que he visto últimamente. Como he dicho encarna a un cooperante que lleva ya muchos años ayudando a la población local en muchos conflictos a lo largo y ancho del globo y que harto de ver el horror de las guerras, el odio, la destrucción y la sinrazón de los conflictos armados, decide tomar un punto de vista irónico, socarrón y sarcástico, buscando siempre un punto de vista optimista y positivo para intentar hacer su trabajo y el de las personas que le rodean algo más asumible. Y en el fondo eso lo consigue con el espectador. Es el personaje de Tim Robbins el que lleva el peso de esta fantástica comedia negra, comedia bélica podríamos decir. Es con Tim Robbins con el que el espectador más se va a reír, por forma de ser, comentarios y acciones. Sin embargo a lo largo de la película el espectador pasará de la carcajada a la seriedad más dura en apenas unos instantes y eso es algo que nunca me había pasado en una película.

Un día perfecto” no es sólo Tim Robbins. También el personaje de Benicio del Toro aporta su granito de arena a una historia cómica pero sin dejar a un lado la realidad que trata. El cooperante al que da vida del Toro, Mumbrú, es más serio que “B”, y parece que se toma mucho más a nivel personal algunos asuntos, pero aún así también tiene su punto socarrón y sarcástico ante la situación en la que trabaja. Además a este personaje le da réplica una mujer, encarnada por una de las actrices con mayor proyección en Hollywood y que además es uno de los rostros más bellos del cine actual como es Olga Kurilenko. Esta cooperante tuvo un affaire con Mumbrú en una misión anterior de su ONG que tiene repercusiones, siempre en tono irónico y cómico, en la misión actual. Este tándem da un poco de comedia romántica de enredo a la película y quita en parte dramatismo al ambiente bélico en el que se mueven los personajes y la historia. Por último citar al resto de protagonistas de la historia: una cooperante francesa que vive su primera misión dura real, un intérprete nativo de los Balcanes que da cierto toque de realismo a la historia, y un chaval que se suma al grupo de cooperantes porque otros chavales le querían pegar para quedarse con una pelota de fútbol y que se convierte en guía improvisado de los cooperantes en su búsqueda de cuerda. Este crío además aporta un toque muy duro a la historia, tan duro que el espectador cae a la realidad de una guerra en un instante y queda desde entonces marcado, y aunque uno se sigue riendo con “B” o con Mumbrú ya no es lo mismo.

La factura técnica de la película es perfecta. “Un día perfecto” mezcla con absoluta perfección momentos totalmente hilarantes, cómicos, irónicos, sarcásticos y divertidos, con momentos duros en los que las risas deben cesar de manera casi abrupta al toparse con la guerra. No hay que olvidar que ésta es una película sobre la guerra y sus desastres entre la población local que la sufre y por esa razón hay escenas que muestran esa desgracia bélica en todo su dramatismo y profundidad. Fernando León de Aranoa, el director de la cinta, ha sabido dar un equilibrio perfecto a la película para que el humor negro y la ironía de sus personajes se compensen con el drama de la guerra, los refugiados y las víctimas del conflicto. Ésta no es una película satírica sobre la guerra. Todo lo contrario, estamos ante una película totalmente crítica con las guerras que trata el tema de manera muy seria y respetuosa, con la suficiente profundidad para que a través de la risa el espectador reflexione sobre las consecuencias de un conflicto bélico.

Poco más puedo decir de “Un día perfecto”, sólo que me ha encantado. La única pega que pondría, rebuscando mucho y siendo quizá demasiado quisquilloso, es que a lo largo de la película se usan muchas tomas aéreas para mostrar el avance de los sempiternos todoterrenos de los cooperantes y los convoyes militares de Naciones Unidas, y al principio puede que muestren con amplitud cómo es una zona de guerra y cómo se mueven aquellos que intentan minimizar sus efectos, pero pueden terminar por ser un poco cansinos. Pero como digo quizá este apunte sea demasiado quisquilloso. Por todo lo demás, esta película es una verdadera delicia en la que me he reído bastante, he disfrutado como hacía tiempo que no disfrutaba en el cine y además me he estremecido por los desmanes de las guerras. Es una muy buena película que de verdad merece la pena ir a ver, tanto para disfrutar de las magníficas interpretaciones de del Toro y Tim Robbins, como por la propia historia que en ella se narra. Ésta es de esas pocas películas en las que uno no pierde el tiempo en el cine y de la que se sale con muy buena sensación. Por cierto el título de la película que puede no tener mucho sentido, lo cobra todo al final con una magnífica dosis de ironía y humor negro.

Caronte.

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